Cuando José era un niño lo que más le gustaba era el fútbol y todos los recreos de su infancia los recuerda jugando con un balón en el patio de la escuela. Pensaba que las niñas eran tontas, no había más que verlas con sus estúpidos juegos de niñas. Él iba con los niños para jugar al fútbol, iba con los niños a jugar al descampado, iba con los niños a fumar a escondidas. En los vestuarios miraba el pene de los demás niños y en cuanto podían, jugaban todos a ver quien lanzaba más lejos el pis. El peor insulto era cualquier palabra que le relacionara con algo femenino. Después, de adolescente sí que hablaba de chicas con su pandilla, de cuál de ellas estaba más buena…Seguía yendo con sus amigos al estadio, a beber en grupo, a andar por ahí. También participó en algunas sesiones de masturbación en grupo y en su pandilla a veces se reunían para ver revistas porno. En esos años conoce al que es su mejor amigo pero su intimidad se reduce a darse fuertes palmadas en la espalda. Después de la universidad, ya trabajando, seguía saliendo con sus amigos, pero ahora también salía con sus jefes y compañeros a tomar cañas, no es bueno que en el trabajo le califiquen a uno de huraño. Los domigos seguía yendo al fútbol con sus amigos de toda la vida. Aunque él nunca fue de putas, alguno de sus amigos sí que lo hacía y en alguna ocasión le insistieron tanto que a punto estuvo de hacerlo, sobre todo en una fiesta en que se emborrachó mucho. No lo hizo porque entonces tenía novia y no le parecía bien.
