A la presidenta de la comunidad de Madrid le encanta el golf y se muestra especialmente preocupada por conseguir que los madrileños terminemos jugando a ese deporte. Para que esto sea una realidad ella misma ha regalado a una empresa privada unos terrenos de la Comunidad de Madrid. La empresa construye el campo de golf, cobra altísimos precios por la entrada, se forra y nosotros nos quedamos sin darle a ese terreno un uso social. Y además en la inauguración, rodeada de empresarios, pronuncia una frase para la historia: “Los poderes públicos tienen la obligación de impulsar la práctica del golf”.
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