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Feminismo en los partidos y mujeres excusa


Lo peor del trato que dentro de los partidos políticos se da a las mujeres feministas y a sus reivindicaciones o exigencias no es que se nieguen. En realidad, si fuera así, sería más fácil. Si nos encontráramos con que un sector del partido no está de acuerdo con algunas –o con muchas- cuestiones feministas, por ejemplo, las cuotas o determinadas leyes, y si esta oposición fuese razonada y política, tendríamos la posibilidad de organizarnos políticamente en contra de la misma y, política y democráticamente, revertirla o al menos, trabajar para hacerlo.

Pero, por lo que he visto, en mis últimas experiencias en partidos políticos, no es eso lo que ocurre, es mucho más complejo. Dentro de la izquierda nadie, o casi nadie, se atreve ya a mantener posiciones claramente antifeministas porque, afortunadamente, éstas han pasado a formar parte del acervo común del ser progresista y, al menos públicamente, nadie se declara antifeminista. Sin embargo, ser feminista dentro de un partido sigue siendo insoportable, otra cosa es lo que se transmite fuera. Lo peor de ser feminista reivindicativa en un partido político es la manera en que te tratan.

Si estás en el partido como mujer no feminista puede que no notes de una manera evidente diferencia en el trato. Va a haber diferencia en cuanto a las oportunidades de ocupar un puesto de verdadero poder, desde luego. Cuando hay poco poder a repartir ellos se matan por conseguirlo y lo primero que se hace es expulsar a las mujeres de la competición. Ahí no hay apenas diferencias entre ellos, cuando la fratría masculina se pone en marcha nos echa sin contemplaciones. Si no se trata de verdadero poder, sino sólo de trabajo o influencia o de un poder moderado, entonces te admiten. Hay que trabajar más y mejor que ellos pero sí lo haces puede que te traten con respeto o que te escuchen. Es tu trabajo lo que respetan. Tontos no son.

Pero sí estás en el partido como feminista y pretendes que ese sea tu principal campo de actuación política, si estás recordando en cada momento lo que significa el feminismo, si te peleas porque haya mujeres feministas en todos los órganos del partido, en los puestos de poder, si te peleas porque el feminismo tenga su lugar en los programas, en el funcionamiento interno del partido y por que sea una base ideológica sobre la que edificar cualquier política, entonces… estás lista.

Unas de las cosas que antes se percibe cuando se está como feminista en un partido es que por mucho que critiques, que protestes o amenaces, por mucho que te organices como feminista o que trabajes…eso nunca les preocupa, nunca te tienen miedo, lo que en política quiere decir respeto. No te tienen miedo porque el feminismo para ellos no acaba de ser nada muy serio de lo que tengan que preocuparse personal o políticamente. Por eso no te tratan nunca como a un adversario político al que puede que un día tengan que enfrentarse en una reunión importante o en un congreso…no. Nunca te ven como a un adversario peligroso capaz de encabezar una corriente, una acción política, capaz de disputarles un puesto de poder…nada de eso. No nos ven peligrosas, sino sólo molestas y como no pueden decirlo claramente el resultado es que te tratan como a una niña tonta.

A las feministas que lo somos y lo demostramos nos tratan en los partidos como si fuéramos niñas pequeñas y pesadas. Tu protestas airada pero razonadamente y ellos te miran sonrientes, te dan la razón, te citan en reuniones inútiles que ellos saben que son inútiles pero que tú te crees las dos primeras veces; te prometen cosas, te hablan bajito y muy despacio, como si no entendieras bien. No osan enfrentarse políticamente a ti y hablarte con autoridad, no,  como hacen cuando se discute algo político de calado. Te hablan como armándose de una paciencia comprensiva, te dan largas, te dicen que sí, que mañana; que sí, que pasado mañana. Te ponen la mano encima del hombro y te dicen que hay mucho machismo, que hace falta tiempo. Y finalmente lo peor de todo: cuando ya no pueden aguantarte más y no saben qué excusa darte y cuando ya se han reunido contigo varias veces y ya no quieren reunirse más, entonces te enfrentan a otras mujeres del partido, al sector claramente antifeminista; eso que ellos no pueden permitirse ser ya de manera evidente porque está mal visto, pero que se permite cuando son mujeres la que lo encarnan.

Porque si son mujeres las que encarnan ese antifeminismo primario, ¿quién va a protestar? Las feministas únicamente y aun con reparos. Las mujeres antifemistas conectan con ese antifeminismo que está semioculto pero muy vivo en gran parte de la población masculina (y femenina). Como ya no se puede no tener mujeres porque está mal visto, pero como tampoco están dispuestos a aceptar de verdad, ni siquiera a escuchar, nuestro discurso político, lo que hacen es promocionar a unas cuantas mujeres cuya característica es que no son feministas, que son antifeministas, para que sean ellas las que nos mantengan a raya y para que les den a ellos la razón en todo. Entonces se produce la siguiente kafkiana situación patriarcal: Las mujeres antifeministas (que, digamos la verdad, no suelen ser las más listas) como sí son conscientes de la fragilidad de su situación, de que están donde están gracias a que no son feministas, se convierten en las más antifeministas de todos.

Ellas son también producto de una particular cuota, aunque sea una cuota oculta y perversa. Saben que disponen de un espacio limitado y que tienen un poder tasado pero no más, y suelen saber también que si el feminismo se institucionaliza en el partido, ellas se quedarán sin ese espacio y ese poder porque entonces no serán valoradas ni como mujer excusa (que es como yo las llamo) ni tampoco como mujer feminista. Eso las hace esforzarse particularmente en su trabajo que no es otro que acabar en lo posible con el sector feminista y protestón; que se callen, que se aburran.  Lo que he visto hacer a algunas mujeres antifeministas contra las feministas en los últimos partidos en los que he militando me ha dejado sin habla.

Y nosotras, las feministas, por nuestra parte, nos encontramos de nuevo ante una situación imposible pero muy querida por el patriarcado y tremendamente efectiva: como la cuestión se ha trasladado a un lugar en el que sólo  discuten mujeres, han conseguido sacar la discusión del ámbito de lo importante, parece cosa nuestra,  y ellos se han quitado de enmedio; al mismo tiempo nos han maniatado porque a la hora de denunciar la situación públicamente a las feministas nos cuesta denunciar a otras mujeres, como si ellos no tuvieran nada que ver.

A ellos, a los que se reunieron contigo, te hablaron, hicieron como que te escuchaban,  ya no vuelves a verlos más que alguna vez por el pasillo, y entonces te miran, te dan un golpecito en la espalda, te sonríen y te dicen que no te desanimes, que es que todavía queda mucho machismo.

Por Beatriz Gimeno

Nací en Madrid y dedico lo más importante de mi tiempo al activismo feminista y social. Hoy, sin embargo, soy un cargo público. Estoy en Podemos desde el principio y he ocupado diversos cargos en el partido. He sido Consejera Ciudadana Autonómica y Estatal. Del 2015 al 2020 fui diputada en la Asamblea de Madrid y ahora soy Directora del Instituto de la Mujer. Sigo prefiriendo Facebook a cualquier otra red. Será la edad.
Tuve la inmensa suerte de ser la presidenta de la FELGTB en el periodo en que se aprobó el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. He dado lo mejor de mí al activismo, pero el activismo me lo ha devuelto con creces.
Estudié algo muy práctico, filología bíblica, así que me mido bien con la Iglesia Católica en su propio terreno, cosa que me ocurre muy a menudo porque soy atea y milito en la causa del laicismo.
El tiempo que no milito en nada lo dedico a escribir. He publicado libros de relatos, novelas, ensayos y poemarios. Colaboro habitualmente con diarios como www.eldiario.es o www.publico.es entre otros. Además colaboro en la revista feminista www.pikaramagazine.com, así como en otros medios. Doy algunas clases de género, conferencias por aquí y por allá, cursos…El útimo que he publicado ha resultado polémico pero, sin embargo es el que más satisfacciones me ha dado. Este es “Lactancia materna: Política e Identidad” en la editorial Cátedra.

21 respuestas a «Feminismo en los partidos y mujeres excusa»

El planteamiento que expones me parece muy interesante. Son cuestiones que damos por sabidas, pero que aún no han sido resueltas. Muchos progresistas masculinos apoyamos todo esto y sin embargo no nos involucramos, porque no nos atañe directamente, y hay tantas historias que resolver que sí nos afectan de manera más inmediata, que siempre encontraremos alguna manera de excusarnos. Supongo que solo hay una opción válida, y esta es la beligerancia, una actitud combativa, tratando de no desfallecer; desmontando nuestras artimañas y dejándonos en evidencia cada vez que nos escondamos detrás de un buenismo inútil y estéril. Mi solidaridad y ánimos, si es que sirve de algo.

Sinceramente es dificil admitir que continuemos en esta «batalla» sin sentido, cuando la igualdad es pura naturaleza en la que caben todas las diferencias. No es contradictorio igualdad y «diferencias» porque éstas no son sino matices de algo común en lo esencial.

Esto que cuentas, que me parece muy interesante, parece que viene de lejos.
Según se contaba en la vida de Clara Campoamor tuvo que pelear con todo el mundo para que se aprobara el voto femenino en España. El partido socialista votó en contra porque decía que si las mujeres podían votar sería el voto de los curas, sus confesores y que esto favorecería a la derecha. Y el partido de la derecha votó a favor por este mismo motivo. De este lío se aprobó que las mujeres pudieran votar. Antes de esto se tuvo que ir del primer partido donde militó porque no estaban de acuerdo con que las mujeres fueran muy iguales a los hombres.

Y esto fue hace casi 100 años. Pero seguimos en algunos casos por caminos parecidos, cuando se ha obligado a Carmen Chacón a no presentarse a elecciones primarias.

No sé que se puede hacer, seguir dando la batalla. Y eso aunque haya esas mujeres trampa que intentan entorpecer.

Me hace gracia, y no es gracioso, lo que dices de la actitud paternalista de palmadita en el hombro de algunos. Es que es tal cual.

Yo milito en un partido de Izquierdas y nadie más que yo cree en la igualdad. Creo que se puede trabajar por la igualdad sin necesidad de discriminar a nadie (discriminación positiva), yo personalmente estoy harto de que después de 20 años de militancia todavía tenga que ver cómo mujeres con mucho menos trabajo en el partido, menos experiencia profesional y menos CV (demostrable) me pasan por encima en cargos institucionales y orgánicos ¿Esto es el feminismo? ¿Se trata de hacer a los hombres lo que se os ha estado haciendo durante años a vosotras? Yo personalmente nunca he discriminado a nadie y no me gusta que me discriminen. Creo que estamos perdiendo el norte, ya que lo que realmente te lleva a situaciones de discriminación no es el sexo al que pertenezcas, sino la clase social de la que vienes. Ya me gustaría a mí estar tan discriminado como Esther Koplowich. ¿No crees compañera que yo como hijo de un mozo de almacén lo he tenido mucho más difícil en mi vida que Esperanza Aguirre? Vamos a trabajar todos juntos en contra de la discriminación (de cualquiera) y sobre todo por romper con las desigualdades de clase que son las que realmente te condicionan en la vida.

La estructura de género es la que conforma la sociedad, la civilización. Allí donde se ha acabado con las clases o se han atenuado, la estructura de género ha seguido incólume. Además, la desigualdad de género es la que funda la desigualdad de clase, y todas las demás. Es la que muestra el camino. Se domina y somete a la mitad de la humanidad, se la condena a la servidumbre y la otra mitad se convierte en clase superior automaticamente. Hasta los hombres más pobres tienen a una criada, una mujer pobre no tiene a un criado. No tienes ni idea. Si a tí te molesta que haya mujeres con peor cv que pasan por encima de tí, imagina lo que nos molesta a nosotras no poder pasar por encima de tantos y tantos hombres sólo porque somos mujeres. Y eso sí que nos condiciona en la vida. Eso y saber que siempre habrá un hombre que valiendo menos ocupe el lugar que nos pertenece. Porque, o bien no crees que las mujeres valgamos tanto, o bien tendrás que explicar entonces porque no somos la mitad de los puestos de poder, de todos: en la universidad, los gobiernos, el poder económico, la propiedad de la tierra, las dirección de los partidos, de las ONG’s ¿somos tontas? ¿No valemos? Y ahora dí que es que no queremos. ¿Ninguna de las mujeres que te soprepasó en el partido tenía mejor cv que tu? Pues ya es raro porque somos la mitad de la humanidad e igual de válidas. Mira abajo a ver si encuentras a alguna con mejor cv que tu a la que tú has sobrepasado. En ese caso ten por seguro que es porque eres hombres. Ocurre que si se aplica la paridad, como somos la mitad, pues la mitad de los hombres que ocupan ilegitimamente los puestos de poder sobran. Es una cuestión aritmética y de derechos; entonces duele sí, porque ahora venimos nosotras y alguien se tiene que quitar, no cabemos todos. Repito eso duele, pues imagina lo que nos duele pelear por lo más básico.

Yo no estoy diciendo que no haya discriminación de género, sino que se puede luchar contra esa discriminación con medidas que no sean a su vez discriminatorias. Para mí, una de las más claras luchas por la igualdad la representa la Plataforma PPIINA ya que creo que coincidirás conmigo en que si no solucionamos la discriminación en el ámbito laboral, lo tenemos muy difícil en lograr la igualdad en todos los ámbitos, pues bien, esta Plataforma lucha por conseguir erradicar la discriminación de base en el mundo laboral producida por la desigualdad en los permisos de paternidad/maternidad. Qué curioso, en tu página web no se menciona para nada a esta Plataforma en los sitios de interés, cuando debería ser una lucha prioritaria y esencial del feminismo. Tampoco he visto mucho interés en conseguir la escolarización obligatoria y gratuita de 0 a 3 años… No sé, perdona, pero voy a ser sincero, esto me hace pensar que se trata de una cuestión de poder y de llegar a él cueste lo que cueste… en fin, lo que los hombres hemos estado haciendo durante siglos… dicen que la violencia sólo engendra violencia y yo añado que la injusticia sólo engendra injusticia. Por cierto, ha habido una compañera que hablando de la discriminación positiva ha hablado de discapacitados ¿debo entender que la mujeres sois discapacitadas? Por favor. Por cierto, he visto que eres escritora. ¿Cómo puedes escribir con tantas faltas de ortografía? luego será que no triunfas como escritora por ser mujer…. Vamos a ser todos un poco más honestos. En la lucha por la igualdad (sin ningún tipo de discriminación) voy a estar a muerte. Ahora bien, no permitiré jamás que se me pise o se me discrimine y lucharé con todas mis fuerzas contra quien pretenda hacerlo.

«¿Ninguna de las mujeres que te soprepasó en el partido tenía mejor cv que tu?… Mira abajo a ver si encuentras a alguna con mejor cv que tu a la que tú has sobrepasado. En ese caso ten por seguro que es porque eres hombre»
Ahí le has dado..

El tema tb es q en cuestiones de selección profesional puedes buscar justicia si quieres, pero es difícil que la encuentres. El valor de un curriculum es relativo, no se mide en peso; y se miden cualidades q no están escritas en el currículum. En la selección de personal vas a encontrar muchas injusticias, de todo tipo (machismo, feminismo, funcionarios, hijos de jefes, guapos, jetas etc..), a propósito o sin querer, pq suele ser difícil decidir quién es mejor; es demasiado fácil equivocarse. Por cierto, a ese al q le molesta la discriminación positiva… espero q dios no le deje cojo ni tuerto…

PUEDO ACEPTAR LA DISCRIMINACIÓN DE LAS GENTES, SON GENTES AL FIN Y AL CABO; PERO NO PUEDO BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA ACEPTAR LA DISCRIMINACION DE PARTE DEL ESTADO, PORQUE A ELLOS SI PUEDO EXIGIRLES IMPARCIALIDAD; SI NO LA HAY, EL ESTADO PIERDE TOTALMENTE SU LEGITIMIDAD Y NOSOTROS DEBEMOS COMBATIRLO Y DE SER POSIBLRE APLASTARLO.

Me siento muy identificada con tu nota Beatriz, expresa en parte lo que yo hubiera querido difundir y nunca me animé. Soy de Argentina y te comento que las prácticas son las mismas, yo milité en un grupo de izquierda, y recuerdo que en la última reunión plenaria a la que asistí, en la cual se desarrollaban muchas tensiones a causa de las enormes diferencias políticas que tenía con el sector «dirigente», una compañera se abalanzó sobre mí para golpearme, siendo apoyada por el resto de los varones, que no se animaban abiertamente a hacerlo. No es casualidad que esta compañera se haya proclamado abiertamente antifeminista, y que haya planteado anteriormente que todas mis propuestas feministas al interior del grupo eran inútiles. Lo que me llamó muchísimo la atención es que cuando a este sector se le terminaron los argumentos en la discusión, haya sido esta mujer la que tomara la iniciativa de hacerlos valer por la fuerza física. Mi caso no es el único, conozco casos de conocidas y ex-compañeras que fueron expulsadas de otros grupos y partidos con insultos, violencia psicológica y hasta física por parte de «dirigentes» burócratas y machistas, y nadie (ni yo misma) nos animamos a denunciarlos, a «escracharlos» como se dice aquí. Creo que no debemos bajar los brazos, es necesario organizarnos políticamente desde el feminismo de manera independiente y democrática, sin depender de los partidos del sistema o asimilados a éste (y que se llaman a sí mismos de izquierda lamentablemente). Creo que debemos pasar de la reivindicación a hacer política propia, es difícil plantear esto, pero es a mi entender la única manera de que nos empiecen a «respetar».
Saludos

Es por eso Beatriz que acá en Argentina estamos fundando el PAF! (Partido Feminista) – Una cachetada al Patriarcado. Intentaremos dar la pelea en la arena política sin tener que darla dentro del mismo partido… Almenos yo considero que es una pérdida de tiempo y de energías. Ya bastante extenuante es tener que pelear con «el afuera» como para no tener ni siquiera un lugar de reposo en «el adentro».

Beatriz, me parece una reflexión magnífica y que recoge muy bien las dispositivos de defensa del patriarcado. Las «nuevas servidumbres femeninas en partidos y organizaciones» o como tu dices mujeres excusa.
Ahora bien, me dejan anonadada los chicos que visitan tu página ¿Te has dado cuenta como les gusta dar órdenes? Que si en tu página falta esto o aquello, que si no escribes bien. ¡Cómo les pone el poder! Les aconsejo que se lo miren.
También me encanta el primero que dice que con él no va nada, que no entiende…..Increíble, ¿serán estos los que van luego de progres?…..

¿De verdad crees que he dicho que conmigo no va nada? Léelo de nuevo, por favor. Lo que pongo de manifiesto es una autocrítica, y lamento no ser perfecto, para se merecedor de tu aplauso.

No creo que se refiera a tí Juanjo ¿no? Si no más bien al otro comentario…

Es sano hacer autocrítica.
Y en este mundo de partidos y política parece que no pasa nada, no trasciende ningún tipo de problemas. Y que son los mismos de la sociedad o quizá más acentuados.
Que un nuevo partido que ha defendido la paridad y la ha cumplido no vea la necesidad de una atención especial a temas de la mujer no se entiende. Si no ven que las mujeres siguen teniendo una mayor discriminación de todo tipo y que todavía estamos lejos de la igualdad van mal.
Si no que miren solo las mujeres muertas por sus maridos. En España. Que si miramos a otros países.

No soy del partido, de momento me he sentido interesado por su irrupción en el panorama político de nuestro país, y les he votado. Y por lo que vengo leyendo parece que ha habido algunas tiranteces en su seno, por diferencias de apreciación y prioridades, con respecto al feminismo. Es comprensible la decepción que esto puede producir, y la desafección, incluso la tentación de decir: ahí os quedáis. Es fácil que esté equivocado; pero entiendo que o nos implicamos todos (hombres y mujeres) con el feminismo o este tiene poco recorrido, más allá de lo logrado, que no es poco, aunque sí claramente insuficiente. Equo es un partido que se define como feminista; está en nuestras manos, afiliados y quienes sentimos alguna afinidad con sus propuestas, que esto no sea sólo una definición bienintencionada. Detrás de esa etiqueta de feminismo tienen que estar hombres y mujeres, si no, me parece que no vamos a ir mucho más lejos de donde estamos.

[…] Sin embargo ¿qué le pasa a la izquierda con las mujeres? o mejor dicho ¿qué le pasa con las feministas? Pareciera que les diera urticaria. Y a veces tengo la sensación de que cuanto más a la izquierda la cosa se pone peor. Se cuentan con los dedos de una mano las mujeres feministas que no son expulsadas del entorno de las organizaciones de izquierda, pareciera que el patriarcado se hubiese asentado profundamente en ellas. Y me gusta remitir a un artículo de Beatriz Gimeno que describe de forma brillante a la vez que implacable lo que muchas feministas experimentamos en la izquierda, se trata de “Feminismo en los partidos y mujeres excusa”. […]

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