El otro día, cuando le comenté a un amigo que ya no volvería a votar a IU, me dijo: “Por lo menos te ahorrarás los disgustos de la noche electoral”. Pues sí, no hay mal que por bien no venga, aunque puede que al final lo eche incluso de menos. Las noches electorales en las que he llorado por los resultados de IU deben ser como las veces que he visto perder a mi Atleti del alma. IU también era mi partido político del alma. No sólo porque mi voto siempre ha sido para ellos desde que IU existe, sino por las veces que he compartido primero campañas, ilusiones, juergas, alegrías y después decepciones y tristeza pero también solidaridad, compañerismo, ilusión y trabajo político. Ya sé que la vida política no se acaba aquí, pero sí que se acaba algo importante para mí.
Ahora IU ha decidido refundarse, y lo ha hecho jubilando a los mejores y poniendo en su lugar a los peores, a los que conocemos todos, a los trepas, que de eso también hay en IU. Comenzó la refundación proclamando su compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres y lo primero que hizo fue quitar a Inés Sabanés, un lujo para cualquier partido de izquierdas. Se han refundado situando de cabezas de lista por Madrid, (por esta sufrida ciudad víctima de la incompetencia de la izquierda) a dos políticos a los que todos los que hemos estado cerca de IU conocemos bien. Y por conocerlos, muchos y muchas no vamos a votarles. “No importan las personas, importan las ideas” tremenda frase que repiten los dirigentes políticos un segundo antes de endosarnos a los sufridos votantes a candidatos impresentables. Se equivocan, claro. Las personas importan muchísimo, las personas son las que tienen las ideas, las ideas no se tienen solas ni votamos sólo ideas, votamos a personas que sabemos, o pensamos que sabemos, que son honradas, que son de izquierdas, que creen en lo que dicen, que saben hacer el trabajo que tendrán que hacer, que serán dignos representantes de quienes les hemos votado. Nada de esto son, en mi opinión de votante de IU, los que ahora encabezan las listas por Madrid.
Y la refundación ha terminado permitiendo -tras negociación secreta con el PP- que en un municipio con mayoría de izquierdas (Velilla de San Antonio) haya, gracias a dos tránsfugas de IU, un alcalde del PP. Si, les han expulsado; bastante les importa a ellos que seguramente ya se habrán asegurado una recalificación, un sueldecillo, lo que quiera que sea. Y esta operación se ha llevado por delante a otro político honesto como Fausto Fernández. Así que esto se ha acabado y se ha acabado por donde siempre se acaban estas cosas. No por decisión de los afiliados en unas primarias, sino por decisión del aparato que casi siempre y en todos los partidos toma sus decisiones en contra de la mayoría de los militantes, en contra del sentido común e incluso en contra de la decencia política.
Necesitamos un partido a la izquierda del PSOE. Lo necesitamos los y las votantes que nos situamos en esa franja política, pero lo necesita también el PSOE, porque esos votos que se quedan huérfanos no van a ir al PSOE, al menos no la mayoría. El PSOE necesitará el apoyo parlamentario de partidos que se sitúen a su izquierda sin los cuales puede serle difícil en el futuro articular mayorías parlamentarias. Esta refundación no vale; quizá sea necesario pasar por el último gran batacazo electoral antes de que se den cuenta que así no se puede.
Publicado en El Plural