Cuando las personas homosexuales conseguimos en España, en 2005, el derecho a acceder al matrimonio en igualdad éramos muchos los que pensábamos que lo ocurrido en España iba a suponer un importante revulsivo para esta reivindicación en el resto del mundo. El caso de España era muy especial en esa lucha porque se trata de un país del sur (de Europa), católico y con un pasado de represión debido a la dictadura. Sí España daba ese paso, otros países de historias y tradiciones parecidas podían darlo, especialmente en Latinoamérica y así ha sido. Después, algunos activistas españoles hemos estado viajando allí tratando de trabajar en conjunto con el activismo latinoamericano. Estoy especialmente orgullosa de ese trabajo en el que hemos demostrado que ese famoso lobby gay que es la pesadilla de los conservadores no sólo funciona, sino que es eficacísimo. Como formo parte del mismo, estoy muy contenta. Hemos conseguido que un lobby de dos o tres personas llenas de razón, de coraje y de ilusión que hemos estado yendo y viniendo y trabajando, y enseñando y aprendiendo, junto al lobby gay y lésbico de Latinoamérica, formado por varias decenas de activistas, hombres y mujeres visibles y valientes, sin otra arma que la razón, este lobby digo, el mío, haya resultado más efectivo que el lobby multimillonario de las iglesias católica y evangélicas, que el lobby de los reaccionarios familistas con sede en los EE.UU, que el lobby de los medios de comunicación conservadores…Este mío si que es un lobby y del bueno.