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Esperanza Aguirre, mediocre alumna de Goebbels


Esperanza Aguirre lo ha puesto demasiado fácil al acusar a Podemos de usar las tácticas propagandísticas de Goebbel. No hacía falta remontarse al franquismo ideológico, padrino de los populares. En realidad, Goebbels es ella y es el partido popular, o lo intentan con suerte desigual. La campaña de Podemos para las elecciones europeas ha sido la mejor valorada porque ha conseguido centrar la política en la vida de las personas, en lo que debería ser siempre la política. Queremos que se nos explique por qué no se puede pagar la sanidad y sí rescatar bancos. Y esto no es hacer populismo ni demagogia. Queremos que se nos explique por qué no podemos ser la ciudadanía la que elija si prefiere una cosa o la otra. Porque, además, la política es eso, por eso votamos, para poder elegir las opciones que mejoren nuestras vidas y no a unos gestores de no se sabe qué políticas impuestas por instituciones o personas no elegidas por nadie. Esto tan simple, la razón de la política, había desaparecido del horizonte de la democracia y Podemos lo ha puesto en el centro. Por eso ha sacado más de un millón doscientos mil votos; porque ha puesto el foco en donde debe estar. Y ha conseguido, además, que otros partidos intenten hacer lo mismo: bienvenido sea.

Esperanza Aguirre, en cambio sí ha usado las técnicas de Goebbels con enorme dedicación aunque, afortunadamente, con mucho menos éxito. La función del nazi consistía en controlar todos los medios de comunicación: cine, radio, prensa… para fines propagandísticos del nazismo y para impedir que a Alemania llegara ninguna información del exterior. Aguirre ha usado el único medio de comunicación que controlaba, como Telemadrid, para convertirlo en un medio de propaganda sólo comparable a la otra televisión controlada por el PP, Canal Nou, y lo han hecho con tanta dedicación y poco disimulo que tanto el PP de Madrid como el de Valencia han hundido ambas televisiones a costa de hacer huir a la audiencia. Y eso lo han hecho incluso teniendo mayorías absolutas en sus respectivas comunidades, lo que quiere decir que ni siquiera sus votantes podían soportar la manipulación, tan evidente era. Telediarios manipulados hasta límites risibles, profesionales que se rebelan y que cuentan de qué manera las directrices políticas funcionaban para, al más puro estilo de Goebbels, impedir que la información “del exterior” entrara en la cadena. Lo patético del asunto es que esto lo hacía Aguirre en un país en el que existe libertad de información y de acceso a la misma, con lo que su intento se quedaba en eso, en un intento patético por controlar un trocito de información del que la gente escapa a la carrera.

Consiguió que Telemadrid dejara de ser un medio de comunicación para convertirse en pura propaganda y, siguiendo las instrucciones propagandísticas bien definidas por Goebbels, puso al frente de su televisión a un comisario político para controlar absolutamente toda la “información” que salía al mismo tiempo que creaba contenidos propios para crear opinión, como por ejemplo, respecto del 11M o ETA, asuntos estos en los que Telemadrid nos ha dejado auténticas perlas goebbelianas. A pesar de que Aguirre no ha pasado de ser una pequeña Goebbels y sólo ha podido controlar una cadena de televisión que al final ya no veía nadie, hizo lo que pudo para extender su control y consiguió algunos éxitos como cesar a José Antonio Zarzalejos como director del ABC por empeñarse éste en defender su dignidad de periodista. Aguirre consiguió convertir al digno periódico conservador que era el ABC en el infame panfleto indistinguible de La Gaceta que es hoy. Sobre propaganda y manipulación nadie ha pretendido emular a Goebbels tanto como Esperanza Aguirre aunque, con mucho menos inteligencia, no ha sido capaz de entender que los tiempos no son los mismos y que ahora hay que ser un poco más sutil o se te ve el plumero. Al final Telemadrid no la ve nadie y todo absolutamente todo lo que salga por esa pantalla, aunque por casualidad fuera verdad, es percibido como mentira incluso por los suyos.

Y en cuanto al PP en su conjunto, también se esfuerza en aplicar las técnicas nazis pero sobre esto no merece la pena abundar. El uso de las mentiras más evidentes repetidas y repetidas mil veces, no han conseguido que se conviertan en verdad. Todo lo que dice el PP es mentira, todo. Desde que no han cobrado sobresueldos (los han cobrado), hasta que no se han financiado ilegalmente (lo han hecho), pasando por los datos de la recuperación económica o de la corrupción. La última enorme mentira, enorme y además de una crueldad que sería del gusto de Goebbels, es la frase de Rajoy diciendo que ningún país tiene un estado de bienestar como el de España. Decir esto cuando cientos de miles de familias se quedan sin casa y con deuda, cuando somos ya el país más desigual de Europa, cuando hay gente pasando hambre, niños y niñas malnutridos y cuando el paro sigue asfixiando a la gente, es tan irreal, tan cruel y tan insultante que no me extraña nada que un 10% de sus antiguos votantes hayan dado su voto a Podemos.

Son tan torpes, tan crueles, tan insultantes con la inteligencia ajena, que no son capaces de darse cuenta de que la gente no cree una sola palabra de lo que dicen. O sí. Debe ser que sí, que ya se están dando cuenta, por lo que la que acusa a los demás de ser cómo Goebbels se apresura a decir que hay que cambiar la ley electoral a toda velocidad y sin contar con nadie. Esperanza Aguirre es como Goebbels en el uso de la propaganda, y como cualquier dictador de tres al cuarto en lo que se refiere a la defensa de la democracia. La democracia está bien sólo si ellos son elegidos permanentemente, pero si las encuestas dicen que hay peligro de que pierdan las elecciones, cambiamos la ley electoral de manera que salgamos siempre elegidos, aunque tengamos menos votos, eso es lo de menos. Y, al más puro estilo de Goebbels y de los nazis, lo llaman “regeneración”. No les va a servir de nada.

El Plural

Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

2 respuestas a «Esperanza Aguirre, mediocre alumna de Goebbels»

Muy cierto, Bea. A ver si se van dando cuenta de que ya no engañan a nadie y que su propaganda se ha vuelto contra ellos. Bueno, no… Mejor que no se den cuenta, menos trabajo para obligarlos a dejar las instituciones en manos más limpias 🙂

La entrada de Podemos a la escena política ha tambaleado los cimientos sobre donde se sustentaba la clase política actual: la corrupción, dejación de funciones, continuismo.
Ha logrado que se tomen ciertas medidas para que el resto de partidos intenten ganar de nuevo la confianza de la sociedad española: abdicación, primarias en el PSOE, sentencias contra políticos…
Es un soplo de aire fresco. No obstante, los posicionamientos y propuestas económicas de Podemos rozan la demagogia y la incoherencia.
Como Lobby y grupo de presión es inmejorable. Como alternativa de gobierno deja mucho que desear.

Un saludo

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