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Respuestas al asunto de la lactancia


Mi post sobre la lactanca materna ha generado polémica y una lectora me pide que responda a los comentarios que ha suscitado en la revista Pikara Magazine, donde fue publicado.  Los comentarios que se hacen a los post son muy útiles cuando no son enloquecidos ni insultantes, sino que realmente expresan opiniones porque permiten entablar una conversación sobre el asunto. Los más de 50 comentarios aparecidos en Pikara, más los hechos en Facebook  yo los resumiría en cuatro posturas. Me ha sorprendido ver cuántas mujeres han pasado por mi misma experiencia. Son muchas las que me dan las gracias por haber escrito este post, muchas las que me cuentan que sintieron lo mismo que yo y que pasaron por el mismo calvario. Creo que son mayoría las que dan cuenta de esta experiencia. Curioso (aunque no tanto, si lo pensamos) que siendo mayoría, o al menos siendo muchas las mujeres en esta situación estemos sin embargo tan silenciadas.

Luego estàn las mujeres que han dado de mamar. Estas se dividen a su vez en dos grupos. En primer lugar las que han dado de mamar gozosamente pero respetan absolutamente a las que no quieren dar de mamar. Esta posición no sólo la respeto, como no podía ser de otra manera, sino que en realidad considero que es mi isma posición: respeto a la libertad de cada una. Dentro del grupo de las que han dado de mamar están también las místicas que no respetan a las otras. Estas ven la lactancia no como lo que es sino casi como una experiencia religiosa. Uso la palabra «religiosa» con toda la intención porque tal como ellas lo describen no es sólo una experiencia gozosa y elegida (como podría ser el caso de las primeras) sino que la describen como más que gozosa,  espiritual (ni siquiera a veces parece que haya sido gozosa). Espiritual y casi obligatoria. Son las que más allá de defender su derecho a dar de mamar, critican a las que no queremos tal cosa y tratan de demostrar que la lactancia es intrínsecamente necesaria para la madre y el bebé y, por tanto, moralmente obligatoria. Para estas fundamentalistas las mujeres que no damos de mamar damos «pena». Hay varios correos en los que algunas mujeres manifiestan que yo les doy pena. Ya les digo que no sientan tal pena, en cuanto me quitaron la leche, el padre pudo darle a nuestro hijo el biberón,  yo pude dormir en paz y volver a la calle y al trabajo, fui la mujer más feliz del mundo.

Luego están los hombres. Los hombres, que ya sabemos que opinan de todo, se atreven a meterse en una discusión que atañe al cuerpo de las mujeres en exclusiva y que es imposible de compartir.  Respecto a las cuestiones que atañen en exclusiva a nuestros cuerpos, y la lactancia es una de ellas, la única posición que de los hombres  debería ser la de respetar lo que decidamos, pero ya sabemos que si eso fuera así viviríamos en otro mundo y no en este. Los hombres que opinan en Píkara lo hacen todos para defender la lactancia, así como también lo hace uno que opina sin cesar en este mismo blog. El libro de Elisabeth Badinter «la mujer y la madre» y mis propias investigaciones para un artículo más largo, me han hecho conocer más de la Liga de la Leche y del fundamentalismo prolactancia. Está fuertemente ligado al pensamiento antiabortista y al Tea Party antifeminista que ya ha llegado aquí.  Financia todo tipo de informes para «demostrar» la necesidad de la lactancia y se hace pasar en ocasiones por feminista, pero en realidad tiene como único objetivo devolver a las mujeres a su rol maternal a tiempo completo y exclusivo. Los hombres  que opinan en Píkara son los más informados, mucho más que las propias mujeres, está claro que se dedican a ello: conocen todos los datos, citan informes y artículos, nombres de especialistas etc.  Esta claro que son profesionales del asunto. No creo que ningún hombre corriente que no se dedique a expandir la ideología prolactancia se sepa de memoria los datos e informes que ahí se citan. Finalmente, como demuestran los comentarios en este mismo blog, esa ideología prolactancia fundamentalista es la misma que apoya que las mujeres no trabajen a tiempo completo, la pena de muerte y que está en contra del aborto. Es la ideología neoliberal en su faceta mas patriarcal.

Dicho esto, repito y espero que se me entienda, no sostengo que todas las mujeres que dan de mamar sean fundamentalistas de nada ni que apoyen ninguna ideología. No todas las mujeres somos iguales, no queremos las mismas cosas, no nos relacionamos igual con el mundo que nos rodea ni con nuestros cuerpos. En realidad, no todas somos madres ni queremos serlo. Incluso entre las que sí queremos serlo no todas entendemos la maternidad de la misma manera.  Dar de mamar es una posibilidad siempre abierta y puede ser maravilloso, gozoso y elegido; exactamente igual que no hacerlo. Esto no debería ser más que una elección libre, pero en la actualidad no lo es.

De entre todos los comentarios recibidos yo me quedo con el de una mujer que cuenta que su experiencia fue la siguiente: dio de mamar a su primera hija y fue maravilloso. Cuando tuvo a la segunda en cambio vivió la lactancia como una pesadilla y no quiso seguir haciéndolo. Esa mujer refleja las distintas maneras, posibilidades, elecciones de vida que las mujeres podemos hacer y estamos en nuestro derecho de hacer.

Y para terminar sí que quiero añadir una cuestión. La presión sobre las mujeres para que den de mamar aunque no quieran y para culpabilizarlas si no lo hacen es cierta, existe, y detrás de ella hay una ideología y  organizaciones mundiales que forman parte del pensamiento antiabortista y que gastan recursos en extender esta práctica. Y no porque defiendan a las mujeres allí donde las mujeres sí que tienen que ser defendidas, en África, por ejemplo. Sino que son auténticos thik-tank mundiales que se dedican a expandir un  pensamiento antifeminista y reaccionario que tiene como objetivo final devolver a las mujeres a sus casas y volver a poner a la familia patriarcal bajo la autoridad del padre. Con la lactancia les es especialmente fácil porque ahí pueden incluso hacerse pasar por feministas y encontrar aliadas inesperadas.

Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

57 respuestas a «Respuestas al asunto de la lactancia»

No sé si nos metes a todos los hombres en el mismo saco o solo te refieres a los hombres que te han respondido en Pikara Magazine, pero no todos los hombres opinamos lo mismo. No sé cuantos somos, pero yo no entro en ese grupo. Silvia y yo tenemos un hijo y ella tenía claro que no quería darle el pecho (tambien tenía claro que quería la epidural para el parto!). Yo le dije que claramente la elección debía ser suya. Que si yo fuera mujer ( o siendo hombre pudiese darle el pecho) lo mas seguro es que quisiera probarlo (no desde el punto de vista mistico), que siendo hombre y no pudiendo darle el pecho, hasta me alegraba porque me parecía que iva a ser mas participe de «todo»; pero que la elección era suya y solo suya. Sé que ella y yo somos de biberón (hemos llegado hasta aquí y sobrevivimos), tengo amigas que han dado de mamar y han disfrutado. Tengo amigas que han sufrido dando pecho pero han seguido. Tengo amigas que han intentado dar pecho y cuando no han podido lo han dejado, algunas con pena y otras no. Tengo amigas que no querian dar pecho y discutieron en el hospital, en casa y con todo el mundo. Tengo amigos que han participado en la lactancia de los hijos. Tengo amigos que no han querido participar en la actancia de sus hijas. Tengo amigos que no se les ha dejado participar…
Silvia decidió no dar de mamar a nuestro hijo y nos las arreglamos perfectamente para turnarnos con las tomas, descansar los dos lo mas posible y estar con el crio siempre que pudiesemos. Ninguno de los dos nos arrepentimos de como nos lo montamos. Tenemos un niño sano, tan sano como los que van con el a clase, sin saber cuantos son de teta y cuantos de biberón. Tan sano como cualquier otro crio que toma potitos de fabrica con dos años, Danoninos a los tres y aspitos, gusanitos, risquetos, zumos de tetrabrik y galletas a los cuatro.
Cuando leí tu articulo en Picara lo primero que hice fue enseñarselo a Silvia.
Bueno, pues eso.

Hola Gari, me referia solo a los hombres que me han contestado al artículo. Precisamente una de las ventajas del biberón es la posibilidad de que el padre participe del periodo de lactancia del bebé. Creo que es bueno para el bebé, bueno para los padres en general que se ven involucrados en algo de lo que antes estaban ausentes y bueno para la madre que está apoyada y puede descansar.

Por cierto, siempre me ha parecido que defendiendo ese rol maternal al que te refieres en el parrafo de los hombres, llegariamos otra vez a cuando la mujer solo era madre, pero me han llamado de todo en ciertos circulos. Incluso en circulos feministas. Yo sigo pensando que el camino es otro y creo que nuestro hijo tambien.

Más de lo mismo, según tu LACTANCIA MATERNA= pérdida de poder adquisitivo de la mujer, relgarla a su casita limpiando, planchando y quitando mocos. Pues querida, seré la excepción que confirma la regla, pero en mi caso NO es así. Soy contable, sigo trabajando desde las 19 semanas de vida de mi niña y no a media jornada, por cierto, mi hija tiene más de cuatro y sigue mamando, lo que demuestra que trabajar, ser independiente profesional y económicamente no está reñido con amamantar.

Pues..es que deberia ser algo totalmente libre para la mujer, y en cierto modo si me parece bastante sano para los bebes pero no por imposicion ni menos por imposicion patriarcal. PUede darse la posibilidad de que en empresas y lugares se pueda dar horas libres para dar de mamar siempre que sea el deseo de la madre, el deseo libre, pues como se dice, puede darse el caso que una misma madre con un hijo le vaya bien y sea estupendo para la madre y la criatura y en otros casos no, por ejemplo, muerden el pecho, puede ser placentero y o religioso o ocmo se quiera y otras veces ser mas bien un suplicio inaceptable.
Cualquier solucion que se acerque a la mayor libertad y diferentes posibilidades de la madre me parece correcta, y todo lo que sea culpabilizar a las madres que no lo vivan como algo gozoso, sea por la razon que sea, pues tampoco me parece bien.

Hola, Beatriz:

Es una pena que tras esta hermosa oportunidad que has tenido de una polémica más o menos respetuosa (te puedo asegurar que en otros blogs por ahi, los disparates de un lado y otro son mucho más ofensivos) no te sirva para detenerte a pensar y revisar un poco los argumentos contrarios, y en lugar de eso respondas precipitadamente, estudiando a los demás como si fueramos insectos, sin adentrarte, revisar y re-pensar para nada en tu propia postura.

Eso no parece muy inteligente, teniendo en cuenta los errores de bulto que cometiste en el artículo anterior.

Repito algo que comenté en el anterior post: curiosamente, son las teorías queer y las teorías feministas las que terminan asemejándose en la base a las doctrinas teológicas y bíblicas: los seres humanos no tenemos nada que ver con la naturaleza, no venimos de la evolución, no somos mamíferos ni monos, nos creó un Dios masculino con un toque de su dedo…

Pero resulta que no, que venimos de la evolución, que somos mamíferos, que somos primates, y que los bebés (o sea tú, que fuiste bebé, yo y todos) tenemos al nacer una necesidad y un deseo básicos: el del cuerpo y la leche maternos. Más aún los humanos, que gracias a nuestra alta inteligencia, nacemos aún más inmaduros que el resto de los animales. Eso es una evidencia CIENTÍFICA.

Que luego cada una pueda llegar hasta donde llega, pues nada, no somos perfectas, no hay que culparse… pero las ventajas biológicas, fisiológicas, sociales, feministas, ecológicas y progresistas de la lactancia son evidentes.

La lactancia (igual que el embarazo y el parto) es parte de la sexualidad femenina y por eso mismo debe ser libre y placentera, y si no, no ser, claro está. Pero eso no quita todo lo demás.

Hoy he estado en una fiesta de apoyo a la lactancia, y lo que allí he visto no tiene nada que ver con un Tea Party, ni con ninguna secta procatólica ni antiabortista: mujeres y familias «hippies», jóvenes, alegres, liberales, progresistas, comprometidas por la paz, con la naturaleza y con el amor.

Te invito de nuevo a revisar lo que están escribiendo algunas téoricas españolas muy interesantes, que nada tienen que ver con la iglesia ni con ninguna organizacion conservadora, ni tienen intereses en la industria lactea ni la publicitaria, como la Badinter. Son las conocidas e históricas feministas Casilda Rodrigañez y Victoria Sau; y las actuales profesionales exquisitas la bióloga María Jesús Blázquez, la psiquiatra Ibone Olza, la socióloga Isabel Aler, etc… Una vez que hayas revisado estas obras, quizás podrías escribir otro artículo sobre este tema con más argumentos.

Un saludo respetuoso.

Desde el respeto que tu me muestras te contesto. Las ventajas de la lactancia en los países desarrollados (insisto, y he leído mucho) no son evidentes. Pero es que tu no lees bien mis argumentos. No tengo otro argumento que este: a mí no me gustaba hacerlo, a quien le guste que lo haga. Volvemos a lo mismo: argumentos «científicos» puestos por delante de la pura libertad de la mujer. A mí, con argumentos o sin ellos, me resultaba profundamente desagradable y cansado dar de mamar. Y no hay más argumento ni más teoría. ¿Quién puede juzgar eso, quién puede decidir por mí, quién puede sentir lo que yo sentía? Y las mujeres que me han dado las gracias por este post sentían lo mismo. Ese es el problema de quienes no me entienden; por eso yo no cito estudios e informes, como si hacen otras anti lactancia. Porque yo no soy antilactancia sino pro autonomia individual en este asunto. Y ya he repetido que para quien resulte placentero, es perfecto, que den de mamar, Pero exijo el mismo respeto para aquellas para quien no nos gustaba. Y no, no es una evidencia científica que aquellas personas criadas con biberón vayan a tener más problemas que los no críados con biberón. Hay evidencias también de que lo que peor sienta al bebé es la ansiedad y el cansancio de la madre. Pero, repito, no son argumentos científicos sino de autonomía personal. Reivindico el derecho de todas las que como yo, queriendo tener hijos, no queremos darles de mamar porque es una función que no nos gusta. ¿tan dificil es de entender?

Gracias por responder, de corazón. Te admiro un montón, y apoyo la causa lgtb, y la ley del aborto, y el derecho de los seres humanos a ser libres, con la misma fuerza que tú!!!

Nos cruzamos y te dejé otro mensaje, en lo que tú respondias este.

Te repito que te admiro mucho, y te respeto profundamente, como a cualquier mujer y ser humano, por demás. Y que estoy absolutamente de acuerdo con que la decisión de lactar tiene que ser de la mujer, COMO CUALQUIER DECISIÓN QEU SE TOME SOBRE EL CUERPO. Nadie nos puede obligar a hacer con nuestro cuerpo algo que no queremos.

Y en eso estamos profundamente de acuerdo. Y exijo, contigo, libertad y respeto para la mujer, en ese, y en todos los sentidos.

Ahora bien. Una vez aceptado esto, ¿entonces por qué hay que seguir hablando de la lactancia?

Pues, desde mi punto de vista, por algunas razones fundamentales, que son necesarias para no violar los derechos de las familias que amamantan y QUE NO PERJUDICAN EN NADA A QUIEN DECIDA NO AMAMANTAR.

O sea, el avance de las políticas sociales pasa hoy por reconocer la importancia de la lactancia, para acercarnos en algo al modelo de las nórdicas, que por cierto, son las que más amamantan y también las que más participación tienen de la mujer en la vida pública.

Son mucho más amplias las políticas sociales que hay que tomar para proteger la maternidad y la lactancia, sin que suponga discriminación laboral para la mujer, que las que se toman para que las mujeres trabajemos dejando a las criaturas por detrás.

-Las bajas maternales (y también paternales, siempre opcionales) deberían ser más largas, y permitir la reincorporación de la mujer a su puesto, sin discriminación. Para que un estado se atreva a aprobar una medida como esa, hace falta que todo el mundo, a nivel teórico, esté convencido de las bondades de la lactancia y de la crianza mamífera, si no, es imposible.

-Para que la lactancia funcione de forma placentera se necesita un coctel hormonal natural que solo se dispara CUANDO EL PARTO ES LIBRE Y RESPETADO. Hay que mejorar los protocolos de parto en los hospitales que permitan que las mujeres que quieran parir libremente (moviéndonos, gritando, haciendo el pino, en confianza o en intimidad o en compañía de quien queramos, etc…) podamos hacerlo. Y luego que no se lleven a nuestras criaturas, y nos separen de ellas durante horas, porque si no, la lactancia corre peligro. Para cambiar esos protocolos hospitalarios (como ya se está haciendo) y permitir maternidades más libres, gozosas y placenteras, hace falta que esta información (científica) circule.

Si no, no podemos avanzar.

La que quiera parir por cesárea programada y no lactar, por supuesto, es también muy libre de hacerlo. Pero eso es más fácil hoy en día, que lo otro. Lo otro requiere más cuidado, sensibilidad y conciencia por parte de los profesionales, de las autoridades y de las políticas sociales.

Gracias de verdad por tu tiempo y por tu espacio.

Un abrazo!!!

Hola.
Dices que has leído mucho. Yo no encuentro absolutamente nada. Solo libros y artículos prolactancia. Leí como por milagro Víctimas de la lactancia materna. Para mí fue un hallazgo encontrar algo así cuando me sentía tan culpable. También he leído artículos tuyos que me fueron de gran ayuda… pero ya está. Todo lo demás, en mayor o menor grado, pertenece a la misma escuela. Te agradezco la bibliografía.

El mismo hecho de que la polémica sea tan dura, da una idea de la dimensión e importancia que tiene el tema de la lactancia. No es un asunto más, es un asunto muy importante.

Y sin saberlo, estás repitiendo argumentos muy manidos, como el de que el padre dé el biberón: el padre puede hacer muchísimas más cosas (de hecho todo lo demás que no sea dar la teta) y te garantizo que hay que ser un hombre mucho más progre y moderno para apoyar la lactancia, el colecho con los hijos, que la madre esté disponible para el bebé durante meses y años, con la libido baja por causa de la lactancia, etc… que para dar un biberón y seguir durmiendo y follando en la cama matrimonial como si nada hubiera pasado en sus vidas (que es el modelo de la crianza biberón-chupetes-estivill-dormir solos, etc-) que deja a la criatura completamente afuera.

Dejando a las criaturas afuera, volviendo a los tres días al trabajo y a la vida de antes… simplemente nos estamos sumando al modelo del patriarcado, al modelo de «lo más importante es la economía».

Para cambiar las cosas, para dedicarle más tiempo a la familia, a los cuidados, a los vínculos, a los afectos… que es lo que necesita este mundo loco, hay que ir hacia otro modelo de crianza, y de vida.

Hay mucho escrito por ahí, serio, mucho más allá de la Badinter, sobre este nuevo modelo de crianza natural, que lleva mucho más tiempo y dedicacion por parte de todos, también de los hombres, y que es el que nos puede llevar a cambiar el mundo empezando por el principio: por una crianza corporal, amorosa, pacífica, mamífera… sostenedora.

Saludos!

Volvemos a lo mismo. Quien quiera ese modelo de crianza está en su perfecto derecho. No es el mío, no estoy por esa crianza. Yo quería volver a trabajar a los quince días de tener a mi hijo y no por dinero, ni porque temiera por mi puesto de trabajo, sino porque yo no soy solo madre y ser madre a tiempo completo me parecía lo más aburrido del mundo. Hay tantos modelos de madre como de mujer, obviamente y siempre que se respeten todos estos modelos me parece bien. Yo soy de esas que tu despreciativamente describes como las que dejan el bebé fuera. Yo no lo dejé fuera pero tampoco acepto que mi vida cambién absolutamente. La idea de dedicarme al bebé durante años, sin libido, sin vida, sin pareja, sin tiempo, me parece lo más terrible del mundo: una pesadilla. Dicho esto, me encantó estar embarazada, me encantó tener a mi hijo, me encantó poder dejárselo a su padre cuando estaba cansada, y me encantó poder volver a retomar mi vida en cuanto pude ponerme de pie, con libido, con pareja, con trabajo y con vida propia.

Pero nadie te impide hacer todo eso de esa manera. NINGUNA LEY TE LO IMPIDE. Solo tu conciencia es libre. Lo que digamos las demás, te la puede traer floja.

Sin embargo, para poder quedarte con tu hijo si lo deseas, amamantarlo exclusivamente por 6 meses, o cuidarlo una misma hasta que por lo menos camine, necesitamos unos permisos que ahora no tenemos!!!

De eso es de lo que se trata. Tú, con la normativa legal y jurídica actual, pudiste hacer lo que quisiste. Yo no.

La relación entre aborto y lactancia materna es problematica; no conocía al grupo Liga de la Leche pero lo que no hay duda que UNICEF y la OMS, pro derecho al aborto, son prolactancia materna. No acabo de ver claro de que las convicciones feministas de la madre sean motivo suficiente para no amantar al bebe yo desde luego no aceptaria que una madre testigo de Jehova prohibiese una transfusion de sangre a su hijo aunque este tratamiento violase sus creencias religiosas. ¿No habra «astroturfing» por parte de Nestlé para desacreditar la la ctancia natural por parte de supuestas voces independientes?.

Precisamente en USA son tan cerriles que algunos condados prohiben amamantar publico bajo pena de ser procesadas por escandalo público.

Hmmm… Yo te voy a decir lo que pienso, lo que siento. Antes, yo era como tú. Pero el paso de los años y haber cuestionado la forma en que fui criada me hizo replantearme muchas cosas, así como la maternidad.

Hace unas décadas, las mujeres estábamos relegadas a la casa y los hijos, no teníamos otra opción. Por eso las feministas como Simone de Beauvoir decían cosas como las que tú aduces con respecto a la maternidad y la crianza de los hijos. Se sentían atrapadas. Entonces nos incorporamos al mundo laboral, que fue un gran paso y nos proporcionó cierta igualdad e independencia. Pero Simone de Beauvoir y otras feministas como Badinter no supieron ver en lo que vendría después. Y es que nos incorporamos al mundo laboral sin cambiar la estructura de los medios de producción ni las bases de la sociedad. Nos sometimos, una vez más, a un sistema creado por hombres para los hombres. Nos adaptamos nosotras y no se nos ocurrió cambiarlo para adaptarlo a nosotras y a nuestros hijos. Así que la base ya falla, por eso ahora muchas mujeres nos encontramos perplejas, porque no podemos combinar profesión y maternidad, o se hace durísimo porque el coste emocional es elevado.

Y ahora vamos a la segunda parte. La lactancia como parte de la sexualidad femenina, que lo es. La sexualidad masculina se reduce prácticamente al coito, y esto no es bueno, ni malo, ni regular: es que ellos no pueden gestar ni parir hijos. La femenina, precisamente porque la naturaleza nos permite gestar hijos, es mucho más amplia: menstruación, embarazo, parto, puerperio, lactancia, y menopausia. Todo esto son actos con un intenso significado sexual para las mujeres, pero nos ha sido negado. Confundimos sexo con sexualidad. No sabemos nada o casi nada sobre nuestros cuerpos. Hemos avanzado en materia de relaciones sexuales y anticonceptivos, pero después no sabemos nada sobre todos estos aspectos que he citado y que son también partes importantísimas de la sexualidad femenina.

La lactancia es otra de las cosas pendientes. Las mujeres ya no sabemos dar de mamar porque nuestras madres (e incluso nuestras abuelas) tiraban de biberón. Muchas no han visto jamás en su vida y de cerca un bebé mamando. No hay mujeres a su alrededor que les digan: “Mira, tienes que ponerlo al pecho así”. Por eso acaban por producirse obstrucciones, infecciones y grietas, que causan dolor.

Lo peor es que muchas se creen que dar de mamar es doloroso, es como si me pongo unos zapatos que me hacen daño y digo: “Caminar duele”. No, caminar no duele, lo que duele es hacerlo con los zapatos inadecuados. En lugar de retirar al bebé del pecho en cuanto empieza a doler, para volver a colocarlo todas las veces que sea necesario hasta que mame sin dolor, muchas mujeres se aguantan y sufren grietas y úlceras sangrantes. Y en el hospital, te ayudan? Un ginecólogo en la facultad solo recibe una clase académica sobre la lactancia: partes del pecho femenino, enfermedades de la mama y composición de la leche materna. El pediatra, lo mismo. Les enseñan todo sobre tablas de crecimiento y peso, así como curar y diagnosticar enfermedades infantiles. Pero no tienen ni idea sobre crianza o lactancia. En todo caso, la misma que las madres de los bebés. La mayoría de las matronas en España te dicen que la leche materna es lo mejor, que todas las mujeres tienen leche de sobra y que des de mamar a demanda, adoptando la postura que sea más cómoda. Hala, se acabó. No viene nadie después del parto a ayudarte a poner al bebé al pecho, ni a corregirte la postura o la técnica, ni a responder a tus preguntas y dudas, ni nada de nada. Estás sola. A veces alguien más enterado recomienda usar un sacaleches y alimentar al bebé con jeringuilla o cucharita (para que no se acostumbre al biberón) mientras no se engancha bien al pecho. Pero lo normal es que le den un biberón y puerta. Es decir, mucha lactancia y mucha historia, pero el sistema no está preparado y el personal sanitario no está formado para dar respuestas o proporcionar ayuda.

Y la sociedad o la familia tampoco, porque enseguida te dicen “ese bebé llora de hambre” y te presionan para enchufarle un biberón, en lugar de averiguar cual es el problema y corregirlo. O te dicen que con biberón se crían igual. Bueno, criar… se crían, pero igual no. Es fácil encontrar tablas comparativas de la composición de LM (leche materna) y LF (leche de fórmula), así que te caes de culo cuando ves la brutal diferencia entre una y otra. Se ve la lactancia como un sacrificio, en lugar de verse como lo que es: lo normal. Es como si me parece un sacrificio caminar, porque es mucho mejor andar en silla de ruedas, donde va a parar, que no te cansas y otras personas te pueden empujar. Me quedo con mis piernas, gracias. Puedo entender que haya mujeres que no puedan o no quieran dar pecho, pero asumo que en el caso de que no quieran, conocen los riesgos de dar biberón y han tomado esa decisión bien informadas, asumiento las consecuencias negativas que puede traerles a sus bebés. Lo que no puedo entender es que pensemos que lo artificial es siempre mejor o igual que lo natural, porque eso es mentirnos a nosotras mismas. Y también implica someternos a lo que a otros les conviene económicamente. Si creemos que el biberón nos “libera” y la LM es un sacrificio doloroso que nos ata a nuestros hijos o nos estropea el pecho, nos sometemos dócilmente a un sistema que es injusto y desigual, no nos molestamos en luchar para cambiarlo, para adaptar ese sistema a las madres y los hijos.

Estas cosas deberían hablarse en las familias e impartirse en la escuela, como parte de la educación de todos, igual que estudiamos al dedillo la circulación, la digestión y la respiración, el sistema óseo y el muscular. Es alucinante que lo estudiemos todo sobre el páncreas y la vesícula biliar, pero no tengamos ni idea de para qué sirve la placenta, qué aspecto tiene y dónde está situada en el útero. Es insultante que lo sepamos todo sobre el corazón, sus ventrículos y sus válvulas, sístoles y diástoles, pero no tengamos ni idea de como mama un bebé. Porque la naturaleza nos ha dado tetas precisamente para alimentar a un bebé, no para darles gustito a los hombres o quedar muy redonditas e ideales en un escote de vértigo. Somos hembras de mamífero. Es increíble que en el cole estudiemos todos los músculos del cuerpo (esternocleidomastoideo!) excepto el suelo pélvico, que ni sabemos lo que es, ni donde está, ni para qué sirve. Ya no digamos el cuello del útero, que no tenemos ni idea de su aspecto físico o donde está situado, aunque sí sabemos donde están los riñones y qué forma y color tienen. Es raro que todo lo que se refiere a la vida sexual y reproductiva de la mujer queda en la sombra, como si no existiera.

Las mujeres occidentales de los siglos XX y XXI hemos sometido la maternidad a la ciencia pensando que era lo mejor, pero ahora la ciencia sabe que eso ha sido un grave error. Al igual que pensamos que renunciar a la maternidad para dedicarnos a trabajar era muy liberador y avanzado, muy feminista, y ahora nos estamos dando cuenta de que las cuentas no cuadran. No estábamos previstas en el plan original y no supimos cambiarlo, no nos dimos cuenta de este importante detalle, aunque ahora sí estamos empezando a hacerlo. Algunas, porque otras, como Badinter, siguen negando su sexualidad y sometidas, sin saberlo, a un sistema capitalista patriarcal que prima el beneficio económico sobre el beneficio social.

Aunque no den de mamar ni paran la crianza también forma parte de la sexualidad masculina.Está demostrado que los padres implicados tienen la misma cantidad de oxitocina en sangre que las madres y que les baja la testosterona.

Y en cuanto a no utilizar cosas artificiales …espero que nunca se deplace en un vehículo de motor , no sea que se le caigan las piernas.

Adrian:

Cuando vengas tú con estuidos de verdad, me lo cuentas.

Te recomiendo leer «Los tres primeros años de su bebé», publicado por el doctor Burton White, quien ha trabajado con bebés durante más de cuarenta años y ha paritcipado en numerosos estudios con ellos.

Según él, y otros estudios, no es cierto que el bebé clasifique «a la madre y a otros». Según, él, los/as bebés no distinguen entre madre ni nadie los primeros seis meses (aproximadamente). No saben quién es su madre. Tienen rasgos que ya conoce (voz, olor) y que le hacen acercarse ligeramente más a ella; aunque también se acercan a características del padre, como el olor, pues lo que huele la madre también pasa como información al bebé; y la voz del padre, si el padre no es ausente, la conoce también muy bien ya que el líquido amniótico intensifica la voz; y la voz grave de los varones se oye estupendamente en el interior del útero).

De hecho, en psicología se conoce un efecto denominado «sonrisa social». El/la bebé sonríe a cualquier cara (incluso a cualquier careta) a fin de atraer a quien le contempla y obtener su protección.

Te cito textualmente del libro del doctor White:

«En lo que respecta al primer punto, los estudios realizados en muchos niños y también en en crías de otros animales muestran claramente que las experiencias tempranas son importantes para la vida emocional y social futura, y que es vital disponer de una vinculación temprana con un adulto para conseguir un buen desarrollo físico, emocional y educativo. No obstante, las evidencias también nos muestran una vida de los bebés en sus primeros tres o cuatro meses que podría catalogarse bastante primitiva. Con ello quiero decir que los pequeños carecen de un equipo de mental para comprender lo que les rodea o para identificar a las personas con precisión. Parece como si los recién nacidos se vincularan con cualquier ser adulto que pasa muchas horas con ellos. Para la supervivencia del bebé humano es tan importante la relación estrecha con un adulto que, a partir de los dos meses, el bebé ya responde con signos de afecto a casi todas las personas.

No es hasta los cuatro meses de edad que los bebés comienzan a responder de forma selectiva a los adultos con los que conviven. A partir de ese momento, el proceso de vinculación se va centrando cada vez más y, hacia el final del segundo año, la vida del niño gira alrededor de quien se encargue básicamente de todos y cada uno de sus cuidados».

Lo que tú dices no son más que teorías ya anticuadas y más que refutadas por ciencia de verdad y no por cuatro hipótesis sacadas a partir de animales que no son el ser humano.

Saludos.

Yo me alegro de que usted no sea ni mi madre ni mi hija. Dar de mamar es una opción, yo tengo tetas pero no me gustó usarlas para amamantar a mi hijo. Para eso el biberón es un avance que posibilita que a aquellas que nos parece que la cosa es muy desagradable no tengamos que hacerlo.

Pues no lo se, pero no dar de mamar no quiere decir que no tengas que cuidar a tu niño y que estés cansada porque duermas mal etc. Yo no me la pedí.

Para eso habría que inventar un permiso de cansancio o algo así, que todo sea dicho, luego despreciaríais, como ahora con la baja maternal, pero el permiso por lactancia se creó para que, quien mantuviese una lactancia más allá de la baja de maternidad, pudiese hacerlo con menos dificultades. Y aún así, sólo dura hasta los 9 meses del bebé, como si después llegase el abismo.

El resultado es que, para la madre lactante no es de ninguna ayuda. Y repito, NINGUNA ayuda, pues llegar a casa media hora antes, después de 7 y media de ausencia (más los desplazamientos) no mantiene la lactancia. Pero generalmente las no lactantes se lo toman a pesar de que no les corresponde moralmente. No conozco a nadie que no lo haya pedido.

Hola, Beatriz:

Bueno, yo soy varón, y ya sé que generalizas exclusivamente a los varones que opinaron en la entrada; y que lo hicieron de mala manera, y por supuesto, como suele suceder con muchos (no con todos), lo hacen en contra de la libertad de las mujeres.

Bien, para romper la norma, decirte que estoy de acuerdo contigo. Cada cual debería tener el derecho y la libertad de elegir lo que le place. Por ese motivo, aunque estoy a favor de la lactancia materna, también lo estoy del uso del biberón (por las circunstancias que sean. Cada persona es un mundo y cada cual tiene circunstancias diferentes. No voy a meterme en la vida de los/as demás).

Sólo era eso lo que quería decir, que me uno al pequeño grupo de varones que se salen de la norma (pre)establecida socialmente y te doy mi apoyo. A ti y a las que eligieron dar el pecho. Pero, por supuesto, no a esas personas que oprimen y dicen lo que el resto debe hacer.

Un cordial saludo.

Para María Cs:

Dices: «Y es que nos incorporamos al mundo laboral sin cambiar la estructura de los medios de producción ni las bases de la sociedad. Nos sometimos, una vez más, a un sistema creado por hombres para los hombres. Nos adaptamos nosotras y no se nos ocurrió cambiarlo para adaptarlo a nosotras y a nuestros hijos. Así que la base ya falla, por eso ahora muchas mujeres nos encontramos perplejas, porque no podemos combinar profesión y maternidad, o se hace durísimo porque el coste emocional es elevado».

Con todo mi respeto, quisiera darte mi opinión con respecto a esa parte de tu texto:

1- El discurso es siempre este, y comprendo y respeto que habría que nivelar las cosas para poder elegir tres cosas:

a- Que quien quiera trabajar solamente y no tener hijos/as, lo haga sin ser criticado/a.
b- Que quien quiera quedarse en casa (sea varón o mujer), lo haga sin ser criticado/a.
c- Que quien quiera trabajar y cuidar a sus hijos/as, pueda tener tiempo y el derecho a una baja que se lo permita.

Pero…

En texto, no aparecen los varones. Y eso convierte el discurso en un discurso hembrista, es decir, a favor sólo de las mujeres: de mujeres y para mujeres. ¿Por qué? Porque siempre os quejáis de que sea difícil que la mujer pueda conciliar trabajo y familia, pero nunca aparece el varón. Ah, claro, que según vosotras, los varones están determinados biológicamentes para ser máquinas de producir dinero, y las mujeres para dedicarse exclusivamente a la maternidad (ya lo has dicho bien claro: «Nuestros hijos», refiriéndote a las mujeres. Mmm… Y creo que los hijos y las hijas salen de la unión de un óvulu y un espermatozoide; no los/as creáis de la nada…). ¿El resto de posibilidades? Para ti, según ese trozo de texto, en la basura.

¿Por qué nunca se dice «pobres los hombres, que no pueden conciliar? Ah, ya sé, ya sé, las mujeres ya tenéis bastante con el patriarcado negativo y vuestros problemas como para luchar también por los derechos de los varones (cosa que comprendo y respeto), pero creo que es mucho mejor luchar juntos/as, y no separados/as.

La base no falla. Lo que ocurre es que está incompleta.

Simone de Beauvoir luchó por que la mujer pudiese trabajar. Ahora habría que completarlo luchando por que las mujeres (y los varones) puedan elegir entre las posibilidades a, b y c que te he indicado.

Sin embargo, muchas (no todas) lo que promueven es que la mujer se quede única y exclusivamente en casa, sin poder decidir ir a trabajar; y por supuesto, que el varón sólo trabaje, y se le elimine la posibilidad de quedarse en casa.

Osease, que esas mujeres no quieren mejorar el sistema, sino volver hacia atrás. Y la que no siga el dogma, como bien indica Beatriz, es considerada mala mujer.

Y eso sí que es plantear mala base.

Saludos.

En numerosas especies mamíferas la única intervención del macho en la futura prole es el coito.

La inclusión del hombre en la díada madre-cría, es algo relativamente moderno en la historia del hombre. El cambio se produjo a finales de la era del matriarcado, y la inclusión final vino marcada por un cambio en el modelo familiar que pasó a denominarse patriarcado. Modelo en el que nos encontramos hoy.

María CS no va tan desencaminada al decir «nuestros hijos», si se refiere a los de las mujeres, porque de nosotras estamos hablando, y en esa expresión no se excluye en absoluto a los hombres, porque no incluir, en este debate, y en este contexto, no es necesariamente excluir; puede ser realzar, denotar o realzar. Y además, afortunadamente no es necesario defender a los hombres en este campo.

Muchos hombres, no todos, todavía dicen a sus mujeres expresiones como «cuida a tus hijos» o «encárgate de tus hijos», porque no los sienten como suyos, aun cuando biológicamente lo son al 100%. Será reminiscencia de un pasado, no tan lejano en términos evolutivos, en los que el padre no sentía nada por la descendecia, será machismo, será lo que sea… Pero no debemos olvidar que muchos de los modelos y patrones conductuales del ser humano occidental actual, son herencia de la cultura y las ideologías político-sociales-religiosas, lejos de tener sentido alguno en términos naturales. Y nadie somete estas prácticas entendidas como normales a crítica alguna. Se llevan a cabo y punto.

Simone de Beauvoir no supo ver, entendible por otra parte, en su contexto histórico, que la crianza de los hijos es un trabajo en sí mismo, al igual que lo son las tareas domésticas; en parte porque renegaba de ello, y ya sabemos gracias a Punset, lo difícil que es ver las bondades de lo que odiamos, o cambiar de partido político, por poner unos ejemplos, el cerebro se amolda y lo impide.

Simone de Beauvoir no estaba obligada a saber que la madre es indispensable en la crianza de los hijos, y que esa supuesta liberación de la mujer no es sino una nueva forma de esclavitud dentro de otro sistema: el sistema económico patriarcal, en el que como agravante, además, tiene la misma forma de esclavitud de la que supuestamente se liberaba: la crianza de la crías.

Yo a día de hoy, tal y como está el panorama, sí tengo la obligación de estar lo mejor informada que pueda y dejar de perseguir los ideales feministas de una época que no es la que vivo, y por tanto no es la que me corresponde.

Muchos que se consideran «progres» se anclan y nutren del pasado con una fe e intensidad que les impide emitir enunciados válidos para la actualidad.

A día de hoy la conciliación laboral en términos femeninos de trabajo-crianza es una asignatura pendiente de algunas sociedades, como la nuestra, que se consideran desarrolladas.

La realidad es que una mujer que quiera amamantar a su hijo, darle calor y cuidarlo hasta el año de vida, como mínimo, lo tiene muy difícil debido a la legislación y actitudes vigentes, por no decir imposible.

Sin embargo una madre que desee incorporarse al mundo laboral al día siguiente de parir no tiene mayor problema, actualmente, para hacerlo.

La presión la realiza un sistema capitalista que ve un negocio en la crianza y en la explotación de la mujer incluso durante el tiempo que le pertenece naturalmente a la cría, para su óptimo desarrollo; en la venta de productos innecesareos para su crianza y en degeneración de las sociedades mediante las destrucción del apego y otras formas de relación.

Da pena tener que recordar que todo es respetable. Pero es que encima no es de lo que se trata, se trata de ver para qué tipo de libertades está creado el sistema y para cuáles no.

Y en eso, la crianza tradicional, natural o como narices se la quiera etiquetar, LLEVA LAS DE PERDER…

Un saludo,
Adri

Adri:

«En numerosas especies mamíferas la única intervención del macho en la futura prole es el coito. La inclusión del hombre en la díada madre-cría, es algo relativamente moderno en la historia del hombre. El cambio se produjo a finales de la era del matriarcado, y la inclusión final vino marcada por un cambio en el modelo familiar que pasó a denominarse patriarcado. Modelo en el que nos encontramos hoy».

Cometes el error de la mayoría de la gente: en fijarse solamente en lo que le place; el error de coger solamente el ejemplo que le interesa.

Pero yo voy a hablarte en general:

Existen animales en los que, efectivamente, el macho solamente interviene en el coito. Pero también existen animales en los que ni la hembra ni el macho cuidan a la prole (mariposas, tortugas…). ¿Habríamos, pues, de tomar como ejemplo a estos animales y decir: como las mariposas no crían a su prole, los humanos tampoco? Sería nefasto si tal cosa hiciésemos. Hacer las cosas sólo porque las hacen otros animales, no es buen ejemplo siempre. Pues en lo que dictas igual: el mero hecho de que haya machos de otras especies cuya función exclusiva es el coito, no da excusa para que en los seres humanos deba suceder de igual forma.

Ahora bien, avancemos más allá:

Existen animales en los cuales es el macho quien gesta y da a luz (caballito de mar, jacana, falaropos, peces pipa…). Ah, pero eso ni interesa ni se cuenta. «La función gestante es siempre maternal, al igual que la función del cuidado». Cuánta mentira junta…

Asimismo, también existen animales en los que tanto el macho y la hembra cuidan por igual a las crías. Por ejemplo, los y las titis. Que no son mamíferos cualquiera: son primates. ¿Por qué no nos fijamos en esos primates y dejamos de tomar como ejemplo solamente al mono? Porque no interesa. No le interesa a las personas sexistas; ni al patriarcado, para que el rol sea siempre, siempre, igual y fijo y tener a la gente controlada; ni a mujeres como tú, que solamente saben valorar a las mujeres por lo que son capaces de hacer biológicamente.

Pero yo no valoro ni a hombres ni a mujeres solamente por su capacidad biológica. Yo los valoro y amo por lo que son y por quienes son en su conjunto. Y cada cual, que haga lo que le plaza. Si el hecho de tener útero ha de obligarte a tener hijos/as, entonces, por tu lógica, yo, por ser fuerte (no lo soy, pero lo digo por ponerme en el ejemplo), debería ponerme a pegar palizas a todo el mundo que vea. Digo, porque es lo natural que las especies se maten las unas a las otras, ¿no?

Pero hay un animal que es muy, peor que muy interesante. Se llama ser humano, Homo sapiens. Es capaz de caminar a pata y trasladarse en coche. Es capaz de vivir en un clima muy frío o muy caluroso y sobrevivir. Es capaz de hacer frente a lo biológico (la pena es cuando lo hace destrozando a la naturaleza. Pero ese es otro tema). Es capaz de e-le-gir; de ser li-bre y de acomodarse rápidamente. La cultura ha hecho su efecto a lo largo de muchas generacioenes. Pero, oh, vaya, resulta que en poco tiempo nos hemos dado cuenta de muchas cosas y hemos dado la vuelta a centenares de cosas (muchos padres se implican en la crianza, se minimizan las guerras, etc. Sí, también en otros aspectos hemos empeorado, no te lo voy a negar).

Y lo curioso de estos Homo sapiens es que dependiendo de cada cultura muestran pautas temperamentales diferentes. Te recomiendo leer «Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas» o buscar información sobre los pigmeos aká. ¡Ay, qué emoción! Los/as pigmeos aká. Un pueblo donde hombres y mujeres cuidan por igual a sus hijos/as, donde los machos son quienes se despiertan por la noche y donde los machos también dan la teta (no sólo como chupete, sino que también podemos darla para mamar, gracias a que también tenemos glándulas mamarias). Y por cierto, gracias a ello, son una de las sociedades más felices y con los/as niños/as mejor cuidados/as.

Y, por favor, no me vengas a decir tú qué es o qué no es lo natural, cuando tú misma estás leyendo este escrito en una pantalla que consume energía producida en una central que provoca la contaminación de todos/as.

Y sí, ya sé que es difícil que una madre (y un padre) que quiera dar calor, mimar, etc, a su hijo/a hoy día lo tiene muy difícil (a menos que pertenezca a un estatus alto y el marido (o la mujer) traiga suficiente dinero a casa. No se puede generalizar un caso a todos los contextos ni a todas la situaciones socio-económicas).

Sí, da pena ver que todo es respetable. Pero más pena da ver que hay gente que no sabe empatizar, que no es capaz de comprender que muchos/as niños/as han salvado su vida gracias a la leche de fórmula (la cual, repito, no quiero que se use por defecto, pero tampoco deseo que se elimine), gracias a las incubadoras y gracias a otras cosas artificiales que nos mantinen con vida. ¿O tú eres como los/as del Opus Dei, que no permiten las transfusiones de sangre?

Un punto de vista moderado lo acepto. Pero el punto de vista radical de muchos/as pro-lactancia y pro-todo natural, sí o sí, no se puede tolerar.

Saludos.

Ileana:

Las mujeres también tienen problemas para trabajar. En primer lugar, a causa de una educación anticuada y opresiva, orientada hacia la segregación de los roles en función del sexo (sexismo). En segundo lugar, porque a la hora de elegir trabajo, muchas empresas no te cogen por ser mujer (en muchas ocasiones, incluso cuando éstas tienen mejores títulos que otros varones que se presentan al mismo puesto laboral).

También tienen problemas las que quieren elegir trabajar y criar a su hijo/a al mismo tiempo.

Las que no tienen problemas, por supuesto, son las que se quedan en casa exclusivamente, porque tienen a la pareja yendo a trabajar.

Pero tú sólo ves tu parte. Y tienes razón… pero a medias. Tenéis razón tanto Beatriz como tú. Porque el problema no está en que haya dificultades sólo en dar de mamar, o sólo problemas en no dar de mamar, o sólo problemas para trabajar… La cuestión está en que el problema está en que a la mujer no se la deja libre para optar ambas cosas (trabajo y crianza. Ah, y este problema lo tenemos también los varones. Sobretodo cuando hay mujeres (y hombres) diciendo que sólo debemos trabajar mientras ellas se queden en casa). Y eso es a lo que apunta Badinter: a que la mujer tiene que ser o mujer o madre (porque, por supuesto, si eres madre «no debes dedicarte al trabajo, que si no eres mala, mala»).

Te consideras víctima. Pero en realidad el problema lo tenéis todas las mujeres si seguís peleando por si una da o no da el pecho o decide libremente ir o no a trabajar (y también lo tenemos los varones, si seguimos ciegos a que tenemos ciertos privilegios sobre las mujeres).

Mira, por si te interesa, te paso tres links de mi blog:

Este, sobre lo que dice realmente Badinter, expresado por una madre (porque si esa entrada la hubiese dicho yo, me hubiesen crucificado):

http://educacion-enrique.blogspot.com/2011/06/mujer-versus-madre-elisabeth-badinter.html

Este, para aquellas personas (hombres o mujeres), radicales de la crianza natural (yo la apoyo, pero no hasta al punto de meterme con las mujeres que optan por lo contrario, como Beatriz):

http://educacion-enrique.blogspot.com/2011/09/radicalismo-pro-crianza-natural-no.html

Y este último, para los/as falsos/as feministas de la diferencia (falsos/as, porque realmente son machistas y hembristas, con dogmas similares a los de las religiones):

http://educacion-enrique.blogspot.com/2011/10/la-educacion-feminista-y-la-libertad-de.html

Saludos (y ya termino, jaja. Luego dicen que lo de hablar mucho sólo lo hacen las mujeres… Vaya falacias…).

Hola Beatriz,

Yo opino que el punto de la cuestión está en lo que ha explicado Ileana. Tú has podido dar a tu hijo leche artificial y delegar su cuidado en su padre, independientemente de que te hayan llamado mala madre en el hospital o tuvieras que darle los biberones clandestinamente. Era tu decisión, acertada o no, la tomaste y la ejecutaste. Punto.

Otras mujeres eligen otro modelo de crianza y sencillamente no pueden llevarlo a cabo, porque tienen que volver a trabajar. Eso es injusticia y discriminación en favor de quien elige el modelo tuyo. Que esta causa no te parezca noble a ti, no quiere decir que no merezca respeto y deba ser tenida en cuenta y apoyada institucionalmente. En fin, Ileana lo ha explicado muy clarito.

Sólo quiero añadir que para mí, como para muchas mujeres como yo, liberales, liberadas, pro-legalización del aborto, ateas y apóstatas, la crianza es algo deseado, buscado, elegido, compartido con el padre y placentero, no una pesadilla.

Para mí una pesadilla es ser esclava del sistema patriarcal-capitalista, donde sólo tienes valor si produces y consumes. Donde hay que ser mujer trabajadora, conducir y tener coche propio. Dos coches por familia van mejor al sistema. Donde hay que ser madre, pero poco rato, volviendo a trabajar enseguida para demostrar que se es independiente económicamente, no sea que alguien nos llame marujas o mantenidas. Como siempre, de nuevo, sometidas a la ley del hombre. Creo que os la han colado.

La mujer, y sus roles a lo largo de la historia, han sido menospreciados por los hombres para restarles valor en la sociedad y el movimiento feminista, en lugar de cambiar las cosas dando valor a la mujer, lo ha hecho tratando de hacer que las mujeres se convirtieran en hombres. Habéis caido en su juego.

Yo no quiero ser un hombre, ni tener su poder ni sus privilegios históricos, que sólo han servido para tiranizar a las mujeres. No quiero ser así. Quiero que la sociedad se feminice, no que las mujeres se masculinicen.

Como ves, no sólo se trata de lactar o no hacerlo. Se trata del modelo de sociedad que nos ha sido impuesto desde un mundo de hombres y para hombres. Posturas como la tuya sirven a este modelo y llegado el momento de la verdad, ¿con qué os premiarán? Con paridad. No sé, a mí me parece ridículo.

Sylvia, yo respeto tu postura porque desde el principio he dicho que no hay nada que decir acerca de dar de mamar o no si es una libre elección. Pero también son muchas, muchas, también feministas, las que aquí y en píkara expresamos que nuestra elección era esta y no se nos permitió tampoco. Repito, si te quejas de volver a trabajar, mi queja es que se me impidió volver a la vida normal cuando yo quería. Cuando yo deseaba. Así que ¿qué hacemos? Lo lógico sería defender las opciones libres sin atacar la otra opción ni tacharla de falta moral, que es lo que se dice de manera subprepticia. Yo no estoy de acuerdo en lo que dices y tengo derecho a no estarlo. Muchas mujeres feministas, madres, madres por elección y propio deseo, nos sentimos lejos de ese modelo que, a mi entender, también es patriarcal. Al fin y al cabo, es el modelo de siempre, el de la madre lactante y entregada a la maternidad. ¿que a muchas les gusta? perfecto, a otras no. Es un viejo debate dentro del feminismo. A mí la paridad no me parece ridícula; paridad es lo que quiero, lo que exijo y por lo que lucho. Es lo que muchas feministas queremos. Queremos ser madres (o no) sin renunciar a nada del mundo público. ¿que vosotras no quereis verdadera igualdad, poder de decisión, estar presentes donde se toman las decisiones que nos afectan? Bueno, pues es facilísimo: ya lo habeis conseguido. No estamos en esos sitios en igualdad, no nos dejan entrar. Si alargamos los permisos de maternidad y de lactancia los empresarios dejarán de contratar mujeres o las contratarán menos, que es lo que está pasando. La única verdadera libertad viene de la autonomía económica. ¿Que la solución es otro modelo productivo? Desde luego, estoy luchando por otro modelo productivo, sostenible, equitativo, igualitario, donde hombres y mujeres tengan tiempo para la crianza en igualdad y donde ser madre no conlleve un castigo. Yo lucho por eso. Pero aAun cuando yo también defiendo otro modelo de sociedad, otro modelo productivo, aun entonces no querré dar de mamar y querré trabajar más temprano que tarde porque, no sé cómo decirlo ya, es que no quiero dar de mamar. Es que no me gusta, es que no quiero hacerlo, es que no tengo esa necesidad, es que no es ese mi modelo deseado de maternidad…pero hay un a diferencia entre vosotras y nosotras. Yo defiendo mi derecho y el vuestro. La decisión de dar de mamar me parece legítima y defendible y combatiré que signifique un castigo laboral o social para ninguna mujer. Pero vosotras despreciais, insultais y no defendeis mi modelo de maternidad, no lactante, pero tan legítimo como el vuestro. Hay una diferencia. Yo defiendo mi derecho y el vuestro. Vosotras defendeis el vuestro a costa del mío.

El modelo de madre lactante y entregada a la maternidad no es patriarcal desde el momento en que lo elijo libremente y no viene impuesto (para nada impuesto) por la sociedad actual, ni por mis padres (ni si quiera con la sombra inconsciente de su ejemplo, porque mi madre fue madre trabajadora y ganó más dinero que mi padre) ni por mi marido, que está encantado con el modelo de crianza que, juntos, hemos decidido.

Que quieras dar de mamar o no, y el modelo de maternidad que lleves, es problema tuyo y, no te equivoques, no te he insultado ni atacado ni demonizado. SImplemente ni entiendo, ni comparto tu decisión, exactamente igual que te pasa a tí con la mía.

Pero parece que no os dais cuenta de que el mundo público es de hombres y lo seguirá siendo a pesar de la paridad, que es un cuento chino para aparentar que somos modernos. Que me digas que la verdadera libertad viene de la autonomía económica sólo demuestra que el vuestro es un discurso económico, capitalista, neoliberal.

Y desde luego que no quiero la igualdad que planteáis, no quiero ser igual que un hombre y tomar su rol tradicional. Es un rol equivocado que hay que cambiar, una figura a derrocar, no a imitar.

Mi trabajo no me permitía ser madre según mi modelo, así que lo dejé. Me hice autónoma y tengo mi propia micro-empresa, en mi casa, y crío a mis hijos y adapto mi horario. Yo ahora soy libre, antes era una esclava.

Cambiar la atención a los hijos por la dedicación al capital me parece muy mal cambio. Y eso de que «el trabajo os hará libres» no hay que recordar en qué puerta rezaba.

Y por cierto, pidiendo bajas maternales iguales e intransferibles no apoyas mi modelo, sino que lo atacas de la forma más cruel, despreciándolo. Tú crees que defiendes mi derecho, porque crees que yo quiero lo mismo que tú, porque lo tuyo es lo válido. Como los misioneros en América, convirtiendo a los indígenas a la fuerza y haciéndoles creer que era por su bien.

Pues no, no creo en tu dios.

Beatriz, ¿no pudiste dar el biberón? pero se lo diste. ¿No te dejaron volver a trabajar? Pero dices que a los 15 días allí estabas libre e independiente como la vida misma, como un hombre más. NO me aclaro contigo.

Intentas ponerte a la misma altura que Sylvia (Sylvia, por cierto «chapeau»), equiparando una a una las situaciones, cuando no es así. A día de hoy no das la teta en el descanso de las 11, ni pegas tu foto en una cartón y lo atas en tu puesto de trabajo para que parezca que allí estás: trabajando.

Simplemente HOY: NO PUEDES LLEVAR A CABO TU MODELO DE CRIANZA, SI HAS DECIDIDO AMAMANTAR PROLONGADAMENTE O ENCARGARTE DE TU HIJO. ¿Sabes lo que es querer? Querer es poder.

Tú, sin embargo, si que lo llevaste a cabo, no entiendo por qué dices (das a entender) que no. Paradójicamnente luego te victimizas (tú y a otras tantas, muchas más, que no dudas en recordar a cada paso) porque llevaste a cabo, a contracorriente del modelo oficial del momento, esa actitud maternal. NO me aclaro de nuevo. ¿SÍ O NO?

¿Sabes cuál es el modelo actual de parto y crianza?¿Sabes lo que es nadar a contracorriente de leyes, protocolos hospitalarios, modas antinatura y consejos médicos profarmacia e industria alimentaria infantil? Creo que no tienes ni idea. O respetarías muchísimo más, lo que por desgracia, se ha convertido en una causa de muchas mujeres,y el tema va en aumento.

De manera subprepticia has colado unas cuantas cosas «en contra» de la crianza natural, en resumen: la has etiquetado como un mecanismo esclavizador de la mujer, igualando a la mujer lactante a una esclava voluntaria. ¿Te parece eso respeto? A mi desde luego no es el respeto que me enseñaron.

Dices no estar en contra de la lactancia materna, y respetar a quienes llevan a cabo esta práctica, en contra de la que dices, no se puede estar, pero titulas tu entrada con las palabras: «estoy en contra de la lactancia materna». De nuevo NO te comprendo.

NO me parece sensato jugar a jugar con el lenguaje, para enredarnos en el lenguaje y dejar de lado el debate, centrándonos en los que se dijo, digo, digo diego, porque dije diego digo ahora dijo. NO es franca tu postura, y no la has defendido con valentía.

¿NO ESTÁS DE ACUERDO? NO, ESTÁS EN CONTRA. Defiende tu postura contraria abiertamente. Claramente: no lo hiciste, ni lo harías (amamantar) y a decir verdad, no te gusta ni quien lo hace a día de hoy. Ahora mantienes una postura pseudo conciliadora. Te has cambiado al bando salvador. Te presentas comprensiva con la causa e incluso realizas un análisis surrealista de la realidad, en el que por cierto, no entran en los planes un cambio político respecto a la visión de la maternidad que albergue un modelo fiscal justo, en el que las empresas no castiguen la maternidad femenina. Porque que sepas, que esto se soluciona desde la política. Con política.

Si piensas que la solución es achantar y proseguir, estás equivocada.

Lo que muchas feministas queréis, y con ayuda del sistema conseguís, es distorsionar la feminidad y a la mujer. Porque YO NO SOY UN HOMBRE, NI QUIERO SERLO. SOY UNA MUJER, COMO TÚ.

Porque por lo que luchamos otras es porque se integre a la mujer en todos los ámbitos del sistema, pero no disfrazándonos bajo un falso traje de hombre, sino con nuestras tetas, nuestras hormonas, nuestras funciones naturales, nuestras necesidades y nuestra estética. Independientemente de si el sistema lo ve como algo deseable(=rentable) o no.

PORQUE NO SOY UN HOMBRE, me entrego a mis decisiones, a mi naturaleza y a sus consecuencias. PORQUE SI QUIERO TENER UN HIJO, TENGO QUE MATERNAR.

Modelo patriarcal es el que desatiende lo que precisa la mujer, y tú desoyes lo que no te gusta de la mujer, ¡oh! qué demostración de respeto y de inclusión. Qué lección de defensa de lo común, lejos de las experiencias personales.

Dices «se me impidió», forma impersonal del lenguaje.

No te confundas Beatriz, las mujeres que decidimos amamantar y cuidar a nuestros hijos prolongadamente no somos las de antes, no es el modelo tradicional, no nos etiquetes, no es lo de siempre; somos médicas, barrenderas, abogadas,dependientas, arquitectas, amas de casa, profesoras, ricas, pobres, juntas, mezcladas y unidas, sin atender a razón de sexo, edad, clase social, o posición. Somos personas informadas y formadas, con capacidad de influencia, con actitud y con poder: el nuestro. El que esté en las tetas de cada una.

NO te confundas Beatriz, no nos defiendes, no defiendes nuestra causa junto a la tuya, no mueves un dedo a favor de nuestros intereses, y de hecho, has manifestado estar en contra de los mismo. NO se puede defender algo que no se siente, que no se entiende y en lo que no se cree.

No te confundas Beatriz, nosotras no hemos conseguido nada, nosotras hemos heredado un sistema, con sus ventajas y sus inconvenientes. Y luchamos por una causa mucho más elevada, conseguir ser comprendidas, respetadas y apoyadas cambiando el sistema, no adaptándonos a él. Porque el actual sistema ni nos respeta, ni nos incluye, ni nos representa .

Te has delatado, «si se alargan los permisos de lactancia…», no se cumplirán los objetivos que decís tener algunas que os autodefinís como feministas (eso lo deberíamos decir las demás ¿no?), y por tanto, jamás lucharíais por eso.

Ese es el verdadero meollo de la cuestión, que defender lo que nosotras necesitamos para poder llevar a cabo nuestro modelo de crianza, os aleja de unos objetivos anticuados, no revisados, desde la fundación del feminismo años a.

Genial. Ahora sabemos a qué atenernos.

Personalmente me importa un pepino que existan mujeres que quieran ser madres y no llevar a cabo lo que naturalmente implica (recuerda que ha sido la naturaleza, la que ha determinado la lactancia y nadie más) pero me preocupa bastante que la labor altruista y desinteresada de cientos de mujeres día a día, por conseguir una maternidad más justa y femenina, un parto más respetado y un mercado laboral menos miope, se vea obstaculizada por los intereses ocultos de un grupo de mujeres que sí, efectivamente, buscan llevar la razón y cumplir un plan absurdo a costa de la maternidad de otras. Es decir, exactamente como lo haría un hombre.

NO te confundas Beatriz, no defiendes mis derechos, me has despreciado y estás activamente obstaculizando la marcada tendencia social incipiente que hay hacia cierto modelo de crianza que recupera el paradigma tradicional.

NO te confundas Beatriz, no defendemos nuestros intereses a costa del vuestro, no tenemos miedo a depender de nuestros ahorros, nuestras parejas o nuestro entorno durante el periodo de crianza, no tenemos miedo a perder el trabajo, no tenemos miedo a parecernos a nuestras abuelas. Porque la cultura y la información nos hace diferentes, nos hace libres.

No tenemos miedo a ser nosotras, queremos ser nosotras.

Efectivamente entre nosotras no hay ninguna diferencia.

Pues no, no me achanto, casi nunca me achanto. Me gusta discutir y desde luego ya veo que tu consideras que escuchar a la otra parte y reconocer razones es achantarse. Yo suelo hacerlo, para mí las discusiones sirven no sólo para repetir mi opinión, sino que muchas veces en ellas aprendo cosas y veo puntos de vista en los que antes no había reparado.
Bien, al final, sí, salió lo que decía. «No soy un hombre», clamas. Es decir, lo que aquí está en juego es mucho más que el supuesto bienestar de los hijos, que están perfectamente, lo que está en juego es el rol maternal ligado a la identidad femenina. Y la bilogía al servicio de una identidad y de la desigualdad. No estoy ahí, desde luego. Las muchas mujeres que no tienen hijos porque no quieren son tan mujeres como las demás y su opción es igual de buena.
Claro que sois profesionales y trabajais, no lo dudo. Gracias a las feministas podéis hacer todo eso. Gracias a las feministas casi todas las mujeres, incluidas las no feministas estudian, trabajan, pueden hacer más o menos lo que quieran con sus vidas. No obstante, seguimos teniendo los roles sociales sobre nuestras cabezas y la biología juega su papel siempre conservador en esto.
Las mujeres en España sí tienen miedo a depender del sueldo de sus parejas, sí quieren ser autónomas, sí quieren dar de mamar poco, por eso las españolas tenemos tan pocos hijos porque la mayoría prefiere esperar a tener un trabajo o lo retrasa tanto que ya es tarde; lo cual, por cierto, me parece una barbaridad. Yo hubiera querido tener más hijos pero como no quería quedarme sin trabajo tuve que tener sólo uno. Eso si que es injusto, que debido a un sistema en el que se penaliza a las madres laboralmente no podamos tener todos los hijos que deseamos y los que, por cierto, la sociedad necesita. Por lo demás, hubiera tenido varios hijos y no les hubiera dado de mamar a ninguno.

Sylvia:

Dices: «Pero parece que no os dais cuenta de que el mundo público es de hombres y lo seguirá siendo a pesar de la paridad, que es un cuento chino para aparentar que somos modernos. Que me digas que la verdadera libertad viene de la autonomía económica sólo demuestra que el vuestro es un discurso económico, capitalista, neoliberal.

Y desde luego que no quiero la igualdad que planteáis, no quiero ser igual que un hombre y tomar su rol tradicional. Es un rol equivocado que hay que cambiar, una figura a derrocar, no a imitar».

En primer lugar, estoy de acuerdo en que el mundo es de varones, pero no estoy de acurdo en que la paridad igualitaria sea un cuento chino para aparentar. Lo que es en verdad esa paridad es una puerta abierta a la elección libre de la mujer y del hombre.

Segundo: Veo que has olvidado que para comer se necesita ganar dinero con el cual comprar la comida. Esto lo saben muy bien las leonas, que cuidan a sus cachorros, pero van a cazar. Por supuesto cuidar a la prole es algo necesario, pero también conseguir provisiones para ti y para tu familia. Pero claro, resulta más fácil decir: el mundo es de hombres y es todo muy malo, pero a pesar de ello me caso con un hombre y le utilizo para que vaya a trabajar. Y luego, si me divorcio, que siga manteniéndome a mí y a mi familia (y para los varones, les digo: claro es más fácil decir, me fastidia tener que ir a trabajar para conseguir comida para mi mujer, pero me caso con una y la obligo a estar en casa. Y luego, en el divorcio, me quejo de que tengo que pagarla a ella -lo más lógico- porque si no tanto ella como mis hijos/as pasarán hambre). Osea, que lo tuyo (lo vuestro, lo de las personas sexistas que promovéis agrupar a mujeres por un lado y a varones por otro y obligarles a hacer lo que vosotros/as esperáis que hagan), como decía, lo vuestro es quejarse de algo, pero defenderlo a morir.

Dices que no quieres la igualdad que plantean, que no quieres ser igual a un hombre. Tranquila, jamás lo serás, porque no sois tampoco iguales entre las mujeres y tampoco lo somos entre los varones. Empero, de todos modos… la cosa es sencilla: tú no quieres; Beatriz y otras sí. ¿Y quién eres tú para promover un modelo que le impia a ella hacer lo que ella quiere? La pregunta también me la haría al revés si Beatriz dijese que las mujeres han de no amamantar sí o sí.

Por último, sobre tu último comentario, el de cogerse o no las bajas de maternidad en función de si se da de mamar o no, me parece mentira que lo digas tú precisamnte, que eres madre. ¿Has olvidado que criar, educar, cuidar a tu hijo/a es algo más que dar o no dar el pecho? ¿Has olvidado que también necesitan besos, caricias, abrazos, amor? La baja por maternidad (y por paternidad) no es para que la madre y el padre se vayande fiesta o para que puedan dar el pecho, es para que su hijo/a esté junto a su familia.

Saludos.

Enrique:

1. Sigo pensando que la paridad la han inventado los hombres desde su modelo de sociedad, es el azucarillo que ponen delante del caballo para que vaya donde uno quiere que vaya.

2. Me caso, uno, junto o arrejunto con un hombre, porque me gustan los hombres. O más concretamente, me gusta este que duerme a mi lado. Entre otras muchas cosas porque necesito un hombre que quiera juntar sus espermatozoides con mis óvulos para procrear. El modelo de matrimonio por desagracia imperante, ese que tú comentas, no sólo me parece tan mal como a ti, sino que no es el mío, aquí te has colado. Otra de las razones es que, hoy en día, gracias al sistema capitalista que obliga (sí, obliga) a hombres y mujeres a trabajar sí o sí fuera de casa en todos los momentos de su vida, para comprar un piso hacen falta dos sueldos. Como hacen falta dos sueldos, hacen falta dos coches, dos seguros a pagar, para que cada uno vaya a su trabajo y como estamos tan estresados de trabajar, necesitamos ir a spa, gastar en ocio, vacaciones en el Caribe, ¡qué libres somos!, verdad?

3. No me uno a un hombre para echarme a dormir, esperando que traiga su sueldo a casa. En realidad me gustaría que él tampoco trabajase fuera de casa, y que pudiésemos vivir de la tierra e intercambiar nuestros productos con los de otros. Así también se podría vivir, de hecho mis bisabuelos vivían así, pero no, gracias a quienes nos han colado la trola de que para ser libres hay que producir y consumir, ya no se puede vivir así, hay que ser esclavo del sistema y arrodillarse ante él, porque si no, encima te llaman sexista, pa mear y no echar gota, oiga. Y como dato, te comento que, mi marido está actualmente en paro y yo soy empresaria, justo el modelo contrario de familia que me atribuyes, por cierto,sin conocerme ni haber leído ningún dato mío al respecto, porque no los había dado hasta ahora. Y no te consiento que digas que utilizo a mi marido para que vaya a trabajar.

4. Yo no obligo a nadie a nada. Lee otra vez mi comentario y a ver si encuentras en algún sitio que yo diga que todas las madres deben lactar. Para nada. Es una opción más sana que otras, pero no deja de ser una opción respetable como cualquier otra. Madres de esa opción me rodean por doquier y jamás he llegado siquiera a entablar conversación sobre el tema. Por lo que no paso es por que mujeres que dicen defender mis derechos decidan que lactar es poco menos que antiguo y que lo que hay que hacer es dar biberones para volver al trabajo y ser más libres. De eso nada, por mi libertad lucho yo, que sé qué libertad es la que quiero. La que el feminismo me propone es una escalvitud encubierta y paso olímpicamente. Y mi libertad laboral, económica y maternal ya la tengo desde que soy autónoma, así que de luchar en mi nombre nada de nada. Y el mismo derecho tengo yo que otras de promover elmodelo que me dé la gana. Promover no es imponer. Yo no quiero que obliguen a la crianza natural a quien no quiera, sólo quiero que me dejen en paz a mí ejercer mi derecho, que es el que yo elijo, no el derecho que me impone ni atribuye nadie. Y que se garantice desde el estado, porque es mi derecho y mi elección, que es tan legítima como la otra, sólo que yo no voy diciendo a las del otro modelo que estoy luchando por ellas, porque pobrecitas, aún no saben que lo mío es mejor, que es lo que viene diciendo el movimiento feminista.

Y 5 y último, no has entendido lo de las bajas de maternidad y paternidad, que para mí son necesarias e imprescindibles, además de necesitar urgentemente una prolongación para ambos progenitores. Una parte ha de ser intransferible, para garantizar el derecho del hijo y los padres a estar juntos. La otra parte, 10 semanas en el caso de las mujeres, debería ser transferible (como ya lo es la de maternidad), cuando se iguale en tiempo la de paternidad. Por una cosa muy importante y es que, a nadie le importa cómo organizo yo mi casa y las funciones que nos repartimos los que aquí vivimos. Un caso puede ser una madre que necesita que el padre le ceda su parte transferible para continuar la lactancia. Otro puede ser una mujer que no lacta y prefiere volver a trabajar a las 6 semanas, como Carme Chacón, que renunció a las 10 semanas no obligatorias ¿No tiene derecho el padre de disfrutar de las 10 que le sobran? Que se las ceda y así el hijo seguirá al cargo de uno de los dosprogenitores. Promoviendo bajas intransferibles, sólo se fastidia al niño. Cuando uno quiere o necesita volver al trabajo antes, no podrá (¿qué será de mujeres como Beatriz, obligadas sin remedio a ejercer de madres 24h durante 16 semanas?) y quien quiera dar de mamar o aunque no lo haga, quiera estar más tiempo en exclusiva con su hijo, tampoco podrá. ¿Quién sale ganando? Los empresarios. Vas viendo por dónde voy?

Para dar, como tú dices, cariño, besos, atención, amor, abrazos y mimos no hace falta dar el pecho, hace falta TIEMPO!!!!!!!!!!!!!

Sylvia:

1- Osea, piden las bajas iguales las mujeres, los hombres no las cogen en su mayoría según las estadísticas, hay hombres como yo que las quieren para poder estar con su hijo/a en el futuro (ahora soy joven estudiante sin hijos/as), ¿y resulta que las han inventado los hombres?

2- Por supuesto que te casas con quien quieres. Pero es hipócrita utilizarle. «Lo necesitas para procrear». Cuando se necesita se utiliza como un medio, no como un fin en sí mismo. Es decir, tu marido es un objeto. Por lo menos, eso es lo que me estás dando a entender.

Sylvia, yo nunca he dicho que somos libres. He dicho que hay que ser libres. Cuando digo que hay que elegir lo que a cada cual le place, por supuesto doy por hecho lo que comentas: que hay que eliminar el capitalismo.

3- Sí, he cometido el error de generalizar lo que ocurre en muchos casos a tu situación sin conocerte. Te pido disculpas por ello.

No obstante, igo en este punto. Dices: «En realidad me gustaría que él tampoco trabajase fuera de casa, y que pudiésemos vivir de la tierra e intercambiar nuestros productos con los de otros. Así también se podría vivir, de hecho mis bisabuelos vivían así, pero no, gracias a quienes nos han colado la trola de que para ser libres hay que producir y consumir, ya no se puede vivir así. ¿De qué planeta eran tus abuelos? ¿Desde cuando la gente estaba en su casa sin trabajar e intercambiando sus productos? Como no fuesen tus abuelos capitalistas que mandaban a sus empleados a trabajar mientras ellos se aprovechaban… no entiendo cómo es eso que dices. Digo, porque quienes vivían de la tierra eran quienes más tenían que trabajar, ya que la tierra les pertenecía a otras personas que estaban por encima. No sé si has estudiado algo de Historia…

Y bueno, si tanto quieres vivir de la tierra, ¿por qué no te vas a un pueblecito asturiano y dejas de usar Internet? ¿No será que quizá no quieres? Digo, porque poder se puede hacer. Ya te digo que tengo familia que vive en un pueblo, sin internet, sin coche, etc. Viviendo de la tierra… Ah, pero eso sí, trabajando mucho y muy duro, tanto los hombres como las mujeres, porque yo he labrado en la tierra, y te aseguro que nos es cosa tonta. No me vengas con simplismos, que esto no es Alicia en el País de las Maravillas…

4- Para mí, decirle a una persona «ni comparto tu decisión» es como decirle «eres idota y no deberías hacer lo que haces».

Igualmente, esoy totalmente de acuerdo en que lo que dices. Tú quieres el tipo de libertad que tú quieres. Y otras quieren el tipo de libertad que tú quieres. Pero caes en el tipo de error de las feministas que criticas: Al decir que cuando una mujer decide trabajar cae en el patriarcado, estás diciendo «no hagas lo que estás haciendo porque estás cayendo en una trampa». O lo que es lo mismo, decides qué tipo de libertad tienen que buscar el resto de las mujeres. O lo que es lo mismo, eres paternalista, lo que siempre ha sido el patriarcado.

Asimismo, y por último para este cuarto punto, dices: «Por lo que no paso es por que mujeres que dicen defender mis derechos decidan que lactar es poco menos que antiguo y que lo que hay que hacer es dar biberones para volver al trabajo y ser más libres». Ves sólo la mitad del asunto. Por un lado tienes razón, pero por otro lado no te fijas en que dar biberones no es sólo cuestión de querer ir al trabajo. Hay mujeres que los necesitan (por la razón que sea; pero un ejemplo en este caso es la situación de Beatriz: tenía dolores insoportables y le hacía falta. ¿Hay algo de malo en eso?).

5- Te contradices aquí. Dices que las bajas por paternidad y maternidad para ti son necesarias, pero al mismo tiempo las criticas porque dices que la paridad es un cuento chino y patriarcal inventado por y para hombres. No lo entiendo…

Saludos.

Por cierto, me olvidaba de una cosa.

Cuando dices lo de volver a la tierra y prescindir de ciertas cosas… ¿no hablarás también de prescindir de la medicina, verdar? Digo, porque creo que no haríamos ningún bien a mucha gente volviendo atrás en la medicina (yo sobreviví gracias una incubadora en la que pasé seis meses, por ejemplo). No sé… creo que algunas cosas son buenas y necesarias.

Yo soy mamá de dos niños -el segundo todavía no nació-. Ojalá pueda dar una lactancia prolongada al segundo, pero al primero no pude.
Ustedes, Ileana y compañía, son unas madres insolentes. Se creen saberlo todo y con la posesión de la verdad absoluta. Creen que todo en la crianza es color de rosa porque nunca les ocurrió nada malo. No comprenden que mujeres como Beatriz o como yo sufrimos un problema y se nos debe comprender y respetar la situación. Beatriz no dio la teta por el problema que ya describió. Yo no lo di porque mi hijo era alérgico a mi leche. La leche materna es la mejor leche pero olvidan ustedes las excepciones porque son patriarcales y quieren obligar a las mujeres a estar en casa y para eso inventan un mundo feliz donde nuca susede nada penoso. Y soy mala mamá porque no pude dar la teta? No comprenden nada. Hablan de cosas lindas como el respeto a la infancia pero olvidan el respeto a las personas. No sé qué clase de niñxs criarán ustedes si no saben respetar a una pobre mujer que sufría dolores.
No hay leyes que me prohiban laburar pero sí existe la presión social que puede ser peor que una maldita ley. Lxs homosexuales no tienen problemas con la ley en España para salir a a calle agarradxs de la mano pero muchxs no lo hacen porque la presión social puede ser peor que una ley.
También mal valoran las labores fuera del hogar y dicen que es de hombres pero no se dan cuenta de que la plata se gana laburando. O a ustedes les cayó del cielo? Gracias a esa labor de sus hombres pudieron ustedes estar con sus hijxs y se atreven a decir que lo de ellos está mal? Malo lo vuestro que son opresoras, parecen la iglesia con sus dogmas. Una sociedad donde no se cuidan a lxs chanchitxs no puede existir pero una sociedad en la que no se gane plata, o comida, o ropa, o cosas que mantienen la supervivencia tampoco. A ver si se dan cuenta de eso de una jodida vez.
Yo trabajo y ustedes no son nadie para decirme que soy mala madre o que soy como un hombre. Yo soy mujer pero antes que eso soy una persona. Ustedes con su trato no llegan ni a eso.

Bueno, ya empezamos con la paridad. Desde la ONU a todos los organismos internacionales que se ocupan del desarrollo de la igualdad han demostrado que la paridad es absolutamente necesaria. No es algo que se ha sacado de la manga este gobierno sino algo que este gobierno implementó en demanda de las peticiones del feminismo. Hay una ignorancia aquí digna de mejor causa. Pero a las mujeres siempre nos pasa, de feminismo, de mujeres, opina cualquiera sin saber nada. Sin saber de 200 años de teoría, de práctica, de crítica, de enseñanza, de aprendizaje. Si a una se le ocurriera opinar de socialismo crítico sin saber nada de nada sería criticada pero de feminismo cualquiera puede decir cualquier tontería. Si desde el momento del nacimiento se tiene una educación diferenciada, si sabemos (porque hay datos, cifras, estudios) que no se contrata, no se juzga, no se paga, no se trata, igual a las mujeres que a los hombres, (dar aquí las cifras sería abrumador) entonces la paridad es lo unico que va a garantizar que se imponga, siquiera sea al principio, cierta igualdad, aunque por ahora se apariencia de igualdad. La ONU ha dicho que sin cuotas y paridad las mujeres no podrán ser iguales (ganar lo mismo por el mismo trabajo, tener el mismo poder de decisión sobre sí y su entorno) hasta dentro de 500 años, y eso si no hay retroceso. Pero sí, ya lo sé, las de la ONU son unas radicales, que odian a los hombres y que sólo piensan en querer ser como ellos. Bueno, somos la mitad de la humanidad y quien quiera renunciar a ser igual que lo haga, pero que no implique a los millones de mujeres que por vivir en la desigualdad viven vidas terribles condenadas al dolor, a la pobreza, a la exclusión, a la violencia, a la muerte prematura, al hambre etc. en mucha mayor medida que los varones. Si el mundo, las instituciones, las empresas, los partidos, los gobiernos, fueran paritarios, esta mitad excluida estaría en el sitio que le corresponde, en nuestro sitio robado. En mi blog, desde luego, un blog feminista, no se va decir que la paridad es un absurdo. Ala, estos mensajes fuera. Ya veis, demostrando autoridad en mi propio blog.

Beatriz:

Sé que hay ciertas cosas que se ponen como obligación para nivelar la desigualdad que hay entre varones y mujeres (discriminación positiva). Y con muchas de esas cosas estoy de acuerdo. Pero con la paridad, la verdad, es que no, lo diga la ONU o lo diga quien sea. Eso es una falacia, el considerar que porque lo dice tal o cual persona es lo correcto. Según tu lógica debería hacer caso a Aristóteles cuando decía que los/as extranjeros/as eran inferiores, porque es Aristóteles y, cuidado, no le podemos negar nada… Esto es una ciencia social, no una ciencia pura, y como en toda ciencia social, hay inexactitudes, errores, opiniones, prejuicios, intereses, etc. No existe la verdad absoluta. Y lo que vale para hoy, puede perfectamente no servir mañana, ni en todos los países, ni para todas las personas.

Puede que esté demostrado que sea lo mejor, pero también podría demostrarse que la forma más fácil en que aprende una persona es propinándole una bofetada y no creo que sea lo correcto. Así pues, lo mejor o no, la igualdad se busca desde la educación y desde una serie de normas con lógica.

Vamos, que si mañana monto una empresa y de todas las personas que acuden a buscar trabajo, hay tres hombres incompetentes… ¿tengo que poner a esos tres incompetentes porque ya elegí tres mujeres? ¿Y lo mismo al revés? Y así queremos mejorar la calidad…

Dime, Beatriz, si mañana todas las mujeres menos tú se niegan a trabajar, a fin de que haya el mismo número de varones que de mujeres en un trabajo, ¿las obligarías a punta de pistola a acudir a esos puestos laborales?

En Educación, el 80 % de los puestos los tienen mujeres, en tanto que el 80 ó 90 % de personas que estudian Magisterio son mujeres. Yo estudio Pedagogía y cuando entre en un centro de Educación Infantil probablemente haya en su inmensa mayoría mujeres (sí, a causa de una educación sexista que impone por norma que la crianza deben llevarla las mujeres; lo sé. Sé más de igualdad de lo que te piensas). Dime, Beatriz, ¿ponemos una paridad para que haya el mismo número de hombres que de mujeres en Educación Infantil? Sería lo justo, ¿no? (En realidad no, porque ya hay una injusticia: a pesar de que el 20 % de los puestos de Educación Infantil y Primaria lo tienen hombres, de ese pequeño 20 %, el 90 % o más de los altos cargos se lo llevan los mismos). Pues ¡ale!, como no hay varones que estudien magisterio, obliguemos a los jóvenes a ser maestros, ¿no?

Con tu comentario me das a entender que tú te crees la lista que todo lo sabe y los/as demás, que no opinan como tú, no es porque no estén de acuerdo… es porque son ignorantes. A eso se le llama paternalismo, cosa que, pues conoces de feminismo, debes saber qué significa, y cómo se ha instaurado contra las mujeres a lo largo de la historia…

Un cordial saludo.

La paridad no se refiere a los trabajos corrientes, se refiere en primer lugar al poder, a los puestos de poder y a los trabajos mejor pagados, allí donde las mujeres están infrarepresentadas. No te preocupes que allí donde se paga poco no hay problema: habrá más mujeres que hombres, seguro. Así que el hecho de que en esos puestos peor pagados, precarios, no pagados (trabajo gratis) estén llenos de mujeres, y los puestos de poder político o económico. los de prestigio etc no haya mujeres ¿es natural? ¿nos gusta que nos paguen poco? ¿nos gusta trabajar gratis? ¿no nos gusta tener poder político o económico? ¿o es que nos valemos lo mismo? Seguramente no nos gusta lo mismo a todas, ni a todos, pero que a muchas nos gustaría acceder a esos puestos en igualdad de condiciones lo demuestra el hecho de que cuando se establecen medidas de acción positiva que favorecen que las mujeres nos incorporemos, lo hacemos, así que dispuestas sí las hay Tu la situación anterior la debes ver natural cuando no te suscita ni preguntas ni cuestionamientos.Lo cierto es que funciona una cuota masculina, invisible por naturalizada que hace que los mejores puestos se reserven por medio de mecanismos, conscientes o inconscientes y estructurales, y muy estudiados ya, a los hombres. quehaya mujeres en educación infantil es normal, se une niños con mujeres y es poco prestigioso y mal pagado. Dobla o triplica el sueldo de las profesoraas de educación infantil y verás que pronto se llena de hombres y que pronto se echa a las mujeres.

¿Y eso por qué? Si se une la educación infantil con mujeres ¿por que se iba a llenar de hombres?¿Es que hay una conspiración machista para no dar puestos de poder a las mujeres?

A mi me parece que es más bien porque somos las mujeres la que realizamos la mayor parte del trabajo de cuidado.Y una parte de la población femenina se siente más importante que los varones porque son las mejores en esos trabajos de cuidado.Me refiero a quienes creen que un bebé no puede estar tan bien con su padre como con su madre por ejemplo.En consecuencia los varones pasan más tiempo en el mundo económico y por lo tanto tienen mayores posibilidades de ascender a puestos de poder.

Porque hoy en día la mejor manera de ascender en una empresa es descuidar a tu familia. También existe un drama masculino , el de divorciados que se sorprenden porque dan la custodia a la madre , no se dan cuentan que lo verdaderamente importante es el tiempo que dedicas a tus hijos e hijas.

Yo no quiero una sociedad en la que no se deje a los padres y madres ser padres y madres.

En vez de paridad en los puestos de poder ¿por que no igualan las bajas de maternidad con las de paternidad?¿Por qué no se crea también una baja paternal intransferible (por ejemplo a partir de 6 meses )?Es la única manera efectiva de eliminar las diferencias de poder en el mundo privado y en el público.Y seguramente sería mejor arma contra la violencia de género.

Pero no , les conviene mejor simular que están en contra del patriarcado que atacarlo en su raíz.

Kuxille

Desde luego que crear una baja paternal intransferible es uno de nuestros objetivos más importantes. Lo apoyamos las feministas plenamente, no sólo proque así los hombres realizarían también los trabajos de cuidado sino porque es la única manera de que las mujeres no salgan más caras a los empresarios y así se las contrate de la misma manera. Mientras la maternidad le cueste dinero al empresario no podrá haber igualdad en la empresa o bien, como está pasando ahora, las parejas o las mujeres no podrán tener todos los hijos que quieren. Pero desde luego que si no una conspiración machista si hay un estado de cosas machista. Si las mujeres ocuparan más o menos los puestos que les correponden, la mitad porque somos la mitad de la población, en esos puestos sobrarían la mitad de los hombres que tendrían que ir a los sitios que nosotras no queremos por mal pagados, precarios, subemplos o trabajo gratuito y claro que eso les duele.
Tienes todo el derecho del mundo a pensar que las cosas están bien como están pero no sé por qué piensas que es antipatriarcal cuando qué más le puede gustar al patriarcado que nosotras cuidando y ellos dirigiendo el mundo, bueno, es exactamente lo que ocurre ahora.

Y que una parte de la población femenina se sienta importante…no será tan importante cuando no se paga o se paga con limosnas. es increible que todavía haya mujeres que se crean que eso es muy importante. Lo que es importante en una sociedad es el valor que dicha sociedad le da, ya sea en dinero (que también ya que es muy valorado) ya sea en prestigio social, en satisfacción personal etc. a cambio: sueldos menores, nulo prestigio social e índices de depresión, suicidio, medicación mucho mayor en mujeres que en hombres, No se sentirán tan importantes me parece.

Yo, la verdad, preferiría ganar menos dinero pero tener tiempo libre para estar con mi familia y conmigo mismo, a ganar mucho dinero pero no poder ni saludar a mis vecinos/as a falta de tiempo. Por eso pienso también en trabajar en un centro de Educación Infantil, para que, aunque gane menos, al menos tener tiempo para mi familia, y en caso de tener un/a hijo/a, no sólo estar con él/ella gracias a la baja, sino que también gracias a tenerle junto a mí en mi trabajo.

Como ha dicho Kuxille, cada cual es feliz a su manera. Yo no quiero ganar millones y millones mientras más de medio mundo se muere de hambre. A eso se le llama capitalismo y a ese punto no quiero llegar, ni que lleuge nadie, sea varón o mujer.

Un cordial saludo.

Jo, no me estás dejando trabajar 😀

Para no alargarme,estoy de acuerdo en casi todo, pero a ver, yo no estoy EN CONTRA del sacaleches. Yo tuve uno que me ayudó a sacarme leche para las papillas de cereales de mi hija cuando tuve que volver al trabajo a sus 4 meses de edad y lo usé a diario muchos meses.

Estoy en contra de que se diga «¿Para qué quieren más baja para amamantar habiendo sacaleches?» El sacaleches es una ayuda, un complemento, una herramienta, no un sustituto. Y por supuesto la que quiera sacarse leche sólo para que se la dé el padre mientras ella descansa, pues muy bien, no lo critico, en serio. No es mi opción, pero la respeto, como cualquier otra. Pero el sistema se apoya en biberones y sacaleches para decir a las madres lactantes que no son imprescindibles para sus bebés y esto sí que lo somos. Además el padre TAMBIÉN es imprescindible, claro que sí. Los padres y madres son imprescindibles para los hijos sea cual sea su opción de crianza. Pero igual que hay una corriente que quiere obligar a todas a amamantar (a la que NO pertenezco) también hay una que nos quiere convencer de que los hijos se crian solos, que nos vayamos todas a consumir (ropa, ocio…) que no pasa nada. Y en esta participan las grandes farmacéuticas, poniendo dinero para que las mujeres se decidan por su modelo supuestamente liberal y moderno.

No estoy en contra de la leche artificial, estoy en contra de que eso se venda como moderno, liberal, y lo otro como antiguo y conservador.

Lo de los pigmeos ya lo sabía y me parece perfecto, la succión del pezón también es consuelo, aunque no haya leche, o sí la haya. ¿Porqué no me iba a parecer natural, si existe en nuestro cuerpo, en nuestra especie? La verdad es que siempre me he preguntado qué función tendrían las mamas en los varones, no creo en la casualidad y menos en la casualidad biológica. Mi marido ha intentado a veces que los niños succionasen de él, a ver qué pasaba, pero siempre lo rechazaron, por el pelo, problema que no tienen los pigmeos.

Y lo de que no quiero ser como un hombre, siento generalizar, pero me refiero al modelo de hombre, ostentador del poder. En cambio sí quiero ser como mi padre, inteligente y motivador. O como mi marido, paciente, cuidadoso, reflexivo, respetuoso y libre. O como tú, conciliador.

Hay mil motivos para fomentar la lactancia natural. La artificial es mayoría y de peor calidad, no sé porqué habría que fomentarla más. Eso no quita que respete a quien toma esa decisión voluntariamente. Y fomentar no es obligar. Pero es una curiosidad muy curiosa que, quien queremos amamantar nos encontramos con los sanitarios más pro-bibe, que enseguida te dicen que le des una «ayuda» y viceversa.

Y ya que nos estamos haciendo colegas, te contaré un poco mi vida. Tengo 30 años, mi hija tiene 5 y mi hijo 2 y medio. Nunca me había planteado una lactancia más allá de los 6 meses, las cosas salieron así. La amamanté dos años a ella sola y también durante los 9 meses del embarazo de su hermano. Cuando él nació los amamanté conjuntamente 14 meses hasta que ella se destetó cuando quiso, dos meses antes de cumplir 4 años. «Mamá, creo que ya soy mayor para la tete» Mi hijo mantiene dos o tres tomas diarias. Además de madre a tiempo completo he trabajado fuera de casa, a turnos, compatibilizándolos con el horario de la construcción de mi marido, es decir, o entrando a las 5 de la mañana o cogiendo turno de noche. Y mis hijos se han despertado y los ha atendido su padre. Ahora soy empresaria y dentro de una semana me desplazo a Madrid para dar una charla sobre cómo me hice empresaria para poder criar a mis hijos. Ellos se quedan aquí, con su padre. Y yo los echaré mucho de menos, aunque sólo sea un día. No soy una fundamentalista, ni una madre talibana de la teta. Soy una PERSONA que disfruta con la crianza con apego de sus hijos. Casualmente nací MUJER. Y en realidad, como ya te he dicho, no creo en las casualidades.

Yo estoy aquí haciendo un trabajo que tengo que entregar el martes a mi profe, jeje. Ya te dejo tranquila. ^^

Estamos totalmente de acuerdo, entonces. Y para contarte algo de mí, te digo:

Tengo 22 años, estudio Pedagogía y no tengo hijos/as. Me encantaría tenerl uno (a partir del segundo, adoptado/a, por cuestiones éticas personales. Pienso que ya somos demasiadas personas en el mundo y que hay que estabilizar el nivel de la población), pero eso es una decisión que dejo para el futuro porque de momento no puedo ni mantenerme a mí mismo. Además de que esa es una decisión que tomajé con mi pareja, porque no voy a obligar a nadie a tener niños/as si no quiere, y mucho menos a una mujer, pues es ella quien lo gestará y parirá.

Espero poder llegar a revolucionar la sociedad y la pedagogía, y llegar a dar clases en las que me base, en cuanto a crianza, en rinicpios similares a la crianza natural; en cuanto a enseñanza, en principios que fomenten la libertad de los/as niños/as, el aprendizaje activo y constante, la reflexión crítica y auto-crítica y la participación; y en cuanto a educación, que ésta esté dirigida a la formación de personas libres, pensantes, capaces de comprender sus sentimientos y de empatizar… y muchas cosas más.

Quizá monte, si hay dinero, una Escuela de Educación Infantil basándome en principios de ese tipo, y flexibilizando horarios para que los padres y las madres puedan venir junto a sus hijos/as y aprender juntos, conociéndose mutuamente, interactuando, en vez de pasarse horas y horas aparcados/as.

Muy utópico; probablemente no lo logre, pero todo esto es el motor que me mueve a seguir adelante y a estar aquí ahora mismo dialogando en un blog, en vez de irme de botellón (no, no fumo, ni bebo alcohol).

Puede que sea raro… pero me siento orgulloso de ello. xD

Un cordial saludo. Te dejo tranquila, jeje. Que te vaya bien.

Ah, en ese casí sí estoy de acuerdo, Beatriz. Pensaba que tú te referías a aplicar la paridad hasta en una panadería. Digo, porque una panadería y otros negocios menores, son pequeñas o medianas empresas que pueden estar formadas perfectamente por la familia, y si da la casualidad de que la familia está compuesta por la madre, el padre y dos hijos, no puedes obligar a la familia a expulsar a uno de sus hijos para en su lugar poner a una mujer fuera del círculo familiar.

Asimismo, creo que debería haber en la paridad un margen de error; en vez del 50 al 50 %, que fuese del 55 a un 45 % de un lado a otro, o un poco más, un poco menos.

Me parece un 50-50% un rango demasiado rígido.

Ahora bien, discrepo en dos cosas:

1- Opino que debe de haber un mínimo y un máximo en poder de la empresa o institución donde se aplique la paridad. Un mínimo, porque, como ya he explicado antes, en una panadería de negocio familiar es una injusticia (y sitios de ese estilo, que forman pequeñas y medianas empresas). Un máximo, porque a partir de un nivel, permitir que tengan poder tanto hombres como mujeres, es puro capitalismo y antidemocrático. Por ejemplo, en la política no estoy de acuerdo con la paridad Yo no quiero a ninguna mujer, ni a ningún hombre, por encima de mí, con más derechos y con poder para elegir mi vida. Para mí la Democriacia ha de ser participativa, donde el pueblo cuente y sea el pueblo quien tiene poder (aunque antes que esto prefiero la Anarquía, la verdad, pero eso ya es otro tema).

Por ese motivo, yo no quiero ni el patriarcado (gobierno de varones) ni el matriarcado (gobierno de mujeres). Yo prefiero lo que mi novia y yo denominamos como Isotriarcado (gobierno de todos/as por igual).

Sí, sé que los varones tienen más facilidad para alcanzar puestos mejor pagados y más importantes. Si has leído mi comentario anterior, verás que he dicho que de un escaso 20 % de varones que hay en Educación Infantil, «misteriosamente» un 90 % están en los altos cargos (director, subdirector, etc). Y en ese tipo de casos sí estaría de acuerdo con la paridad, pero no en cargos que están constituidos para opirmir a los/as que menos tienen y a los/as de abajo.

Y por mi parte, la verdad, duplicaría o triplicaría el sueldo de los maesros y las maestras de Educación Infantil. Estos trabajos los considero más imporantes que el de un/a doctorado/a que trabaja formando universitarios/as.

Saludos.

Achantarse es seguir teniendo una baja maternal de cuatro meses en pro de conseguir un utópico pleno empleo femenino, negrero e injusto para con su propia biología y naturaleza, SÍ.

Achantarse no es escuchar a la otra parte y reconocer razones. Escucho y leo muchas cosas que no me gustan, reconozco la razón sólo en quien la tiene.

¿Los hijos están perfectamente?¿en qué te basas para aseverar tal afirmación? Trabajo con adolescentes, veo a diario la mierda de sociedad en la que están sumidos, la falta de niñez y de juventud que tienen, sus problemas. Veo una sociedad adúltera que compra la falta de atención sobre sus hijos con materialismo. Vivo en una sociedad degradada.

Para mí, a diferencia de ti, la feminidad-maternidad no es un rol, es mi naturaleza. Es mi condición biológica, y también, mi bendición. Lo vivo así con mi pareja, en mi día a día, en mi trabajo, en mis relaciones personales…En mi vida. Y leyendo a Casilda Rodrigáñez, a Wilhelm Reich, compartiendo historias con mujeres en El Parto es Nuestro, leyendo a Ileana en Tenemos Tetas, y disfrutando de mi sexualidad y mi cuerpo, he conseguido sentirme afortunada de ser mujer, he conseguido reforzar mi identidad de mujer y valorar mi fisiología, como un tesoro preciado. Me he quitado el velo de la ingenuidad que teje la sociedad de la represión femenina, sobre la “dichosa menstruación”, “el castigo de parir”, o la “desdicha de amamantar” etc, etc, etc… Estoy en paz con mi naturaleza, con mi cuerpo y con sus posibilidades.

La biología no está al servicio de la maternidad, y no he dicho en ningún momento que una mujer que no sea madre sea menos mujer. Eso es, en todo caso, lo que tú has querido entender. Creo que el debate es suficientemente rico e intenso como para ensuciarlo o desviarlo con obviedades de ese tipo.

La mujer no debería de pasar de debérselo todo al hombre a debérselo todo a las feministas. De ese modo la mujer siempre le debe rendir pleitesía a alguien, aunque el segundo caso es más flagrante: le debe rendir pleitesía a otras mujeres superiores a ella. De nuevo os delatáis.

He estudiado en primer lugar porque he podido, en segundo porque he querido. De nada sirven las posibilidades a quien no las aprovecha. Igual que a nadie le sirven las orejas si no quiere escuchar.

Con un poco más de humildad y elegancia, habrías evitado ese nefasto párrafo. NO caeré en el error de negar que parte de la acción feminista ha conducido a la situación actual de la mujer, posibilitando parte de sus opciones reales a día de hoy (con sus etapas de luces y sombras); pero no pienso arrodillarme ante las que decís atesorar ese valía.

Sin embargo agradezco profundamente a Elena Iglesias y otras mujeres en España, ser las primeras arquitectas del país, le pesara a quien le pesara. Pero se lo agradezco desde el corazón, con sinceridad, sin rebajarme, y, además, es más, sintiéndome parte de la historia de la mujer, porque yo he seguido con la tendencia. He estudiado Arquitectura años después.

Todas las situaciones que denuncias de la mujer española no se mejoran ocultando su verdadera sexualidad, realidad y fisiología. Porque eso nos hace esclavas de un nuevo paradigma, nos esconde una vez más detrás de una máscara y nos aleja de nuestra verdadera identidad.

El problema no es que yo no sea un hombre, es problema es que muchas mujeres no quieren serlo.

Esas situaciones se afrontan desde la realidad, y la realidad es que TENEMOS TETAS. No me esconderé de eso jamás, no en pro del falso feminismo, ni en pro de nada.

En este sistema económico abiótico, no sirve de nada tener hijos si no se atienden, quieren, desean, respetan y crían como es debido.

Dices que no has tenido más hijos por la injusticia del sistema, de nuevo, querer es poder:
En adelante, si me lo aceptas, te recomiendo, seguir lo que dicte tu interior y no lo que impone el sistema económico, así se vive con plenitud, así uno muere tranquilo y así se hace la lucha.

Aunque ahora veo claro que tu lucha es en contra de la propia biología. SUERTE.

Un saludo,
Adriana

Aunque este comentario es de más de un año después de la fecha del artículo, me gustaría dar mi opinión.

Tengo treinta años y de momento, ningún hijo (ni lo tenemos pensado mi pareja y yo a corto plazo). Hasta hace… digamos tres años, yo podría calificarme como una mujer moderna, liberal, trabajadora, intelectual (trabajo en la universidad), que veía esas cosas de la lactancia materna y los niños como «ñoñerías» como «no es para mí».

A raíz de ciertos acontecimientos en mi vida que podría calificar como «traumáticos» (digamos que había cosas que no encajaban, estados de ánimo negativos que no sabía a qué achacar, tensiones familiares, etcétera, etcétera)… me encontré con varias lecturas que devoré… De ellas, una autora, Alice Miller, me abrió los ojos a una nueva concepción del mundo y de la vida. Luego fue Laura Gutman, luego diversos blogs… No quiero extenderme en esto. Pero te diré que lo que he aprendido en los últimos dos-tres años es que:

a) que la infancia es una época de nuestras vidas en la que no pensamos, que está oculta, que decimos «que no importa», aun cuando EL DESARROLLO DE NUESTRO CEREBRO Y NUESTRA PERSONALIDAD ocurre en esa época.

b) qué básicamente y por el trabajo interior que he hecho en este tiempo, he acabado admitiendo (y con mucho, muchísimo dolor) he sido una niña con falta de mirada, de contacto, de leche, de comprensión, de cariño, hechos que han moldeado mi carácter y han tenido repercusión en mi vida. Por supuesto, mi madre trabajaba, se cogió poquísimos días de baja, me crió con biberón y pasé desde los quince días hasta los x años en una guardería. Yo me crié como una jovencita desde siempre muy «independiente» (qué absurdo que con ocho años, por ejemplo, tengas que ser independiente, como si no tuvieras tiempo más tarde), inteligente e interesada en los demás. Hasta aquí nada aparentemente traumático, nada anormal, nada que pudiera ser calificado de maltrato (en principio). Pero sí, sí lo fue. Fue una especie de abandono. NO culpo a mis padres porque en aquella época, precisamente que mi madre fuera independiente y trabajara fue «lo más», pero he conseguido ver las cosas de otra manera.

Tú dices que las mujeres tienen derecho a hacer lo que quieran con sus cuerpos. yo te digo que cuando hay otra vida en medio, el derecho no es el mismo. NO SE PUEDE TRAER AL MUNDO UNA CRIATURA POR VOLUNTAD PROPIA y luego ponerle trabas, y exigirle, y abandonarla emocionalmente. Los niños necesitan a sus madres cerca, no por capricho ni por exigencia desmedida, ES QUE ES ASÍ.

Si tú vieras a una madre que lleva desnutrido o sucio a su hijo, o que le da un bofetón en plena calle ¿¿no le llamarías la atención, no la denunciarías incluso?? Pues el abandono emocional, la negación del cuerpo de la madre, la renuncia «a dejar de lado la propia vida» también supone un daño para el hijo. Y no te hablo desde la perspectiva de madre, PORQUE NO LO SOY. Te hablo como la niña que he sido, como HIJA.

Antes de ver por qué no te gustaba dar el pecho a tus hijos, me gustaría que te preguntaras por tu infancia, por qué clase de niña has sido, cómo te has sentido. Puedes decir: buffff, menuda estupidez ¿y eso para qué me va a servir?. Pues para todo. Porque tu vida empezó ahí. Porque al igual que has analizado tu adolescencia, tus amores, tu madurez y tu maternidad, hay una etapa de nuestras vidas que tenemos misteriosamente oculta: la infancia.

Y todo viene de ahí.

Para mí ha sido una lección dolorosa. Darme cuenta de qué abandonada me he sentido, aun teniendo un ambiente económico que me ha soportado. Pero los sentimientos de la infancia son una carga y, o los descubres y tratas de superarlos, o te superan ellos a ti, sin que lo sepas.

Y detrás de todas tus reticencias hacia la maternidad, estoy segura de que hay vivencias infantiles que no has superado. Lee a Laura Gutman, a Alice Miller, a Carlos González, te aportarán una visión nueva. Repito que yo antes pensaba como tú… y no fue la maternidad lo que me hizo cambiar, fue comprender MI PROPIA HISTORIA, algo tan cercano como eso.
Saludos.

Bueno, no tengo ninguna reticencia a la maternidad. De hecho es la experiencia más placentera de mi vida, todas esas cosas piscologicistas son de creencia voluntaria, cuestión de fé, como la religión. La mía fue una infancia feliz, con unos padres a los que quiero mucho y con los que me llevo más que bien aun ahora, de los que dependo mucho afectivamente. Eso sí, madre trabajadora, biberón, guardería desde los pocos meses. De la guardería tengo recuerdos desde los dos años y son recuerdos muy placenteros. Me sentí muy querida en mi infancia, apoyada y protegida.
Siempre quise ser madre, lo intenté desde muy pronto, tuve varios abortos involuntarios, pero no me desanimé. conseguí llevar un embarazo a término con mucho trabajo. No di pecho, dí biberón y a la semana estaba trabajando. Tener un hijo ha sido de las mejores cosas de mi vida, pero no es la única. Tengo un hijo de 25 años, nada problemático y que una vez dijo en la radio (programa de Iñaki gabilondo) que yo era la mejor madre del mundo (¡snif) Nos queremos mucho y aun me da besos y abrazos. Esta mañana uno.
Ni mi madre me abonando por no darme teta ni yo al mío tampoco. encontrarás pocas familias que se quieran tanto como la mía. Se puede dar teta y no querer nada, de hecho, las nodrizas lo hacían.

Estimada Beatriz,

Antes de nada, agradecerte la molestia en leer y responder a mi comentario. Coincido como tú, en que se puede dar teta y no querer nada. Es más, se puede ser una madre manipuladora, dar teta y luego decirle al hijo: «con lo que hice por ti, que entima te di el pecho con las cosas que hacer», con lo cual al final la lactancia se convierte en un arma dañiña-culpabilizadora de primer orden. Igualmente, se pueden hacer «todas las cosas que están escritas en la crianza con apego» y hacerlo sin corazón. Con lo cual, nos quedamos conque al final lo que importa es el amor, el deseo de lo mejor para los hijos, y como tú bien describes tu situación, parece que has conseguido una familia equilibrada y sana (¡mi más sincera enhorabuena! eso es muy difícil hoy día). Y tú te sientes MADRE con mayúsculas.

Ante eso, no tengo nada que decir. Sin embargo, creo que nos engañamos todos (no he dicho «te engañas» porque no creo que sea algo que ocurra más en tu caso que en otros) cuando decimos a la ligera «a mí eso no me importó» «fui una niña absolutamente feliz» «no me sentí abandonada» etc etc y luego tenemos problemas menstruales, o problemas con la lactancia, o problemas de salud o lo que sea. En ese caso, creo que el cuerpo es más sabio y más fuerte que nuestras propias ideas y prejuicios y nos avisa cuando tenemos algún asunto pendiente de resolver.

Creo que tanto a ti como a mí nos pudo decepcionar la actitud de nuestra madre al no tener contacto corporal, o al dejarnos gran parte del día en manos de otras personas. Luego durante el resto de infancia o adolescencia pueden haber existido otras personas, o nuestros propios padres, que nos han «resarcido» de esos malos momentos. Ahí cada caso es único, cada cual sabe su historia y lo que le importó, pero creo firmemente que HASTA QUE NO NOS PLANTEEMOS CON NUEVOS OJOS qué vivimos de pequeños, al margen de la idealización (que todos la tenemos) o la creencia irracional de que nuestros padres y el resto de adultos eran perfectos y lo hicieron todo bien, no podremos evolucionar de verdad y ver en qué están influyendo esas tempranas experiencias en nuestra vida.

¿No crees que el hecho de que te resultase incómodo dar el pecho tiene alguna explicación que arranca de muy atrás…? En mi caso, no he tenido hijos como te he dicho, pero sin embargo me molestaba especiamente la actitud de ciertos niños (y ciertos padres hacia ellos) de ser demasiado «ruidosos», «exigentes», «demandantes», «alegres», «cariñosos». O sea, todo lo que un niño es por definición. Me gustaban los que me recordaban a mí: independientes, listos, calladitos, nada ñoños, sin queja, sin muestras de cariño excesivo. Ay, cuánto dolor había detrás de todo eso.

Eres una mujer inteligente y abierta, mira un poco por ahí, te va a hacer mucho bien, incluso mejorarás las relaciones con tu familia. Te recomiendo los artículos de Laura Gutman en su web: cortitos, contundentes y claros. Por ejemplo: http://www.lauragutman.com/newsletter/laura_gutman_sep12.html

Gracias de nuevo por tu amabilidad a la hora de responder. Un cordial saludo Beatriz.

A.

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