Cuando las Femen saltaron en tetas en las tribunas del Congreso de los Diputados yo me puse de lo más contenta. Por una parte porque nada nos puede gustar más a estas alturas que desconcertar a esas señorías que viven en su mundo paralelo legislando acerca de nosotros y nosotras pero sin nosotros. Señorías del Partido Popular que viven ahí metidos tomando decisiones que nos van hundiendo en la pobreza, en la incultura y la desigualdad, pero sin que ellos lleguen nunca a oler esta mugre que se está amontonando fuera. Me puse contenta porque tuvieron que oírnos a las mujeres y porque tuve ocasión de contemplar sus caras. Unos tenían cara de asustados, otros de desconcertados, muchos de cabreo puro y duro cuando no de asco, y Wert tenía cara de…¡hay que ver la cara que se le puso a Wert!
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