La Marca España no vale un euro. El fiasco de Sacyr en Panamá demuestra que por ahí fuera no es tan sencillo dar el timo como aquí dentro y que las no- reglas a las que aquí nos quieren acostumbrar son vistas fuera como lo que son: tomaduras de pelo y corruptelas intolerables. En España es más que habitual que una empresa presente un presupuesto irrisorio para llevarse cualquier obra pública (o privada); un presupuesto que después se triplica o cuadriplica sin que nadie diga nada. El país está lleno de auditorios, carreteras, aeropuertos, hospitales…que acabaron costando cuatro veces más de su presupuesto inicial. Claro que en ese camino, desde que se adjudica hasta que se termina la obra (si es que se termina) se han forrado algunos y nos hemos empobrecido la mayoría. Las pérdidas y los sobrecostes de fiascos, timos y estafas tenemos la costumbre de socializarlas. Marca España.
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