Hemos conseguido en España algo que hasta hace apenas tres años era un sueño que parecía inalcanzable, algo que todavía lo es para gran las personas lgtb de gran parte del mundo: la igualdad legal, el derecho al matrimonio, que el estado no haga ninguna distinción entre sus ciudadanos por razón de su orientación sexual o de su identidad de género. Algo que nos hace a todos un poco más libres, algo que muchos países llevan décadas luchando por conseguir. Como Presidenta de la principal organización lgtb de este país, me siento muy orgullosa de haber dirigido al Movimiento a la consecución de ese logro histórico y creo que es muy importante decir, decirnos todos, que hemos hecho un buen trabajo Es importante que se sepa que este paso no ha sido fruto de la casualidad, ni de la suerte, ni de lo buenos o listos que son los políticos. Ha sido fruto del trabajo de los y las activistas. Y esto es muy importante recalcarlo porque el mundo, la sociedad en la que vivimos, las estructuras sociales y políticas son, por su propia naturaleza, inmovilistas, por lo que la labor de los activistas de cualquier causa es empujar, trabajar para que las cosas cambien. Nuestro éxito demuestra que, si se empuja, las cosas se mueven; aunque cueste, aunque una se deje la vida en el empeño merece la pena porque si se pone el suficiente trabajo en ello, se consigue.