Ahora que estoy tumbada en la playa me da por pensar en la ministra de Igualdad y se me ocurre que necesita unos días de descanso. Es cierto que no lleva mucho tiempo en el cargo, pero se los tiene más que merecidos. Si me pongo en su lugar soy capaz de imaginar cómo se debe sentir después de comprobar que no puede decir dos palabras seguidas sin que la mitad de los medios de comunicación se rían de ella y la otra mitad se escandalice.
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El PSOE ha de recuperar el rumbo
En la vida tengo pocas certezas. En la política creo que tengo sólo dos:
1-Cuando los partidos que se dicen de izquierdas dejan de parecer de izquierdas, pierden las elecciones.
2-Los militantes de los partidos que se dicen de izquierdas suelen ser más de izquierdas que sus partidos.
Todas las personas de izquierdas hemos aprendido (algunos/as no nos hemos resignado) que a la política económica no hay partido que le meta mano desde una concepción económica de izquierdas. Por eso, lo que hace que un partido parezca de izquierdas es su política social. Eso es lo que hizo el PSOE en la pasada legislatura y por eso ganó. Por eso y porque el PP parecía muy de derechas.
Lo peor de Berlusconi
Lo peor de la política de Berlusconi no es, con ser terrible, que sea una política racista y semifascista. Lo peor no es darte cuenta, por si a alguien le cabía alguna duda, de que la democracia permite que una ciudadanía libre y formada elija a un tipo ridículo, risible, de un machismo trasnochado y estúpido, como gobernante (¡qué pena Italia!). Lo peor de la política de Berlusconi ha sido que algunos nos hemos dado cuenta de que la idea que nos han vendido de la Unión Europea es falsa. Voté “Sí” en el referéndum para el proyecto de constitución europea e hice campaña en ese sentido. Ahora no se qué hubiera votado y empiezo a pensar que los que pedían el “No” desde la izquierda tenían razón.
Las fieras del PP
Asistimos atónitos, y con cierto regocijo interno -para qué nos vamos a engañar-, a los problemas que tiene el Partido Popular para hacer regresar a sus jubilados y demás hooligans a las monótonas vidas que llevaban antes. Es lógico. Ellos, que nunca o casi nunca antes se habían manifestado, descubrieron que la vida puede ser mucho más que una partida de cartas los sábados, que el paseo matinal o vespertino de todos los días, que la merienda con las amigas. La vida, les enseñó el PP, puede ser excitante. El PP les dio vidilla, les organizó cada tarde una manifestación, les enseñó a gritar “asesino” a cualquiera que no fuera de los suyos, les enseñó que la vida es una conspiración permanente dirigida por fuerzas oscuras, que los catalanes quieren romper España, que la familia se rompe y que todos, menos ellos mismos, quieren rendirse ante ETA.
Menos caridad y más impuestos
Soy una persona de izquierdas a la antigua usanza: cuando escucho a la izquierda decir que va a bajar los impuestos me echo a temblar. No me creo eso de que “bajar los impuestos es de izquierdas”. Creo que hay que subir los impuestos a los que más tienen y soy partidaria de una fuerte presión fiscal que proporcione servicios de calidad y que extienda la solidaridad y la justicia. Soy de esas personas que piden facturas, y que no hacen nada para tratar de pagar menos. Lo que pago me parece bien y pienso que las cosas van mal cuando compruebo que en la oficina en la que trabajo las personas que logran pagar menos impuestos de los que les corresponden son considerados modelos a imitar.
Hillary Clinton y el machismo del poder
Siempre me ha gustado Hillary Clinton y, ahora que la candidatura a la presidencia de los EE.UU parece ya decidida a favor de Obama, lo siento por ella. Su candidatura me parece mucho más sólida que la de Obama. Las campañas no son nunca el mejor momento para juzgar a un/a candidato/a, pero Hillary tiene ideas acerca de cosas como la educación, la sanidad, la economía, la ecología…, cosa que no tengo claro que tenga el otro candidato demócrata. Cuando hace unos meses estuve en San Francisco, estaban comenzando las primarias y ella aun tenía posibilidades. Pero lo que vi no me gustó. Vi., y leí en algunos medios, que en las filas de Obama se escondía un enorme machismo.
Mucho aun por caminar
Fuera ya, y casi olvidados, Acebes y Zaplana, es posible que la oposición deje de dar miedo como en la pasada legislatura. Si esto es así y recobramos un ritmo político normal, podremos detenernos a juzgar algunas actuaciones del Gobierno, como es nuestra obligación ciudadana, por otra parte. Quizá así podamos ver y denunciar que no es oro todo lo que reluce. Sí, nos gusta que haya más ministras que ministros porque tiene una especial carga simbólica, pero sabemos que, en cambio, hay menos diputadas que en la anterior legislatura. Ese es un agujero de la Ley de Igualdad que habrá que corregir.
Embarazadas y otras cosas
La semana pasada fue no de pasión, sino de gozo. Primero una ministra embarazada pasa consulta a las tropas y la carcunda casposa berrea su desazón. A mí se me caen las lágrimas de alegría. Se nota que a la ministra no le han pedido ese certificado de esterilidad que muchos empresarios piden a sus trabajadoras antes de contratarlas. Ahora queremos ver a una generala embarazada, y yo personalmente no me quiero morir sin ver a una Presidenta de Gobierno embarazada. ¿Se imaginan? En medio de una cumbre de la OTAN, rodeada de todos esos señores con corbata y traje y ella con su tripa. Y El Mundo y demás afines clamando que el país está a punto de hundirse y que cómo se nos ha ocurrido a la ciudadanía votar a una mujer en edad fértil. Y nosotras disfrutando.
Chávez, Morales, Uribe…y los medios
Ya sé que con la que está cayendo… esto no viene a cuento pero esta mañana he recibido un correo que ha inspirado este post. En contra de lo que muchos creen a mí no me gusta especialmente Chávez. Necesitaría estar en Venezuela un tiempo para formarme una opinión un poco documentada de lo que pasa allí. En toco caso, Chávez ha llegado al poder gracias a las elecciones que viene ganando desde hace mucho tiempo. Desde luego que creo que la alternancia en el poder es buena, pero ese es un punto a favor de Chávez, no en contra. Por una vez en siglos, en Venezuela no mandan los de siempre. Evo Morales me cae mejor. Tampoco estoy en condiciones de juzgar su política, pero aquí sí podemos hablar de la necesidad y justicia de un gobierno como el suyo. Cualquier que haya estado en Bolivia tiene que alegrarse al ver que un aymara ha llegado democráticamente al poder.
La iglesia y la nueva ciudadanía
El gobierno Zapatero ha puesto en marcha una serie de medidas de las llamadas “sociales” que se presentarán en otoño y que han puesto en pie de guerra a la Jerarquía de la Iglesia católica que, según muchos, se dispone a hacer de altavoz de la derecha política en estas cuestiones. Nosotros no lo creemos. Creemos, por el contrario, que la derecha tratará de sacar tajada de las feroces críticas que la Iglesia y otros sectores confesionales harán al gobierno, pero que no se implicará a fondo en el debate. En nuestra opinión, la derecha preferiría que este debate pasese lo más desapercibido posible y mostrará un perfil bajo y moderado. El Partido Popular ha pasado de negarse a discutir siquiera una ley de parejas en las legislaturas de Aznar a presentar una avanzada ley de parejas y a decir en el Parlamento (yo estaba allí) que siempre han estado a favor de nuestros derechos: de los derechos de lesbianas, gays y transxuales. El Partido Popular sabe de sobra que en estas cuestiones de los derechos civiles es la izquierda la impulsora de su regulación, pero es toda la sociedad la que da su aprobación.
