A pesar de que no me parezco en nada a Greta Garbo (Boris insiste), no tengo ni pizca de glamour y debo vestir fatal, amen de cuidar poquísimo mi maquillaje, sí que tengo algo que puede compensar todas esas inconveniencias que hacen que mi persona lesbiana resulte tan poco interesante: leo el «Hola». Y sí, antes me daba vergüenza admitirlo, pero ahora necesito decirlo para que se me perdone todo lo anterior. Leo el «Hola» casi como si fuera Isabel Preysler, aunque ya sé que el hábito no hace al monje y ni con el «Hola» en la mesilla le llegaré yo a ese símbolo de la feminidad y del buen gusto ni a la suela de los zapatos, especialmente si los zapatos son de tacón. Leo el «Hola» y disfruto, aunque lo malo mío es que ni siquiera leyéndolo puedo convertirme en la lesbiana-mujer que debo ser y el «Hola» me genera unos pensamientos que deben ser lo contrario de tener estilo y buen gusto. No puedo evitarlo.
Me explico: estaba yo leyendo el Hola el otro día en mi casa, tan tranquila, con la cabeza dispuesta a ser limpiada por esa prosa indescriptible que me deja el seso limpio y como recién nacido, cuando me topé de bruces con unas fotografías de Ana Obregón que recomiendo encarecidamente. Y el impacto de las fotos fue tal que la bondad de la intención se me fue al traste y, mira, no puede evitar pensar algunas cosas sobre lo que significa el glamour. Entonces me dio por mirar no solo las fotos de la Obregón (que comentaré después detalladamente) sino todas las fotos de mujeres que aparecían en la revista, especialmente las publicitarias y el poder sugestivo de esas fotos fue tan grande que, sin poder evitarlo, y como si leer el Hola no me hubiera hecho ningún efecto, salió de nuevo esa feminista que llevo dentro y a la que intento domesticar últimamente (desde que leo a Boris lo intento mucho más) y me puse a buscar fotos de hombres, sólo por pasar el rato.
Las mujeres, casi todas modelos, que aparecen en el Hola deben ser glamourosas, así que me dediqué a estudiarlas y a compararlas con las fotos de los hombres de la misma revista. Yo soy así de simple, me dediqué a poner a los hombres en las situaciones en las que aparecían las mujeres en las fotos (probad a hacerlo, es divertido) Me fijé en que las modelos y las actrices que pretenden aparecer sexies y glamourosas tienen casi todas ellas los labios húmedos y la boca entreabierta, los hombres nunca. Claro, pensé, los hombres no tienen la boca entreabierta porque a los hombres no se les mete nada en la boca, a las mujeres sí, para eso está la boca de las mujeres ¿no? Pienso entonces que revistas gays deberían hacer un esfuerzo para que sus modelos aparecieran con la boca entreabierta. Pienso proponerlo para esta misma revista.
Después las poses: las de ellas son graciosas. Cuando están de pie, siempre ponen las piernas en una posición muy rara, casi nunca están de pie sin más, con las piernas rectas en el suelo; ellos sí, pero ellas no. Ellas hacen como un cruzado, de manera que una pierna medio flexionada se pone sobre la otra; si están sentadas cruzan las piernas. Esta postura no requiere mucha reflexión. Teniendo las piernas cruzadas una evita que algo se le introduzca dentro como por casualidad, si tienes las piernas cruzadas, mira, no corres peligro. Ellos, afortunados, pueden tener las piernas derechas porque nada se les va a meter por delante pero ¿y qué pasa con los gays? ¿Están los gays a cubierto de las penetraciones teniendo las piernas rectas? Creo que no, vemos entonces de nuevo que las imágenes son homófobas; quizá los gays pudieran ponerse algo así como una mano descuidada que les tapase el culo. La cuestión está por debatir.
Hay más. No todo van a ser insinuaciones claramente sexuales. También hay mucha inocencia. En muchas ocasiones ellas están como niñas pequeñas, qué ternura. Con trenzas, vestidas de colegialas, con poses y posturas de bebés; ellos no, por supuesto, ¿habría algo más ridículo que ver a un hombre hecho y derecho haciendo de bebé? Sin embargo yo encuentro que ver a un hombre con corbata y chupando un biberón daría mucho juego erótico al personal y también voy a proponerlo. Luego están las que no hacen de bebés, sino de pantera, literalmente. En estas fotos, las modelos están como felinas, medio tumbadas en unas mantas imitación leopardo. Tratad de imaginarlo, es como un gato, a cuatro patas, un brazo extendido como un felino que se estirase. Es sorprendente la cantidad de fotos de mujeres agachadas, de rodillas, en cuclillas o a cuatro patas que pueden encontrarse en una misma revista. El colmo del glamour, y los hombres siempre de pie, mucho más cansado.
Y al final llegó al reportaje estrella de la revista que es uno sobre Ana Obregón; en él la Obregón aparece aparece de todas las maneras que he mencionado: haciendo de pantera, con las piernas cruzadas…. Pero hay una foto que pienso poner en la cabecera de mi cama. Ana Obregón peinada y maquillada con el glamour que la caracteriza, está en una bañera con espuma. No sabemos si está vestida pero nos dejan que imaginemos que no porque los hombros están desnudos. Pero tampoco está desnuda porque viste unas joyas carísimas, brillantes y esmeraldas, nos informan, el mejor vestido para una mujer glamourosa.. Aunque debe ser incómodo bañarse con los brillantes puestos, hay veces en las que hay que sacrificarse. Pero no nos equivoquemos, la Obregón no solo es glamourosa en todas las situaciones, también es práctica. He aquí que se baña rodeada de fruta. Y el pie de la foto nos informa, por si no nos habíamos dado cuenta, de que la rodean varios kilos de manzanas y peras. Dice así el pie de la foto: «Ana Obregón posa en una bañera de espuma rodeada de fruta» ¿Para qué? os preguntareis muchos de vosotros, para quienes el glamour no significa nada. ¡Pues por si le da hambre! Cuesta mucho bañarse con los brillantes y manteniendo el maquillaje, y ese esfuerzo debe dar hambre. Lo que ya no entiendo es porqué acaricia un racimo de uvas y se lo acerca a la mejilla con sensualidad. ¿es un gesto autoerótico? ¿Son las uvas un símbolo erótico que desconozco? ¿ayudan las uvas a conservar el cutis? ¿No era la manzana eso que las mujeres ofrecemos cuando nos ofrecemos?
Definitivamente, necesito un curso intensivo si quiero ponerme al día, pero estoy convencida que un día el Hola terminará por sacar de mí todo el glamour que llevo dentro.