Lo tengamos presente o no la democracia se basa en un pacto. La ciudadanía pone el poder en manos de unas personas por medio de los votos. Se les sitúa en puestos de gobierno, se les entrega el poder y se supone que ellos cumplirán su parte del pacto: respetarán las instituciones y a los poderes del Estado que funcionan como controles para que nadie asuma más poder del que le corresponde. Pero… ¿qué pasa si estas personas no respetan la ley ni las instituciones y nadie se lo demanda porque no puede? ¿Qué pasa si comienzan a saltarse todas las barreras legales, si compran jueces, legisladores, abogados…si se saltan las leyes, si hacen aprobar otras que son contrarias a la constitución, por ejemplo, pero no pasa nada porque ya todos, incluidos los jueces o juezas del Tribunal Constitucional, son de los suyos, empleados a sus servicio? ¿Qué pasa si compran todas las televisiones e impide que exista ningún tipo de información crítica?
Pues que el pacto se rompe y eso, con armas o sin ellas, con muertos o sin ellos, se convierte en una especie de dictadura, puesto que no hay manera de oponerse legalmente a un ejercicio ilegal del poder. Eso podría estar pasando en Italia y da miedo. Sí, ya sé que el tribunal constitucional ha parado los pies a Berlusconi, por ahora. Pero por 9 votos a 6. Seis jueces estuvieron de acuerdo con que un delincuente se instituya como un poder por encima de todo, de la democracia, de las leyes, del sentido común. Al día siguiente, Berlusconi afeó en público al Presidente italiano que no se saltara las leyes como hace él y no presionara al Tribunal para que dictaminara a su favor. Me pregunto si instigar públicamente a un cargo público a cometer un delito grave es delito en Italia o no lo es, o no lo es únicamente para Berlusconi para quien el tipo de “inducción al delito” se ha quedado más que corto.
Y cuando las cosas no funcionan como quiere Berlusconi la explicación que él da es que los jueces que respetan la ley, los periodistas críticos, todo el que no le baile el agua es de izquierdas. Con lo que demuestra también el nulo respeto que le tiene al hecho de que en una democracia resulta que ser de izquierdas es algo perfectamente respetable y que de izquierdas vienen a ser la mitad, muchas veces la mayoría de los ciudadanos. O eso pensábamos. Lo que ocurre en Italia da miedo porque viene a demostrar lo frágil que es esto. Si mañana mismo quien está en disposición de saltarse las leyes se las salta y no pasa nada porque, poco a poco, ha llegado a controlarlo todo a base de convertir a todos los poderes del estado en empleados suyos ¿Entonces qué pasa? ¿Quién le detiene? ¿Quién nos defiende? ¿Quién defiende a la democracia? En teoría, la ciudadanía con sus votos castigando a los corruptos y premiando a quienes luchan contra la corrupción.
Pero eso parece que ya no es así. Pasa en Italia y pasa aquí donde por más que se compruebe que algunos cargos públicos han cometido delitos graves, que algún juez puede haber prevaricado, que en todo caso nos han mentido claramente, que se han hecho ricos gracias a sus cargos públicos…a la gente no le importa y les vota, e incluso más que antes como parece que dicen las encuestas. Si nuestros gobernantes se convierten en delincuentes y no hay castigo de ningún tipo, y además cada vez resulta más difícil denunciarlo porque, en realidad, parece que lo que ocurre es que todo el mundo ha decidido que con tal de ganar dinero no importa saltarse las leyes, o cambiarlas a voluntad…entonces ¿qué pasa? Pues la verdad es que no lo sé pero lo que sí sé es que a mí me da mucho miedo.