El domingo 18 el director de El País, Javier Moreno publicaba un extenso artículo de opinión cuyo objetivo era resaltar la importancia de las filtraciones descubiertas por Wikileaks y publicadas por su periódico. En mi opinión en el artículo había una pequeña queja latente; El País se duele de que las filtraciones no hayan tenido, quizá, la repercusión pública que esperaban. Yo creo que ha tenido mucha más repercusión el montaje y persecución contra Assange que las filtraciones en sí. El caso ha pasado de tener que ver con la política internacional a convertirse en un caso de libertad de expresión en Internet, algo a lo que todo el mundo es extraordinariamente sensible porque afecta a la posibilidad que los ciudadanos tenemos de informarnos por nuestra cuenta, de buscar información, de compararla, de juzgar por nosotros mismos, algo que es básico tal como están las cosas. Finalmente no nos importa tanto lo que dicen los cables como el derecho que tenemos a enterarnos.