La semana pasada fue especialmente negra a causa de cuatro mujeres y un niño asesinados por el machismo. Inmediatamente, el Ministerio de Igualdad convocó al pacto de estado contra la violencia de género para intentar poner medidas que frenen esta sangría. Poco después, este diario publicó un artículo en el que Marisa Kohan se preguntaba qué falla para que, a pesar de las leyes, esto siga ocurriendo y allí se daban varias claves importantes. No obstante, quiero abundar en esta cuestión. Hace un año, en una conferencia con Rita Segato, ella hizo una pregunta que me parece clave: ¿Por qué no disminuye la violencia contra las mujeres a pesar de todas nuestras políticas feministas, a pesar de décadas de políticas feministas institucionales, a pesar de las leyes, los ministerios, el feminismo en las calles? No sólo no disminuye, puede que aumente.
