Al parecer el PP está hecho un verdadero lío con el asunto de la prostitución. En su seno conviven partidarios de la regulación, de multar a las que la ejercen en la calle, de multar a los clientes y de prohibirla del todo, al parecer. En el PP tienen el mismo lío que muchos otros partidos y que la sociedad en general. En mi opinión, y ojala me equivoque, finalmente triunfará la opción regulacionista para las empresas de la prostitución (proxenetas, mafias y demás) y la prohibicionista para las mujeres que la ejercen en la calle. Es decir, lo de siempre, ventajas para los poderosos y explotación, e incluso persecución, para quienes menos tienen.
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Esta es la grabación que hizo Ciudad de Mujeres de la charla que di en Albacete el 4 de mayo en el Ateneo Albaceteño y en la que presenté el libro La prostitución
Prostitución en la calle
El Ayuntamiento de Barcelona pretende endurecer la ordenanza existente y prohibir totalmente el ejercicio de la prostitución en la calle. Esta medida se toma a propuesta del PP y CiU la asume como propia. Antes de esto, la prostitución estaba prohibida en la calle en determinados supuestos: si monopolizaba el espacio público, si la negociación entre prostituta y cliente se producía a menos de 200 metros de un colegio y si el acto sexual se realizaba en la calle. Excepto en el último caso, -en principio está prohibido para todo el mundo-, los otros dos supuestos son hipócritas y subjetivos y ponían a las mujeres que ejercen la prostitución a merced de la policía y de cualquiera a quién le molestara su presencia.
El debate sobre la prostitución
Acaba de salir a la calle el libro sobre la prostitución en el que he estado trabajando los últimos cuatro años. Comencé a leer sobre la misma después de participar o de asistir a varios debates que me dejaron muy impactada debido a la violencia verbal, a la agresividad, y al dogmatismo que claramente se imponían sobre cualquier intento de debatir de verdad. Una agresividad que finalmente se terminaba siempre por imponer a las participantes de uno y otro bando por más que, algunas de ellas, quisieran mantener un tono de reflexión y auténtico intercambio de ideas. En seguida resultaba evidente que si alguien quería mantener un cierto tono de mesura y buscaba confrontar de verdad sus argumentos resultaba engullida por el tono general de un debate que, tal como está planteado, excluye cualquier matiz. Sobre la prostitución en España sólo se puede estar furiosa y dogmáticamente en uno de los dos únicos bandos en los que se ha dividido la cuestión. Y estar en uno de esos bandos implica, demasiado a menudo, descalificar a las otras, verlas como enemigas del feminismo, aguantar también de su parte insultos y descalificaciones personales, etc. Cualquiera que haya asistido o participado en uno de esos debates sabe perfectamente de qué hablo. Y sin embargo, cualquiera que lleve en esto del feminismo muchos años sabe también que hay feministas en ambos lados, entre las pro y anti prostitución; o abolicionistas y regulacionistas.
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Neomachismo y prostitución
Hace unas pocas semanas entregué a la editorial Bellaterra un libro sobre prostitución, un libro que me ha resultado muy complicado de escribir, como no podía ser menos tratándose del tema del que se trata, complejo como pocos. El libro saldrá a la calle en 2012 pero ya estoy dando alguna ponencia sobre el asunto y por tanto me encuentro ahora con que tengo que resumirlo o extraer lo principal del mismo para explicarlo. Ya sabemos cómo de polarizada está la cuestión de la prostitución y de qué manera tan cruda se suele desarrollar el debate (por llamarlo de alguna manera) en torno a la misma. Sin embargo, a la hora de escribir el libro, lo que resultó más complicado fue decir algo nuevo. Hay miles, literalmente decenas de miles de libros, artículos y estudios en torno a la prostitución pero al final el 90% se agrupan en una de las posturas: abolicionista o regulacionista. Y la inmensa mayoría, como es lógico, dan los mismos argumentos una y otra vez aunque tratados desde distintos ángulos, distintas perspectivas, ponen el foco en diferente objetivo etc.
El asunto de la prostitución, de su regulación o no, llega cada poco a los periódicos y a la política. El asunto es demasiado complejo para tratarlo en unas pocas líneas y toda simplificación oculta una parte importante de la realidad que yo estoy dispuesta a discutir en otros ámbitos. Pero creo que si las feministas (abolicionistas y proderechos) no tenemos cuidado, esta batalla la terminarán ganando, como ha ocurrido en muchos otros países, los empresarios del sexo en detrimento de las mujeres en general, pero también en detrimento de los derechos de las mujeres que ejercen la prostitución.
Mujeres transexuales y prostitución
La anatomía no es un destino, dijo Simone de Beauvoir y las feministas la creímos y enarbolamos esa frase como bandera. Pero al parecer muchas feministas no acabamos de estar seguras de lo que significa abrazar de verdad esa frase que es más que una frase, que es una declaración de principios ante la vida. La anatomía no es un destino…hasta cierto punto, parece que sería la declaración que abrazarían más bien algunas feministas.
Beatriz Gimeno
La regularización de la prostitución como un trabajo más o la lucha por la abolición se ha convertido en los últimos años en un asunto que ha dividido en dos mitades irreconciliables al movimiento feminista, no tanto al resto de la sociedad, que suele asumir la opinión de los medios de comunicación mayoritarios o de los políticos que los representan. El debate dentro del movimiento feminista ha alcanzado niveles de tal virulencia que es imposible llegar no ya a un acuerdo, sino siquiera a escuchar los argumentos de la otra parte. Leer más.
Ruth Mestre
Los 8 de marzo se han convertido en una jornada reivindicativa por los derechos de las mujeres, y en especial, de las mujeres trabajadoras. Acepté encantada la invitación de ofrecer unas pocas reflexiones a propósito de esta fecha. La relación de las mujeres y “el trabajo” y los derechos y la ciudadanía, es una relación compleja y también refleja una historia de exclusión. Por eso es importante seguir reflexionando y seguir reivindicando por los derechos de las trabajadoras que somos todas. El trabajo parece ser el elemento más importante de inclusión y definición en las sociedades capitalistas actuales: si no tienes trabajo, no vales nada. Y en parte esto es lo que nos ha pasado a las mujeres mucho tiempo, que como lo que hacemos no se reconoce como trabajo, no valemos nada. Leer más.
Prostitución
Lo más terrible del asunto de la prostitución últimamente aireado en los periódicos es que parece que lo único que molesta es que se vea. Pero no que se vea el entramado que la crea y la mantiene, no, que se las vea a ellas, a las putas. Pero ellas ni siquiera serían putas si no fuera por la existencia de ellos, de los puteros. Y a ellos nadie les menciona. Nadie dice: “Echemos de aquí a los puteros”, “fuera puteros del barrio” como si lo de la prostitución fuera cosa de ellas, cuando en realidad es de ellos. Se habla sólo de ellas como si fuesen objetos cuya visión molesta, cosas que se pueden mover de acá para allá (sin mucha convicción). Han sido completamente deshumanizadas, lo cual es normal porque eso es lo primero que le ocurre a una cuando encarna a una prostituta, que se convierte en un objeto. Los medios de comunicación las muestran como si fueran mobiliario urbano a desterrar por feo, las asociaciones vecinales piden que se las lleven a otro sitio, como quien mueve un banco de sitio. Es como si ellas estuvieran allí, molestando a todo el mundo, pero a solas. En realidad, los que molestan son ellos, los que deberían ser excluidos, expulsados, identificados, multados y reeducados son ellos y con ellos, toda la parte de la sociedad que considera esto normal.
