Categorías
Posts

Yo no les respeto


Cuando me enteré de la provocadora acción de unas estudiantes lesbianas y feministas en una capilla que por lo visto existe en el campus de la universidad complutense, lo primero que sentí fue una punzada de nostalgia por la juventud perdida. Después me di cuenta de que gracias a este acto me he enterado de varias cosas. La primera es que convivimos con capillas católicas en las universidades públicas, la segunda que hay estudiantes (sobre todo de económicas)  que rezan por las mañanas y la tercera y, para mí la más grave, que se puede cometer un delito contra el sentimiento religioso. Acabáramos, por eso están tan chulos.

Se desató una feroz campaña en los medios reaccionarios, incluido el fascista sindicato Manos Limpias contra esta actuación que fue en todo momento pacífica, reivindicativa, legítima y que no hizo daño a nadie ni a ninguna propiedad. Lo que parecía que acabaría en una  multa a las estudiantes o en un expediente administrativo terminó con la policía deteniendo a las participantes en sus propias casas. Y no les han aplicado la ley de partidos, la ley antiterrorista o lo que sea porque a Manos Limpias o al arzobispado de Madrid no se les ha ocurrido, que si no las incomunican y después las ilegalizan. Ya hemos visto lo que ha ocurrido con Garzón, que les tocó un poco las narices.

Antes de que detuvieran a las estudiantes, mucha gente supuestamente de izquierdas se lamentaba diciendo que la acción de las estudiantes era una “provocación innecesaria” y que hay que respetar el derecho de cada cual a sus creencias bla, bla, bla… Ya estoy más que harta, aquí sólo se les respeta a ellos. Yo no les respeto. No respeto a quien no me respeta. No respeto a quienes se enorgullecen, y además pretenden extender, la ignorancia, la incultura, la estupidez, el fundamentalismo, el permanente cuestionamiento a derechos humanos y democráticos que son básicos, a los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales. No exagero si digo que la iglesia, todas las iglesias, si pudieran acabarían conmigo, me perseguirían, me prohibirían ejercer mis derechos, me impedirían vivir, como hacen con las mujeres donde aun tienen poder y como han hecho a lo largo de toda la historia. A ellos les gustaría acabar conmigo, a mí me gustaría acabar con cualquier manifestación religiosa en el ámbito público. No les respeto y me encantaría que una ola de indignación popular nos llevase a la ciudadanía a ocupar todas las capillas que están donde no deben; a quitar las cruces de colegios y hospitales públicos, de todos los lugares desde donde me ofenden.

Porque esa es otra. Resulta que existe un delito que es el de “ofensa a los sentimientos religiosos” como si los sentimientos religiosos fueran más respetables de por sí que los sentimientos ateos, no religiosos. Yo soy atea y tengo un fuerte sentimiento ateo que se siente profundamente herido y ofendido cada vez que un cura dice alguna barbaridad de las que suelen decir, cada vez que insultan mi inteligencia o mi dignidad, mi libertad o mis derechos de mujer feminista atea y lesbiana. Que exista ese delito es parte de los incalificables privilegios que disfruta la iglesia católica y su discurso, que goza del privilegio legal de ser intocable.

Nos encontramos ante el sinsentido de que un discurso ideológico basado en valores directamente contrarios a algunos valores constitucionales y democráticos, es especialmente protegido por la ley, mientras que el discurso contrario, el del ateismo, el laicismo, la defensa de la aconfesionalidad,  de la igualdad, no goza de protección alguna. Es decir, ellos pueden celebrar una misa en Colón, en un espacio público, para insultarnos pero si les insultamos a ellos, cometemos un delito. Así nos va.

Y todo esto ocurre con la complicidad del PSOE que en sus ocho años de gobierno nos deja una Iglesia empoderada, con más privilegios que nunca, con más dinero que nunca, más intocable que nunca. Ayer mismo cuando el rector Berzosa criticaba los incidentes de la capilla pero tenía la decencia, al menos, de señalar que es una anomalía que existan capillas en las universidades públicas, el Ministro de Educación salía corriendo al quite para defender a la iglesia exigiendo al rector que “se ciñera a los hechos nada más”, es decir, a la terrible acción estudiantil, y que no dijera nada de la anómala existencia de una iglesia en la universidad. El PSOE hace mucho que se dedicó a cavar su propia tumba política pero lo hacen con tanta dedicación que no dejan de sorprenderme cada día.

Publicado en http://www.confluencias.es

Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

6 respuestas a «Yo no les respeto»

Te felicito por tu valor, requerimos un mundo más, mucho más tolerante, donde el respeto sea muto. Te lo digo como religioso del lado protestante, me uno a tu sentir, esto no sólo sucede en el ámbito católico, también en el protestante y es una lastima. Un abrazo fraternal.

He leído este articulo y veo que tenéis razón; cada vez que digo que soy atea se hace un silencio morboso en el ambiente. lo más curioso es que suele darse ante gente que se llama socialista, progres. Creo que esto es bastante retrógrado y que hace años no pasaba. Creo que es un signo más del derechazo que hay en toda la sociedad y que esa grima contra ateos viene de Woitila , pero que también ha influido el fundamentalismo islámico. Vamos hacia atrás. Un abrazo

Felicidades por el artículo.

Aprovecho para comentarte que el codigo penal «también protege» a los ateos (art. 525.2)

Artículo 525

1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.