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Los brasileños no quieren el mundial


Iniesta ha hecho unas declaraciones en las que dice no comprender las protestas de la gente contra el mundial de fútbol de Brasil. “Es la Copa en el país del fútbol, y nada es más bello que esto”, recalcó el jugador español. A lo mejor alguien podría explicarle a Iniesta que esto de la belleza va por barrios y que es posible que alguien (o mucha gente) encuentre que tener una casa digna con agua corriente es muy bello, o que tener acceso a la educación o a la sanidad es más bello todavía. Creo que estamos entrando en un tiempo histórico en el que los pueblos de las llamadas democracias han (hemos) comprendido que esto es una estafa sin paliativos. Que democracia no puede consistir en meter el voto en una urna y que el partido ganador se sienta con las manos libres para hacer con ese mandato absolutamente lo que le parezca, que suele ser lo que le exigen los poderes financieros y lo contrario de lo que dijo que haría.

Que democracia es tener verdadera capacidad para elegir las políticas, también las políticas económicas que son las que, al final, determinan la vida de la gente. El dinero público tiene que estar sometido al control público porque es nuestro dinero; pero no al control de un organismo nombrado y controlado por quienes gastan el dinero, se entiende. La democracia que la gente está pidiendo tiene que incorporar estos cuatro pilares al menos (además de los tradicionales) : control estricto de la corrupción (incluyendo el control estricto de todos los contratos públicos), prohibición de las puertas giratorias, capacidad de los representados para revocar el mandato representativo (al menos en determinados casos) y, aun con las dificultades que eso implica, presupuestos de alguna manera participados. Cómo se gasta el estado el dinero que recauda es una decisión en la que tenemos que participar la ciudadanía.

Estos fastos mundiales en los que los países se implican y de los que siempre nos cuentan que van a traer mucha riqueza…a estas alturas ya tenemos claro que traen riqueza únicamente a los ricos y los corruptos, pero que al final toda la corrupción generada y el enorme sobrecoste que siempre se produce va a generar más pobreza a los pobres, que son los que van a pagar las consecuencias de esos eventos que ellos no han organización. Lo que trae riqueza a la gente (entendamos por riqueza el acceso a una vida digna) es la educación, el empleo de calidad y el reparto justo de las cargas e ingresos del país. El mundial de Brasil es el equivalente a la Fórmula 1 valenciana, a los aeropuertos sin aviones o al tren supersónico arrasando el tren tradicional y, después, cerrando estaciones porque ya no es rentable. Es decir, es el puro despilfarro.

El mundial de fútbol ha hecho que el gobierno de Dilma arrasara las casas de mucha gente sólo porque había que construir estadios, que se gastara un dinero que nunca se tiene para sanidad o educación o que se aprueben exenciones fiscales para ese nido de corruptos que es la FIFA. En un país con unas carencias sociales enormes, el mundial ha traído un chorreo de dinero público que no se va a quedar en la gente, sino en los constructores, empresarios, financieros, políticos corruptos etc. A estas alturas ya hemos aprendido que “la riqueza del país”, no tiene que tener que ver con la calidad de vida de la mayoría.

Lo bueno en esta ocasión es que hay protestas, es decir, que la gente es cada vez más consciente de que la democracia no es esto y que esto se parece -o es- el imperio de una oligarquía en la que se elige a unos gestores de nivel medio, que son los que se ocupan de los asuntos políticos cotidianos; de la gran política, de esa, ya se ocupan otros: los poderes financieros a los que nadie elige. La democracia se ha convertido en un modelo de gobierno en el que la ciudadanía no tiene nada que decir excepto el nombre de la persona que va a gobernarnos y aun eso sólo puede elegirlo entre las opciones que le vienen dadas. Después de eso silencio y represión si protestas. Eso no es democracia y se parece cada vez más a un gobierno medieval en el que la gente sólo está para producir lo que el poder necesita para sus fastos y lo que quiere para sus bolsillos. La enorme diferencia es que ahora sabemos, conocemos, nos podemos comunicar, y la gente está comenzando a entender y a despertar.

Publicado en El Plural

Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

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