Otra vez estamos con las famosas cuotas. Esta vez la discusión viene a cuento de la decisión del parlamento francés de imponer la paridad en las listas electorales por la vía legislativa, es decir, por ley.
Y la gente se enfurece, y los periódicos se llenan de cartas protestando, y aquellos que antes la defendían, cuando era voluntaria, ahora piensan que se ha ido demasiado lejos. Muchas mujeres dicen sentirse humilladas pues, según ellas, les molesta y les avergüenza la posibilidad de ser tomadas en adelante por “mujer cuota”, supongo que algo terrible para ellas. Y muchos hombres se rasgan las vestiduras preocupadísimos porque ahora las listas electorales, y por tanto el Parlamento Europeo, se van a llenar de mujeres incompetentes elegidas por la única razón de ser mujeres. Otros, en fin, se preocupan porque esta decisión abre la puerta a que todas las minorías exijan su derecho a estar representadas en forma de cuota y que, a partir de ahora, tengamos una cuota de inmigrantes, discapacitados, gays y lesbianas…