Hay cuestiones políticas en las que la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace es tan abismal que no pueden dejar de parecer una tomadura de pelo. Eso da resultado un tiempo, no puede sostenerse eternamente. Una de esas cuestiones es la de la explotación reproductiva donde toda la izquierda dice estar en contra pero se dan pocos pasos. Es el momento de hacer algo efectivo en contra de esta práctica. Después de estar en la política institucional puedo entender que a veces no se hacen cosas porque no se puede o porque no te dejan; porque aunque un ministerio quiera hay otros (del mismo gobierno o incluso del mismo partido) que no quieren pero si eso es así hay que explicarlo. La distancia entre el decir y el hacer no puede ser abismal y no puede serlo siempre.