Entrevista realizada a Beatriz Gimeno por Sara Mathius
Beatriz Gimeno es una de las figuras más destacables en la lucha activista LGBT en nuestro país. Fue la presidenta de la Federación Española de Lesbinas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FELGTB) en el momento de la aprobación del matrimonio entre personas del mismo género. Valiente y directa, arremetió contra la postura del Partido Popular y de la Iglesia Católica, que se oponían tajantemente.
Es diputada por Podemos de la X Legislatura de la Asamblea de Madrid y compagina esto con el oficio de escritora. Ha publicado diversas obras sobre el feminismo lésbico. Entre ellas se encuentran: Primeras caricias: 50 mujeres cuentan su primera experiencia con otra mujer, ¿seré lesbiana?, Su cuerpo era su gozo, La liberación de una generación: historia y análisis político del lesbianismo. También ha escrito sobre prostitución y tiene un blog personal donde analiza y desmenuza este y otros temas de actualidad con verdadero rigor, desde un punto de vista crítico y, ante todo, honesto.
Buenos días Beatriz, recientemente he leído una noticia en el periódico ‘La Razón’, donde se ponía en duda la veracidad de la víctima de las violaciones de Sanfermines. Últimamente hay demasiados titulares indignantes que particularmente me hace daño leer. ¿Cómo podríamos combatir las desigualdades de género en los medios? ¿Existe algún método de denuncia seria y efectiva contra este tipo de periodismo para que pueda desaparecer?
Hay muchos medios más progresistas que La Razón que tienen más cuidado con esas cuestiones. Algo hemos avanzado en estos años. No creo que haya ningún método en concreto para hacer desaparecer el machismo en los medios de derechas como La Razón, porque el machismo es consustancial —y más lo va a ser en el futuro— a la derecha. Si bien hubo un momento en el que la defensa de la igualdad formal entre hombres y mujeres era algo que todo el espectro político asumía, lo cierto es que, cada vez más, vemos cómo la derecha se va rearmando ideológicamente contra el feminismo y va disputando terrenos que hace poco no estaban en disputa. Es una guerra contra las mujeres y contra la igualdad porque todo está unido. Si combates el aborto combatirás también el feminismo y, al final, combatirás también la idea misma de igualdad y eso lleva a combatir la idea de que ante las acusaciones de violación hay que creer a las víctimas, etc. Se va expandiendo la idea de que el feminismo deja víctimas entre los hombres. Como digo, es parte de la agenda conservadora, pero cala en todo el espectro político porque el feminismo sigue viéndose como algo de algunas mujeres pero no como una cuestión de justicia social y de derechos humanos al mismo nivel que otras cuestiones plenamente aceptadas por la izquierda.
También la página ‘Locas del coño’ fue censurada recientemente hasta que han conseguido su reapertura… Sin embargo, no existe censura alguna para el machismo en muchos medios informativos de gran relevancia. ¿Cuáles son las vías de acción en las que podemos tomar parte para que esto no suceda? ¿Crees que este frente de desigualdad puede ser uno de los más difíciles de exterminar?
Creo que después de una época en la que ha sido más fácil mantener posiciones feministas públicamente o en la que, al menos, un feminismo básico parecía ser lo políticamente correcto, ahora comienza a verse cómo el machismo contraataca y el feminismo pasa a ser automáticamente “radical” y algo a combatir.
Hay una nueva oleada que se autodefine como “putas feministas” y que ejercen libremente la prostitución. Dadas las circunstancias económicas actuales y la brecha salarial, ¿qué piensas de la defensa de la prostitución en el marco legal adecuado por parte de este movimiento?
Es parte del discurso y el pensamiento posmoderno en el que lo único que se tiene en cuenta es el individualismo y la libertad individual y ligada al consumo (la otra no cuenta; así desaparece o no se contempla que la libertad que hay que defender es la de no ser puta). Las mujeres siempre han podido intercambiar sexo, o reproducción o trabajo doméstico por dinero. Es parte de lo que significa ser mujer. Por tanto eso no es nada a defender, sino que lo que hay que defender es lo contrario. Poder no hacerlo. La prostitución ya cuenta en este país con el marco legal adecuado: no está prohibida, pueden hacerlo autónomamente y cotizar como tales a la Seguridad Social. Todo lo demás, lo que defiende en realidad es el derecho de la industria del sexo a lucrarse a costa de esas mujeres (esa ocupación), y eso es lo que también hay que combatir. Muchos discursos supuestamente pro-prostitutas son pro-empresarios, pero camuflados, claro; si no, no tendrían éxito.
¿Por qué crees que a las mujeres les cuesta tanto hablar de sexualidad entre sí?
Porque la sexualidad ha sido históricamente un campo negado para nosotras. Nosotras no hablamos abiertamente de sexo y ellos no hablan de sentimientos y sí que hablan de sexo. Es parte de los roles de género.
¿Qué diferencias encuentras entre el feminismo y el activismo LGBT en cuanto a retos y frentes abiertos? ¿A qué nuevas barreras se enfrenta cada uno de ellos?
Si bien la homofobia bebe de la misma fuente que el patriarcado, lo cierto es que esto no ha sido siempre así y no tiene por qué seguir siéndolo. Muchas sociedades en las que la homosexualidad masculina estaba aceptada, eran profundamente misóginas. En una situación en la que la homofobia se puede ir diluyendo (aunque aun queda mucha) lo que no se va diluyendo nada es el patriarcado. Es decir, el patriarcado es estructural a cualquier sociedad, la homofobia no. En la actualidad, muchos gays no sólo no son feministas sino que son antifeministas. Y hay temas de la agenda política en los que podemos diferir mucho, como los vientres de alquiler, por ejemplo.
¿Cuáles son los países con más problemas de violencia de género? Dentro de este ranking, ¿dónde se encontraría España?
Pues la verdad es que no lo sé, no soy especialista en violencia de género. Pero lo que sí sé es que España es un país medio, no es de los que padece más este tipo de violencia. Lo que ocurre es que en España, al contrario que en otros países, sí que está muy presente. Está en la agenda y, sobre todo, hay un movimiento feminista muy fuerte que hace que no pueda olvidarse.
Por último y recordando a algunos humoristas españoles como Jorge Cremades que realizan un humor machista y basado en estereotipos impuestos por el patriarcado ¿crees que todo vale dentro del humor?
No, no todo vale. Lo que sí creo es que casi todo debe poder decirse sin que sea delito. No soy partidaria de penalizar la opinión, ninguna (o casi ninguna) opinión. Pero eso no quiere decir que no sea partidaria de recriminar públicamente al que profiere opiniones machistas, homófobas, fascistas, etc. Claro que hay que recriminar, y claro que hay que denunciarlas públicamente para que se le rescindan contratos, etc. Desde mi punto de vista la batalla es social y cultural. No se trata de convertirlas en delito, sino de que dichas expresiones no se puedan expresar porque socialmente no sean aceptables. Igual que casi nadie hace hoy un chiste racista, pues conseguir que nadie lo haga sexista.
Publicado en: Imaginaciones fílmicas
Una respuesta a «La sexualidad ha sido históricamente un campo negado para nosotras»
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