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¡Son los impuestos!


Ahora que el estado del bienestar está en peligro porque se nos dice que no podemos pagarlo, es el momento de retomar ese viejo asunto de los impuestos. Los impuestos no son el único elemento de la política económica progresista pero sí uno de los más importantes. Si el objetivo de una política de izquierdas es redistribuir mínimamente la riqueza esto se hace con los impuestos. En las últimas décadas todos los partidos de gobierno (aquí, PSOE  y PP; en Reino Unido, laboristas y conservadores, en EE.UU demócratas y republicanos) han mantenido públicamente el mismo, muy parecido, discurso sobre los impuestos. No sólo han dicho y hecho lo mismo respecto a las políticas fiscales sino que al hacer esto, lo que ha hecho la izquierda ha sido contrapedagogía de lo que es, o debería ser una política fiscal progresista. Los derechos laborales y sociales, el estado social del bienestar, se financia con gasto público y éste con impuestos, con una política fiscal progresiva: impuestos elevados, progresivos y redistributivos.
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Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

5 respuestas a «¡Son los impuestos!»

Hola Beatriz, fantástico post … como siempre.

Imagino que el argumento es que, a menos impuestos, más capacidad de gasto de los ciudadanos y, de aquí, mayor crecimiento de la economía (incluido un aumento de recaudación por impuestos … indirectos, claro está). De la misma forma que, a menos regularización del mercado de trabajo, más generación de empleo, más capacidad de gasto de los ciudadanos y mayor crecimiento de la economía.

Donde está el error?. Por qué es mejor una cosa que la otra?

El argumento es ese, claro, pero es mentiroso porque sí en teoría tienes más dinero en el bolsillo pero los servicios sociales van a reducirse. Vas a tener que pagar la pensión privada, la sanidad, la educación, las guarderías, el transporte privatizado…todo. Y además suben los impuestos indirectos…Menos dinero pero, sobre todo, peor repartido y más injustamente. El estado deja de tener una función redistributiva y social para ser sólo un recaudador sin mirar el bolsillo del que paga. Es obvio que la bajada en la recaudación en los últimos años no ha traído precisamente empleo y bienestar. Lee a Vicenç Navarro, por supuesto, para expertos en este tema, él

Eso es cierto; pero el margen de maniobra es pequeño sin una política común europea en ese sentido y no queremos que el capital huya del país. Y algo básico; pero que aquí, la colaboración ha de ser a nivel internacional, acabar con los paraísos fiscales. Sería necesaria una colaboración europea de izquierdas en esa dirección. Pero no veo las cosas claras, y me da la sensación de que tenemos un largo camino por delante.

Hola Beatriz,

Coincido en algunas ideas pero discrepo en otras, creo que hay que tener un espíritu más innovador en este tema tan sensible de la política fiscal.

Creo en la redistribución de la renta como política imprescindible para eliminar injusticias sociales y coincido en que los impuestos directos perjudican más al pobre que al rico, pero discrepo en aspectos igualmente importantes de tu post.

Vaya por delante que considero que el que se enriquece en una sociedad, no sólo se lo debe a su esfuerzo personal sino a una economía, a una sociedad, que es de todos, que ya estaba antes trabajada y mantenida por otros, y es justo que devuelva a esa sociedad una parte de su beneficio, y proporcionalmente mayor respecto al que no se ha beneficiado tanto. Nadie se enriquece en soledad. Me parece ético devolver parte de que lo que se ha ganado en las transacciones.

Dicho lo cual, creo realmente que el estado del bienestar está en peligro porque no podemos pagarlo en los términos actuales.

No creo que se pueda salvar subiendo impuestos indirectos sin más, al menos no subiendo los impuestos indirectos de las rentas medias y evidentemente tampoco de las rentas bajas, que más bien habría que bajarlos para mejorar la progresividad y para que estas rentas mejorasen comparativamente respecto a las rentas de los parados y algunos parados «voluntarios» estuvieran más incentivados para trabajar.

Respecto a las renta altas del trabajo, creo que la progresividad fiscal de los impuestos indirectos actual es adecuada, no subiría impuestos por encima del tipo marginal del 45% actual. No tiene sentido cuando las rentas altas que no son del trabajo, es decir las del capital tributan con tipos mucho más bajos, la mitad aproximadamente.

Se puede observar como las clases medias, no sólo los ricos, van sustituyendo servicios del Estado por servicios de empresas privadas (colegios concertados, planes de pensiones, sistemas de salud privados). ¿Qué sentido tiene para estas clases medias que les suban más los impuestos? ¿Que el sector público mejore unos servicios que actualmente evita? Tal vez sí. De hecho, si aceptamos tu premisa de que los servicios públicos son simplemente mejores porque los gestiona el Estado, parece lógico. Si un euro pagado al Estado nos devuelve mejor servicio que un euro pagado a una empresa, tu postura sería correcta.

¿De verdad los servicios que gestiona el Estado son mejores intrínsecamente? ¿Siempre y en cualquier caso? ¿Por qué? ¿En ese caso, por qué no colectivizamos todo?

Yo creo lo contrario. Los servicios públicos gestionados por políticos suelen ser más caros y de peor calidad. Al final todo se paga con impuestos. Cuando los gestores políticos creen que el dinero público «no es de nadie» se extiende el despilfarro y la corrupción. Es un hecho contínuamente demostrado. Ojo, la gestión privada tiene sus propios males, pero para eso está el Estado, para regular y vigilar.

Sobran supuestos servicios públicos del Estado.

Parece que socialmente estamos de acuerdo con que algunos servicios los preste el Estado para que vele por la seguridad, la justicia, la solidaridad, la transparencia, etc. Parecemos estar de acuerdo en que alguno servicios, como la Justicia por pone un ejemplo, sean servicios que paguemos entre todos. Pero si sacamos el microscopio, parecemos también estar de acuerdo en que parte de estos de servicios cada uno los pague en función de sus consumos. ¿Por qué tengo que costear yo el abuso de demandas y chorradas varias a las que se dedican los contertulios del mundo del corazón?

Es sólo un ejemplo, pero hay millones de razones para pensar que una cosa es la ética redistribución de la renta y otra muy distinta es que paguemos entre todos beneficios a caraduras varios ¿Por qué tengo que pagar una televisión autonómica para que el político de turno se haga autobombo? ¿Por qué tengo que pagar los sueldos de directivos de empresas públicas puestos a dedo por tener el carnet de tal o cual partido?

Al grano: se pueden subir las tasas por uso de los servicios públicos para financiarlos. Quien quiera realmente ver Telemadrid o Canal Sur, que lo pague.

Esto es compatible con bajar impuestos a la rentas bajas y salvar los servicios públicos esenciales.

Creo más bien que sólo se puede salvar eliminando gastos injustificados, y bajando algunos impuestos, que son un multiplicador del coste de la inversión privada, que teniendo un 20% de parados, no podemos permitirnos.

Es necesario un cambio de mentalidad. El Estado no puede dar todo gratis a costa de que lo paguen las clases medias. No es realista ni ético.

Primero hay que empezar por recortar el gasto político en el que han incurrido PSOE, PP, CIU y PNV principalmente para alimentar su clientelismo, ¿cuantas empresas públicas hay en España duplicando funciones de las AAPP? Son focos de corrupción y gasto injustificado: Gente puesta a dedo de directores y gerentes que no consiguieron escaño, licitaciones y adjudicaciones de contrato que no cumplen los mismos requisitos que se exigen en los Ministerios, etc.

Segundo hay que recortar gastos corrientes irracionales del Estado (es un tema que puede dar para largo)

No despescreciemos a algunos expertos con la etiqueta de «tecnócratas». Discutamos las ideas con argumentos. Dialoguemos con todos, mejoremos nuestros conocimientos y los de los demás a través del diálogo.

No creamos como explicación generalista en confabulaciones de ricos que conspiran a escondidas para minar los derechos que la sociedad ha constituido y apropiarse de negocios nuevos. Puede ser que ocurra, y hay que estar atentos, pero no es la explicación de todos los males. Hay mucha mala gestión, hay mucho endeudamiento y ahora estamos condicionados por los prestamistas. Hay una culpa política más allá de los comportamientos oportunistas, que no estoy negando, pero insisto: hay mucha responsabilidad política en la situación actual.

Me niego a aceptar que subir los impuestos es de izquierdas. Para mí ser de izquierdas es mejorar la sociedad, pensar en el colectivo y proteger al débil. Que cualquier joven tenga la oportunidad de construirse su futuro.

Como bien dices, «los derechos sociales y laborales, el derecho a una vida digna, hay que pagarlo y eso sólo puede hacerse mediante una política fiscal justa y de izquierdas, es decir redistributiva». A esto que dices yo añado, que con eso no basta. Tenemos que conseguir que todo el que quiera trabajar pueda hacerlo. No podemos olvidar, que los impuestos se recaudan de la riqueza generada, y el objetivo primordial para nuestra sociedad es sacar al 20% de la población del paro y que puedan generar riqueza cuanto a antes. Eso es equidad social.

No lo conseguiremos subiendo la presión fiscal de las rentas medias.

Un afectuoso saludo, disculpa el tono crítico.

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