El PP ha decidido paralizar un poco la subida de la luz hasta que las cosas se calmen. Era de madrugada cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores invalidaba la escandalosa subida. Hace un par de días el Partido Popular tumbaba una proposición de la Izquierda Plural para que no se pudiera cortar la luz en los meses de más frío a aquellos que no puedan pagarla. No para que se les condone la deuda, no, sólo para que se les atrase el cobro. Lo que la izquierda proponía era una medida de caridad, no de justicia, pero menos es nada. Lo que el PP dijo es que intentar desde la política que las personas que menos tienen no paguen sus deudas (las de ellos, las de quienes ahora legislan, las de quienes han legislado antes y las de los financieros que sientan en el parlamento por delegación) es hacer demagogia. La razón es que dichas medidas no hacen falta porque, según ellos, el gobierno ya ha arbitrado medidas sociales para que todo el mundo pueda pagar sus recibos. Deben ser las mismas medidas invisibles que nos anunciaron que tomaban para que la gente no fuera desahuciada de su casa, o las que tomaron con la reforma laboral para que la gente no se fuera al paro, o las que toman para que las mujeres sean libres de ser más mujeres y más femeninas. Se ríen de nosotros y de nosotras.
Han tenido que invalidar esa subida de la luz porque era demasiado evidente el robo en la misma semana en la que, por si nos cupiera alguna duda, estamos viendo en qué gastaban lo que nos robaban. Vemos por los correos de Blesa que usaban Caja Madrid para forrarse o para sus caprichos, literalmente; para aviones privados, cacerías, obras de arte de amigos, para tapar agujeros de sus empresas mal gestionadas, para viajes y, sobre todo, para ponerse a sí mismos sueldos millonarios independientemente de cómo fuera la empresa. Cuanto peor iba más sueldo. Lo mismo la Gürtel, lo mismo la mafia Urdangarin, lo mismo los sobresueldos y sueldos en b del PP. Dinero público a espuertas que se ha ido a sus bolsillos, sin más literatura. Demagogia a saco.
El partido que gobierna sufría un registro de su sede la misma madrugada que las empresas eléctricas querían apretar los tornillos un poco más. El partido que condena a millones de personas a pasar frío ha defraudado (presuntamente), ha cometido presuntos delitos, todos ellos relacionados con su propio enriquecimiento, vía sueldos millonarios, vía pagos no declarados, vía robos directos consentidos y conocidos por los dirigentes. La subasta de la luz se anula cuando sube demasiado y la gente amenaza con amotinarse ¿Por qué se anula ahora? ¿Sólo por que se han pasado un poco? ¿Y las anteriores subidas? Llevan años echando sobre nuestras espaldas deudas que no hemos contraído, ni las de las cajas, que se lo han llevado crudo ellos, ni la de las eléctricas, ni ninguna de las que nos están obligando a pagar. Pagamos sus deudas, sus despilfarros, con nuestros derechos, con nuestros ahorros, con nuestras pensiones, con nuestros salarios y con nuestras vidas.
La competencia, nos dijeron, bajará el precio de la luz. La competencia no existe, todo mercado tiende al oligopolio ayudado por quienes gobiernan que, naturalmente, terminan trabajando para esas mismas empresas. No hay mercado ni hay competencia, no hay más que un inmenso engaño, son ellos repartiéndose el botín. Para ellos el negocio, para nosotros las deudas y todo intento de arreglar políticamente la injusticia es calificado de demagogia. Se ríen de nosotros. Hay que echarles.
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