Lo que ha estallado es la indignación y la impotencia y de eso no podemos sino alegrarnos, ya era hora. Por lo menos se demuestra que la capacidad de la gente para aguantar tiene un límite y no sólo para aguantar políticas insolidarias e injustas, sino para aguantar la palabrería que no quiere decir nada. El estallido anima a pensar que no es posible conseguir que la gente se conforme siempre o que no es posible engañarla siempre.
La verdad es que los políticos nos mienten, la verdad es que ninguno dice lo que va a hacer porque ni siquiera los mejor intencionados saben lo que les van a dejar hacer. La verdad es que se piden sacrificios enormes a la gente común mientras vemos cómo se regalan enormes cantidades de dinero a los que han provocado la crisis. La verdad es que Zapatero suprimió el impuesto sobre el patrimonio, la verdad es que vivimos desde hace décadas, con el PP y con el PSOE, una contrareforma fiscal incompatible con las políticas sociales y con una mínima redistribución de la riqueza. La verdad es que dinero hay, pero nadie se atreve o quiere distribuirlo de manera más justa. La verdad es que la ciudadanía no tiene ya capacidad para decidir qué políticas económicas quiere. Y si no decidimos eso ¿qué decidimos entonces? ¿caras, nombres?
La verdad es que tener una casa donde vivir es un derecho que ningún partido se ha tomado como tal; que acceder a una vivienda es algo imposible para quien no la tenga a estas alturas y que el gasto que hay que hacer para conseguir un lugar dónde vivir es tan alto que condiciona la vida entera, que el precio de la vivienda no tiene nada que ver con los sueldos, ni con nada, tan solo con la voluntad de los especuladores (y de los políticos que lo permitieron) que convirtieron la vivienda en un lujo del que nos expropiaron. Si hay sanidad y educación pública, ¿por qué no tenemos derecho a una vivienda pública? ¿o es que el suelo no es de todos? ¿quien decidió y en qué momento que el suelo era de determinadas personas o empresas para que nos lo vendieran a precios imposibles?
La verdad es que vemos como los partidos se han convertido en enormes empresas con miles de contratados que hacen cualquier cosa por conservar sus puestos de trabajo, que hay muchos políticos corruptos a los que no se castiga, que no se aprueban leyes para imposibilitar la corrupción, que son maquinarias que se alimentan a sí mismas, que sus discursos no tienen nada que ver con la realidad de nuestras vidas, que nada obliga a un partido a cumplir ni siquiera con una mínima parte de su programa electoral. Todo esto pasa factura aunque los partidos no se quieran enterar. Es penoso ver a los partidos mayoritarios, a esos que tienen posibilidad de gobernar, ir a lo suyo en estos días haciendo como que no ven lo que los demás sí vemos y ya sabemos porque ya nos lo ha dicho Tritchet, y Merkel: más recortes, más sacrificios, empeoramiento de nuestras vidas, pero en ningún caso la posibilidad de que los que más ganan o tienen ganen o tengan un poco menos.
Esta es la verdad y esto es lo que pasa. Y ver que la gente se indigna es reconfortante. Éste movimiento de indignación le ha estallado a la izquierda en plena cara a una semana de las elecciones. Tenía que estallar en algún momento y ha sido ahora. Evidentemente al PP no le quita ni un sólo voto. Yo creo que hay que votar a la izquierda a pesar de todo porque con la derecha no hay posibilidad de nada, sino de ir a peor. Pero votar y seguir luchando y exigir cambios en la ley electoral de manera que el bipartidismo rígido que padecemos se termine; que se cree una banca pública, que se incluya en los programas electorales una auténtica reforma fiscal que grave duramente a los más ricos, a las rentas del capital, que nadie de izquierdas pueda volver a decir impunemente que bajar impuestos también es de izquierdas, porque no lo es, porque ninguna pólítica social es posible sin una fuerte carga impositiva sobre el capital. Y que lo expliquen, que lo hagan entender, que vuelvan a los valores de izquierdas. Si, como dice Lakoff la gente vota valores, entonces que vuelvan a defender valores de izquierdas. La derecha defiende sus valores y la izquierda ha desertado. Y por cierto, no sólo en lo económico, que la rendición ante la iglesia católica ha sido una píldora dificil de tragar.
Si la democracia no se regenera y cambia para adaptarse a la nueva situación global, si la gente siente que el voto no sirve para nada, si se extiende la sensación de que la política no sirve entraremos en una situación muy peligrosa. Este movimiento Democracia Real Ya cuenta con todas mis simpatías, tienen toda la razón del mundo, pero tiene que forjar alianzas políticas para cambiar la política, y a estos políticos, a estos sindicatos, a estos partidos, sobre todo a estos partidos; para que la democracia sea verdaderamente la representación de la voluntad popular.
3 respuestas a «Algo ha estallado»
Beatriz, no podías expresar mejor lo que tantos y tantos sentimos. Muchas gracias. Lo comparto y lo difundo.
El diario Republica.com aplaude vuestra iniciativa de “democracia real ya” y quiere ofreceros para vuestra reflexión y debate si lo consideráis oportuno nuestra propuesta de 10 puntos para la reforma democrática, que están en nuestra edición de hoy y forman parte de nuestra línea editorial:
http://www.republica.com/2011/05/16/republica-com-propone-10-puntos-para-la-reforma-democratica/
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