Al parecer el PP está hecho un verdadero lío con el asunto de la prostitución. En su seno conviven partidarios de la regulación, de multar a las que la ejercen en la calle, de multar a los clientes y de prohibirla del todo, al parecer. En el PP tienen el mismo lío que muchos otros partidos y que la sociedad en general. En mi opinión, y ojala me equivoque, finalmente triunfará la opción regulacionista para las empresas de la prostitución (proxenetas, mafias y demás) y la prohibicionista para las mujeres que la ejercen en la calle. Es decir, lo de siempre, ventajas para los poderosos y explotación, e incluso persecución, para quienes menos tienen.
Hay gente que todavía se asombra de que haya un sector del PP partidario de regular la prostitución, pero a mí me asombra que haya tardado tanto en emerger porque, sin duda esa es la postura más coherente con el neoliberalismo más extremo. ¿Cómo es posible pensar que haya algo que debe quedar fuera de la lógica del mercado? La educación, la sanidad o el cuerpo: el sexo, los órganos, la sangre, lo que sea…todo debe estar regido por la ley de la oferta y la demanda y no hay más consideraciones. Esperanza Aguirre lo tiene claro: “¿si alguien quiere vender sexo ¿por qué no? ¿Por qué iba a quedar el cuerpo, el sexo o cualquier otra cosa fuera del ámbito del mercado? Libertad, dicen, libertad para vender tu cuerpo o algo de él, o tu tiempo, o tu fuerza de trabajo o para poner un negocio. Ya lo sabemos: libertad para negociar desde posiciones completamente dispares, pero en eso consiste el capitalismo, al fin y al cabo. Por eso estoy segura que el PP terminará adoptando, al final, una regulación sobre la prostitución enfocada al beneficio empresarial, coherente con su ideología y con todas sus políticas y que en absoluto tendrá en cuenta la opinión de las mujeres que la ejercen.
Si los empresarios/mafiosos pueden estar tranquilos, las mujeres que se dedican a la prostitución en la calle pueden echarse a temblar porque les va a pasar lo mismo que a los que rebuscan en la basura, les caerá una multa que, naturalmente, no podrán pagar y que no evitará tampoco que se sigan prostituyendo, sólo que será mucho más peligroso. De lo que se trata es de “limpiar” la calle, de que lo feo no se vea, de estigmatizarlas y perseguirlas. Es una cuestión ideológica: los pobres son peligrosos, tienden a la delincuencia y molestan. Se trata también de que las mujeres que ejercen por su cuenta no tengan más remedio que “aceptar” someterse a la explotación de los empresarios.
La moralina antisexual o religiosa que tradicionalmente ha estado vinculada a la prostitución ha desaparecido o es residual. Siempre se ha dicho que la sociedad conservadora o religiosa abominaba de la prostitución porque abominaba del sexo, especialmente del sexo no reproductivo, pero esto no ha sido exactamente así. Lo cierto es que la Iglesia y los sectores más conservadores, siempre vieron la prostitución como un mal menor y necesario en todo caso para evitar el desorden completo al que, de no existir esta institución, la sociedad estaba abocada dada la incontinencia sexual masculina, que era (y es) percibida culturalmente como sujeta a impulsos irrefrenables que “necesitan” de un contingente de mujeres, distintas de las mujeres propias y decentes, que les den cauce. La alternativa era, al parecer, manadas de hombres salvajes violando a las mujeres de otros por las calles, el caos. Ni la iglesia ni la ideología más conservadora han odiado o rechazado nunca la prostitución (de la que, por cierto, han usado profusamente) sino que a lo que odian es a las mujeres, y a las prostitutas especialmente, culpables ambas de muchos males que aquejan a la humanidad (es decir, a los hombres).
Si lo que se quiere es evitar que la prostitución se ejerza en la calle la alternativa de multar al cliente es, no solamente la más justa, sino también la más efectiva. Por una parte porque los clientes se sienten, por lo general, ciudadanos respetables que están ejerciendo casi un derecho o satisfaciendo “una necesidad” irreprimible. Ser identificados por la policía y quizá multados no sólo sería una buena enseñanza social, sino que, además, resultaría seguramente efectivo, ya que son ellos los que tienen mucho que perder. Las multas, en este caso, sí serían disuasorias. No en el caso de ellas, naturalmente. Pero sin embargo, esta opción es la menos utilizada por los poderes públicos (excepto en Suecia) señal de que nuestros gobernantes siguen pensando que, por las razones antes dichas, los hombres no son culpables de nada, sino, si acaso, pobres y débiles varones sometidos a indecibles provocaciones. Esta debe ser la opinión del Ministro del Interior que prepara una ley que, al parecer, va a optar por la solución de multar a las mujeres que estén en la calle.
No hay espacio aquí para abordar un tema tan sumamente complejo como este de la prostitución, que tiene un poco de todo: de sexismo, capitalismo, discriminación económica y cultural, de racismo, xenofobia, misoginia… y que es abordado desde tantas perspectivas como perspectivas ideológicas y culturales son posibles. Y como el asunto tiene tantos matices sólo diría que no deberíamos olvidar nunca que la prostitución es un dispositivo que, entre otros muchos, sirve para disciplinar y controlar, para enseñar, transmitir, producir, un determinado tipo de sexualidad y también de relación entre hombres y mujeres.
Mientras exista la prostitución la igualdad sexual es imposible porque esta institución es el resultado (y es al mismo tiempo uno de los pilares fundamentales) de un sistema sexual determinado, que marca la desigualdad y la jerarquía sexual. Pero las mujeres que se prostituyen ni tienen la culpa de esto, ni son tampoco víctimas pasivas del mismo, como nos ocurre a todas y todos los que vivimos y trabajamos en un sistema económico y sexual desigual e injusto. Las feministas y las personas de izquierdas en general tenemos que combinar el rechazo y la lucha contra la institución con la solidaridad y el apoyo a estas mujeres que hacen con sus vidas lo que pueden, lo mismo que cualquiera de nosotras, dentro de sus posibilidades, siempre más limitadas cuanto más pobre se es. Si lo que algunos medios anuncian termina convirtiéndose en realidad, entonces las medidas que el PP va a tomar contra la prostitución serán las peores y las más injustas posibles. El único antídoto contra la prostitución es la igualdad entre hombres y mujeres, así como la expansión de unas relaciones sexuales éticas que tengan siempre en cuenta el bienestar y el goce del otro.
Publicado: www.elplural.com
18 respuestas a «Otra vez la prostitución»
En el pp no tienen nada claro que hacer con este tema. Ni en el pp ni lo tuvieron en el psoe, con una línea ideológica más precisa en cuanto a esta cuestión. Nadie se atreve a dar un movimiento fuerte, nadie se atreve o bien a regular o bien a abolir. Ambas opciones pueden tener desencadenantes inesperados, en función de como se realice cada una de las posibilidades. Una mala regulación puede abrir puertas a nuevas mafias o holdings donde la opinión y libertades de las mujeres y hombres que deciden prostituirse se vean completamente diluidas, algo asi como el trabjador en una gran empresa. Una abolición significa abocar la actividad a una mayor marginlidad, mayores riesgos para las personas que ejercen y consumen y en mi parecer una inaceptable intromisión entre la libertad de las personas para decidir sobre que hacen con su sexualidad.
La prostitución, como bien dices tiene muchas aristas y esquinas, es un tema que se diluye muchas veces de las manos, un tema que divide a la población, un tema, en mi opinion, de imposible solución «moral». La opción de la regulación es en mi parecer la mejor de las medidas, una regulación establecida donde protega efectivamente los derechos de las personas sobre todo de las que lo ejercen.
El pp es neoliberal cuando le conviene, y cuando no pues no lo es. Entre sus filas hay diversidad de opiniones. Es normal. Como digo este tema causa opiniones muy distintas según a quien le preguntes. TAnto el abolicionismo con el regulacionismo tiene cabida entre sensibilidades políticas muy distintas, en la izquierda también, hay un gran número de regulacionistas. Yo soy uno.
La prostitución es un producto de una sociedad que busca el encauzamiento de la sexualidad en unos patrones determinados, especialmente el de dictaminar que la monogamia es la mejor y más válida de las posibilidades existentes. La imposición moral y normativa de la monogamia está sin duda en el origen de la prostitución. La prostitución desaparecería por si sola si la sociedad llegase a una libertad sexual completa, donde todas las opciones fueran igual de válidas. La libertad sexual de hombres y mujeres se consigue con educación y sobre todo con la no represión de la sexualidad, especialmente en las mujeres. Mientras la gente se siga casando, Mientras el patrón normativo y «a seguir» sea la pareja heterosexual monógama durarera, seguirá habiendo prostitución. Cuando se acabe uno, se acabará lo otro, porque simplemente no se demandará.
Mientras tanto, la regulación parece la mejor de las opciones. Si va a seguir existiendo, lo mejor es crear el marco normativo adecuado para que se haga con las menores consecuencias posibles para todos y especialmente para todas las mujeres que se dedican a ello.
Tus argumentos son los traicionales proregulación, estoy de acuerdo con algunas cosas y con otras no. No hay aquí espacio para volver a revivir la cuestión, pero la prostitución es una institución sexista que se levanta sobre una ideología patriarcal que no acepto. No es verdad que la monogamia sea la causa de la prostitución porque el patrón hoy no es la monogamia, por lo menos en lo que hace a determinados sectores y edades. la prostitución hoy se usa porque los hombres no quieren relaciones igualitarias y por eso buscan relaciones en las que poder abdicar de cualquier responsabilidad en el placer y la satisfacción de la otra persona, no quieren que se les demande nada. la regulación no es la mejor opción y eso lo demuestra el fracaso en todos aquellos sitios en donde se ha regulado, el fracaso en la igualdad. La prostitución no es sólo un trabajo, que es como solemos considerarlo, es una institución cuyas consecuencias se reflejan en toda la sociedad, en los hombres y las mujeres y las relaciones entre ambos. Para conocer mis argumentos me permito recomendarte mi libro sobre prostitución porque el tema es muy complejo para desarrollarlo aquí.
La prostitución no busca encauzar la sexualidad, sino sólo la de las mujeres. Las mujeres deben ser de un hombre pero los hombres pueden tener muchas mujeres lo que se logra con el matrimonio para las mujeres y con la necesariedad de un contingente de mujeres públicas (para los hombres), que son de todos. El problema es que todo lo que se dice de los derechos de las prostitutas etc, cosas con las que yo estaría bastante de acuerdo, no tiene en cuenta a la institución. Es decir, la prostitución son las personas por una parte, pero también es una institución. No hay en ningún sector ni en ninguna sociedad libertades absolutas para nadie, no sólo para las mujeres que se dedican a la prostitución. Si las libertades individuales chocan con el bien común, estas libertades pueden restringirse y la prostitución es una institución que perjudica a todas las mujeres por las razones que he explicado hasta la saciedad y que no caben aquí. POr tanto hay que conjugar el bienestar y la justicia para las prostitutas con la necesaria desaparición de una institución que es un auténtico freno a la igualdad entre los sexos.
La mayor parte de la población es reglamentarista, casi el 80% de la población, y tanto gente de izquierda como derecha, todos con distintos argumentos. Yo soy abolicionista y me rendí, nunca mas vuelto a tocar este tema, me agota, me entristece y veo que no sirve de nada. Solo para que me llamen puritana, que tengo una moral arcaica, que es un trabajo como otro cualquiera y si no lo veo asi es que tengo un problema con la sexualidad y soy una reprimida. Por no hablar del mito de que la trata es minoritaria o anecdotica (contradictorio si leemos comunicados de vecinos)
Ya ignoro el tema, la» batalla» (los anti prostitucion aunque no sean abolicionistas) esta perdida, no hay nada que hacer.
Entiendo tu sensación porque muchas nos hemos sentido así. Pero desde hace un tiempo las cosas han empezado a cambiar. Parte del problema eran los argumentos abolicionistas, que no conectaban con la gente ni con este tiempo, pero ahora estamos usando otros argumentos que parece que están llegando más; cada vez hay más hombres igualitarios que dicen no a la prostitución. No creo que la batalla esté perdida, creo que está dificil pero que estamos consiguiendo centrar la cuestión, sobre todo ante los fracasos evidentes de los países que la han regulado.
Que el patrón no es la monogamia??? Es cierto que ya mucha gente vive sola, mantienen relaciones esporádicas o con poco compromiso (yo mismo) pero la normatividad, los mensajes sociales respecto a las relaciones sexuales y de pareja son siempre basadas en la normatividad de la monogamia durarera. Incluso en parejas homosexuales se impone dicha visión. La monogamia, entendida antropológicamente hablando tiene además también su función útil, ya que la crianza de los niños entre dos personas siempre es mejor que entre una (insisto que antropológicamente hablando). Es cierto que el matrimonio está en crisis, pero eso no evita que los mensajes sigan siendo los mismos.
¿¿que entiendes relaciones en igualdad?? aun no tengo claro ese concepto. Una relaicon de igualdad yo la entiendo donde se repartan por igual las responsabilidades de la misma, donde el respeto a las libertades y deseos de la otra persona sean asumidos y admitidos por la otra.
Decir que los hombres que acuden a prostitución no buscan relaciones de igualdad es mucho aventurar. Habrá de todo como en botica. Es un argumento bastante simplista, bastante poco pensado y muy muy culpabilizador. Conozco matrimonios digamos igualitarios donde el marido acude con cierta frecuencia a estos servicios, porque simplemente necesita «variar» sus parejas sexuales. La prostitución también es utilizada por varones que no quieren compromisos, que prefieren un sexo digamos «pùro» que entrar en los juegos de seducción, conquista, riesgo para muchas veces no obtener lo que se desea.Gente que acude porque tiene fantasias que con sus parejas no pueden cumplir, solitarios que por escasez de habilidades o enfermedades no encuentra personas con las que tener relaciones seuxales o afectivas, etc etc Son muchos los motivos por los que los hombres acuden a estos servicios. Hay mucha confusión respecto al cliente, mucho estereotipo también, y por parte de algunas personas mucha mala intención.
Claro que el tema puede tratarse desde una perspectiva de igualdad de géneros. No lo discuto e incluso lo apoyo. Pero creo que no debe ser la única lupa bajo la que mirar dicha realidad. Las necesidades sexuales, la forma de acceder a las mismas, las relaciones personales entre hombres y mujeres siguen siendo divergentes muchas veces. Creo que un análisis del porqué de esas divergencias debe ser también necesario. Y creo que apenas se trata.
Saludos.
Sí, no quería decir eso, es cierto que el patrón es la monogamia, aunque mucho más laxa que antes. Lo quería decir es que no es una cuestión -o yo no lo creo- de represión sexual, ya no. de otra forma es dificil explicar que haya mucha más prostitución ahora que nunca en la historia cuando antes sí que no había ninguna opción a la monogamia. Ahora el sexo está por todas partes y es relativamente accesible y, sin embargo…los hombres usan mucha más prostitución que nunca. En los 70 los sociçologos estaban convencidos de que la prostitución estaba por acabarse debido a la liberación sexual y al feminismo, pero ocurrió lo contrario. La explicación es que el feminismo, precisamente, hizo que los hombres se volcaran en el uso de la prostitución porque necesitan un ámbito en el que reencontrarse con la masculinidad tradicional. Pero esto es un análisis muy rápido para un tema tan complejo
Buenas, Moonraker!
me ha gustado leer tu opinión y ver que te interesas por aclarar puntos de vista en este tema. Como hombre, entiendo todo lo que dices, porque lo he visto así hasta hace un tiempo. Pero he conocido otras realidades y al final ves que la realidad es simple -que no simplista-, lo cierto es que muchas veces se «adorna» para difuminar o enturbiar la verdad de las cosas. Véase, el hambre en el mundo: me podré sentir culpable o no, pero el hecho de que en la parte del mundo donde vivo, se tenga cierta forma de vida (consumista, mercantilista) afecta directamente a otra parte del mundo, que vive sometida.
No hay igualdad en una relación en la que el hombre busca sexo y la mujer no. Tú mismo lo dices: «Una relaicon de igualdad yo la entiendo donde se repartan por igual las responsabilidades de la misma, donde el respeto a las libertades y deseos de la otra persona sean asumidos y admitidos por la otra». Das en el clavo: ¡el respeto a las libertades y deseos! sin embargo quien acude a una prostituta no sabe a ciencia cierta si ella es libre o no de hacer lo que hace (pienso que si algún cliente se lo pregunta de verdad, quizás no llegar a «consumir»). Creo que en este sentido las únicas que son libres son las llamadas «putas de lujo»; pues pregúntales si lo hacen con cualquiera que les pague, y ya luego por curiosidad pregúntale cuánto cobran. Te aseguro que no están más buenas, ni son más inteligentes, ni lo hacen mejor que las que lo hacen por 20 o 50 Euros.
Lo que me parece simplista es decir que un tio, por ser feo o torpe con las mujeres, tenga que tener sexo por narices. En el reino animal los lerdos o se ponen las pilas o se comen los mocos, pero al final todo el mundo disfruta. No veo por qué tiene que ser distinto con los seres humanos, ya que para defender esto se recurre siempre al instinto y a las necesidades biológicas del hombre. Si es distinto, es por la perversión humana, capaz de sacar provecho de otros iguales -qué ironía- en situaciones de desigualdad.
En cuanto a la regularización, no veo que sea la solución, sino una forma de perpetuar una situación de desigualdad y peor aún, de normalizarla en la sociedad.
Siento el rollo que he soltado. Va por ellas, desfavorecidas y explotadas.
Un abrazo!
@JuanAnGoMar
Hola
Como bien se está diciendo, el tema de la prostitución es muy complejo y tiene muchos matices. Por eso, voy a centrarme sólo en contestar a lo que comentas de las relaciones de igualdad.
Claro que hay mil razones por las que los hombres consumen prostitución pero ¿qué tiene que ver eso con que las relaciones sean de igualdad? Simplemente son los motivos por los que se consume.
A parte, en alguno de esos motivos que citas hay alguno en el que se busque una relación de igualdad¿?¿
La cuestión es si, una vez están consumiendo, la relación es igualitaria.
Yo creo que, simplemente por el hecho de pagar, ya hay uno que tiene más poder que la otra.
Saludos!
y otra preguntita ¿¿crees que son muy distintas las sociedades suecas o la holandesa y la alemana?? ¿¿es un ataque a la igualdad la regulación de la prostitucion??¿¿porque si es que es así hay colectivos de mujeres que reclaman la misma??. EStá claro que hay mucha confusión acerca de lo que llamamos «igualdad de géneros». Recuerda que donde está regularizada las tasas de consumo de prostitución son mucho menores, aunque quizá esto tenga que ver con que la represion sexual a hombres y mujeres (sobre todo a estas últimas) ha sido menor
Moonraker escribe entre otras cosas:
«Mientras la gente se siga casando, Mientras el patrón normativo y “a seguir” sea la pareja heterosexual monógama durarera, seguirá habiendo prostitución. Cuando se acabe uno, se acabará lo otro, porque simplemente no se demandará.»
Y este argumento no resulta difícil de rebatir. la realidad empírica con respecto a la demanda de prostitución nos lo posibilita: en una sociedad como la nuestra es fácil estimar que el 99% de la demanda y consumo de relaciones de prostitución (relaciones sexuales o trato sexual de pago), sean ofrecidas `por quienes sean (mujeres, transgéneros, otros hombres) la llevan a cabo los hombres (hombres pertenecientes a distintos estratos sociales y de diferentes condiciones, situaciones vitales… -como tú bien señalas). En base a esto, te pregunto:
¿Acaso no existen en nuestra sociedad mujeres, mayores de dieciocho años, o que son poco agraciadas físicamente hablando, o que tienen un carácter o una personalidad que resulta poco atractivas para los hombres del entorno social en el que ellas se mueven, o que tienen alguna discapacidad o que tienen mala salud física o psíquica, lo que les crea fuertes condicionamientos para tener opciones en «el mercado del amor y del sexo», o que pertenecen a alguna etnia, que o aún es muy patriarcal, o que resulta discriminada en nuestra sociedad, lo que entonces pudiera limitarlas seriamente en su autonomía y/o libertad sexual, o …?
Si a preguntas como estas podemos responder afirmativamente (es decir afirmamos que tales mujeres seguramente existen en nuestro territorio), entonces la siguiente pregunta que yo me hago a mí mismo (y que me atrevo a hacerte a ti y a quienes, como tú, usan tal argumento es la siguiente?: ¿Por qué no se da un porcentaje significativo dentro de tales «categorías» de mujeres que recurra a la demanda y consumo de relaciones sexuales en la prostitución -al menos en nuestro país?
Esta cuestión nadie -del feminismo pro-prostitución- parece ser capaz de responderla.
Por otro lado, aunque puedo estar algo de acuerdo con esto que añades:
«Claro que el tema puede tratarse desde una perspectiva de igualdad de géneros. No lo discuto e incluso lo apoyo. Pero creo que no debe ser la única lupa bajo la que mirar dicha realidad. Las necesidades sexuales, la forma de acceder a las mismas, las relaciones personales entre hombres y mujeres siguen siendo divergentes muchas veces.»
Me parece que tales variables sociológicas no servirían para justificar o defender la demanda y consumo de sexo por parte de los hombres en la prostitución. Otra cuestión diferente sería la de considerar legítima -un poco por lo que tú pareces sugerir- una determinada demanda masculina de relaciones de alterne con mujeres (o con hombres en el caso de clientes homosexuales). Y cuando digo aquí «una determinada demanda» me refiero a que dicho alterne creo que sólo podría ser legítimo bajo una(s) forma(s) muy concreta(s); cuando en dicha relación comercial interpersonal no se traspasaran ciertos límites. Para mi forma personal de verlo sólo podría ser respetable o legitimable cuando fuera más o menos asimilable a una conversación respetuosa entre los hombres clientes y las personas trabajadoras. Para otras personas quizás otras formas de relación legitimables dentro de la categoría ‘alterne’ podrían ser interacciones mujeres-hombres en las que ellas bailan con ellos a cambio de un pago.
Una condición indispensable para la legitimación de tales alternes sería -en cualquier caso- que las mujeres pudiesen rechazar a sus clientes en cualquier momento de tales interacciones; que ellas dispusieran de esta libertad real.
Soy padre casado y monógamo… y «a pesar de todo», ¡abolicionista!. Mi vida es plena y no creo que sea necesaria la mercantilización del sexo (de la persona). Y creo que es una posición totalmente compatible con el «cada persona que sea libre de hacer lo que quiera con su vida». Digo «lo que quiera», no «lo que pueda»… hay una gran diferencia.
Para mí es claro -gracias a mi mujer-, que la prostitución es la consecuencia directa de la desigualdad entre el hombre y la mujer. Y creo que es vital lanzar esta idea a la sociedad, ya que llevamos toda la vida escuchando -incluso diciendo- que «la prostitución es el oficio más antiguo que existe» (¿y eso lo justifica?), cuando la realidad es que «la prostitución supone la forma de explotación más antigua -y aceptada- de la historia».
Así que amiga «Sin Esperanza», no creo que sea más desagradable escuchar juicios descalificativos hacia una misma por manifestar sus ideas, que estar inmersa en una conversación rancia y anodina. Así que te animo a seguir manifestando tu opinión ante lo que te parece abominable, porque lo que un día son utopías, algún día acaban siendo realidades y evidencias. Y aunque hay gente que no es capaz o por miedo o inseguridad no quiere de escuchar, seguramente encuentres a muchos que sí vean puntos de vista nuevos y reveladores que hagan cambiar la opinión de muchos, como lo hizo mi mujer conmigo.
Beatriz, me ha encantado el artículo. Sigamos luchando por la justicia.
Abrazos,
@JuanAnGoMar
Gracias. En esta batalla los hombres igualitarios son fundamentales. Los hombres son los clientes así que sin ellos no hay cambio posible. Gracias por escribirme y por tus palabras.
Un abrazo
Y otro texto más, realmente clarificador.
Publicado el 29 de abril de 2012 por citereaanadiomena
26 de abril de 2012, por Greta Christina
http://www.freethoughtblogs.com/greta/2012/04/26/guest-post-from-sarah-van-brussel/
“Una cosa que oigo una y otra vez es cómo las feministas han hecho el trabajo de las trabajadoras sexuales mucho más difícil.”
Lo que sigue es un comentario de Sarah van Brussel
*
Soy una lectora habitual de tu blog y una gran fan de tu trabajo. Soy feminista y atea y aprecio realmente tu contribución a ambos movimientos. No suelo enviar muchos comentarios, pero tras leer tu post en el que das la palabra a las trabajadoras sexuales, he querido darte las gracias y compartir el contexto en el que leí tu post.
Trabajo en un fondo internacional para mujeres llamado Mama Cash, un fondo con una larga historia de financiación de organizaciones dirigidas por trabajadoras sexuales. Decir que me horrorizó el post de Taslima Nasreen acerca del trabajo sexual sería decir poco. Tu post me llegó en un momento particularmente conmovedor para mí. Precisamente estaba asistiendo al Foro de AWID (Association for Women’s Rights in Development) en Estambul, Turquia.
Durante la conferencia, tuve la oportunidad de hablar con activistas trabajadoras sexuales que trabajan en temas relacionados con los derechos humanos en todo el mundo. Una cosa que escuché una y otra vez fue cómo las feministas habían hecho el trabajo de las trabajadoras sexuales mucho más difícil. Yo suelo llevar mi ‘chapa de feminista’ con orgullo, pero esto me chocó y me avergonzó. Una activista de la organización turca Kadin Kapisi dijo que cuando se hizo activista trabajadora sexual esperaba tener que luchar con fundamentalistas, tradicionalistas, intolerantes y otros conservadores pero, en cambio, emplea la mayor parte de su tiempo luchando contra feministas y socialistas. Una activista del Colectivo Inglés de Prostitutas lo dijo de una forma aún más sucinta: “vivimos con miedo a las redadas y al ‘rescate’”. La experiencia de hablar directamente con trabajadoras sexuales me ha determinado aún más a ser la mejor aliada suya que pueda ser.
He visto que estas mujeres y estos hombres activistas son increíblemente apasionados, inteligentes y, por encima de todo, valientes, y me lleno de rabia cuando personas como Taslima Nasreen les desprecia como víctimas y le niega autonomía.
Para mí, uno de los momentos más destacables del Foro AWID fue la presentación del primer fondo dirigido por y para lxs trabajadorxs sexuales, el Red Umbrella Fund (Mama Cash está alojando administrativamente el Fondo). La misión de este nuevo fondo es “reforzar y garantizar la sostenibilidad del movimiento por los derechos de lxs trabajadorxs sexuales catalizando una nueva financiación específicamente destinada a las organizaciones dirigidas por trabajadoras sexuales y a las redes nacionales, regionales y globales.”
El Fondo fue presentado ante al menos 40 activistas trabajadoras sexuales de todo el mundo, y fue un momento realmente feliz. Muchas veteranas del movimiento por los derechos de lxs trabajadorxs sexuales nunca habían esperado llegar a ver este momento y se emocionaron de tener al fin la palabra en la amable financiación de la que van a poder disponer. El Fondo adopta la filosofía de “nada para nosotras sin nosotras” y se compromete a poner a lxs trabajadorxs sexuales en el centro del gobierno y los programas del Fondo.
Las organizaciones defensoras de los derechos de lxs trabajadorxs sexuales tienen muchos problemas para acceder a financiación, particularmente si no se dedican al rescate de trabajadoras sexuales. Y mucho del dinero disponible está dirigido por el donante, es decir, dirigido por el programa del donante, que no se acopla necesariamente a las propias prioridades y necesidades de dichas organizaciones. Las subvenciones de apoyo general y capacitación son, incluso, más escasas. Yo espero que el Red Umbrella Fund marque una diferencia y ayude a mejorar la sostenibilidad del movimiento.
Así que gracias por tus posts —todos ellos, de verdad, pero especialmente éste. No podría haber llegado en mejor momento para mí.
P.D.: Si estás interesado, puedes leer más acerca del Red Umbrella Fund aquí.
*
Y ahora, otra vez Greta.
Quiero destacar este extracto, y llamar una atención especial sobre él.
Durante la conferencia, tuve la oportunidad de hablar con activistas trabajadoras sexuales que trabajan en temas relacionados con los derechos humanos en todo el mundo. Una cosa que escuché una y otra vez fue cómo las feministas habían hecho el trabajo de las trabajadoras sexuales mucho más difícil. Yo suelo llevar mi ‘chapa de feminista’ con orgullo, pero esto me chocó y me avergonzó. Una activista de la organización turca Kadin Kapisi dijo que cuando se hizo activista trabajadora sexual esperaba tener que luchar con fundamentalistas, tradicionalistas, intolerantes y otros conservadores pero, en cambio, emplea la mayor parte de su tiempo luchando con feministas y socialistas. Una activista del Colectivo Inglés de Prostitutas lo dijo de una forma aún más sucinta: “vivimos con miedo a las redadas y al ‘rescate’”.
Quiero que todas las feministas anti-trabajo sexual lean esto.
Quiero que todas las feministas anti-trabajo sexual que piensan que están “ayudando” a las trabajadoras sexuales lean esto.
Y luego, quiero que se pregunten a sí mismas: ¿Qué clase de feminista “ayuda” a otras mujeres sin preguntarles qué clase de ayuda quieren realmente? ¿Qué clase de feminista “ayuda” a otras mujeres tratándolas como si no fueran capaces de decidir por sí mismas qué es lo mejor para ellas? ¿Qué clase de feminista “ayuda” a otras mujeres con métodos que estas mujeres consideran, de hecho, dañinos?
Beatriz, si me permites una pregunta me gustaría hacertela. Ya lo he hecho en alguna ocasion y no me has respondido claramente:
¿¿Darias a las mujeres y hombres trabajadores sexuales la capacidad de regularizar su situación, de darles empoderamiento en sus decisiones y de aceptarlas al igual que haces con el resto de mujeres, a la vez que las desestigmatizarias y las desvictimizarias, por mucho que consideres que moralmente la prostitución no sea algo deseable??? Si contestas SI, estás con esas mujeres que he posteado anteriormente. Si contestas que no, estás en contra. Puede parecer un poco radical lo que te pido, pero necesito expresarlo así. Incluso aceptando tu postura intermedia en la cuestión de la prostitución, hay cosas que hay que tener claras.
Respecto de la prostitución, en tanto que institución y en tanto que actividad a la que se ven presionadas la mayoría de las personas que la ejercen (mujeres, transgéneros, hombres prostitutos) pienso -creo- muy parecido a Beatriz.
Pero además, tengo la creencia de que la prostitución (=relaciones o trato sexual que un hombre tiene con otra persona a cambio de un pago de dinero) es una práctica que resulta nociva también para la mayoría de los hombres que la llevan a cabo de manera reiterada o habitual. No es infrecuente que los hombres que son clientes habituales y más o menos conscientes de la inautenticidad o de «lo falso» de dicha clase de relaciones sexuales, se engañen a sí mismos con respecto a este consumo. Considero que bastantes hombres que se justifican una y otra vez en lo relativo a su trato sexual con mujeres en contextos de prostitución (aquellos a los que he podido escuchar y leer) son necios y no escuchan o no les importa siquiera lo que digan las propias mujeres (o transgéneros) que realizan prostitución… ellas en sus testimonios de corte autobiográfico (historias de vida, memorias…) una y otra vez dejan constancia de que ellas no disfrutan de esa sexualidad que tiene con sus clientes; de que interpretan los papeles que sus clientes desean (o que ellas creen que desean); de que lo que más hacen es fingir, de que separan el sexo prostitucional del sexo íntimo, recurriendo incluso a estrategias psicológicas de distanciamiento de esas relaciones que tienen que mantener con los hombres que las pagan.
Dicho esto con un ejemplo: no entiendo como algún varón adulto, cliente habitual, que tuviera un mínimo de racionalidad, en el caso de conocer un testimonio como el que dejó (por ejemplo) la difunta Grisélidis Rèal en su libro «El polvo imaginario», puede después de esta experiencia seguir recurriendo al uso sexual de la prostitución.
Por otro lado: las mujeres que llegan a hacer de la prostitución su forma de vida parece que no están dispuestas por lo general (al menos cuando se las pregunta de una manera pública) a criticar, de una manera clara, el acto de demanda y consumo de sexo de pago de los hombres que acuden a ellas… Por el contrario las declaraciones en las que disculpan y justifican a quienes las pagan no son infrecuentes.
Creo que si se hiciese alguna investigación -en profundidad y bien fundamentada desde el punto de vista de las hipótesis y de la teoría- sobre hombres que son clientes (habituales) o con ex-clientes (que lo hubieran sido habitualmente), estableciéndose como una categoría con la que contrastar tales hipótesis, un grupo heterogéneo de hombres que tuvieran en común el no haber usado (consumido) nunca prostitución, quizás encontraríamos que aquellos hombres que si la han usado están -por término medio- menos evolucionados (moralmente) en lo que se refiere a la idea de igualdad entre las personas; más específicamente a valores relativos a la igualdad entre los sexos. O posiblemente también, hallaríamos que tales hombres -los que la han usado- son sujetos más inmaduros en el sentido de irresponsables en lo que concierne a sus relaciones con las demás personas -con las mujeres en particular; o más «egoístas» en lo relativo a su forma de entender la sexualidad…
Tienes toda la razón. Los pocos estudios sobre clientes demuestran eso mismo. Los clientes son muy machistas, homófobos, intolerantes etc. Aunque es verdad que hay de casi todo, sí que están más representados cuanto más machistas, homófobos, racistas etc. La prostitución es una institución que sólo puede conservarse por la desigualdad, por lo mismo sólo la educación en igualdad puede combatirla y no la represión.
Ei, veo que los comentarios son masculinos (de hombres vamos!) Las mujeres que hemos leído el banquete de NIeves (es un remake del banquete de PLatón) sabemos que todo puede cambiar, aunque somos las mujeres lqas que llevamos la peor parte!
Vita