Duran i Lleida parecía ser, hasta hace poco tiempo, un señor razonable que había conseguido ser muy valorado en toda España a pesar de ser nacionalista catalán. Y esto lo digo sin sorna; ese título tiene mérito con toda la derecha azuzando inclemente la fobia anticatalana. Quizá eso le ha trastornado, o quizá le ha trastornado el hecho de que lleva tanto tiempo conteniendo la bilis dentro que ésta se le ha infectado y le ha afectado al cerebro. Es muy posible, pasarse la vida ocultando lo que de verdad uno piensa, lo que de verdad uno es y más aun cuando uno en vez de pensamientos tiene llamaradas del infierno, debe afectar a todos los órganos internos y el cerebro es especialmente sensible a esos sofocos.
Desde que ganó su partido en Cataluña, y animado también por la próxima victoria del PP, está que se sale. Sí, es verdad que el PP no es muy del Estatuto, pero eso –ya lo sabemos- son cosas que pueden hablarse y resolverse. A cambio, entre la victoria de CiU y la probable del PP, Durán está viendo como su mundo mejora y eso le tiene eufórico. A su alrededor, por fin, habrá una sociedad en la que los trabajadores estén para lo que han estado siempre, para que personas como él puedan vivir en el Ritz permanentemente; en el que la sanidad, la educación y los cuidados básicos sean un buen negocio para los “emprendedores”, esa gente que merece hacerse rica. Un mundo ordenado, tranquilo, limpio y feliz, un mundo en el que la gente no pueda hacer huelga ni protestar por cualquier cosa, y donde si protestan se las tengan que ver con su colega el consejero Puig.
Durán se las prometía muy feliz hasta que se dio cuenta de un dato que le perturbó profundamente: las catalanas no tienen todos los hijos/as que él querría y en cambio las mujeres llegadas de fuera tienen muchos más de los que a él le gustaría. A Durán, estos niños nacidos en Cataluña y que vivirán en Cataluña, no le parece que sean catalanes. Al parecer y según dice, cada vez que pasea por Palafrugell se da cuenta de que la cosa es preocupante. Así que está cavilando cómo solucionar eso. Y tanto cavilar los cables se le han cruzado y ha acabado encontrándose con otra cuestión de las que también le ha preocupado siempre: los homosexuales. Se supone que Durán ha hecho unas declaraciones en las que defiende a los médicos que intentan curarnos mediante esas “terapias” reparativas desacreditadas por todas las instancias científicas del mundo y que se han demostrado como un peligro para la salud de las personas que acuden a ellas engañados por personas como Durán. “Terapias” que además de enfermar a las personas y no ayudarlas en nada, fomentan la homofobia social.
Las fobias homófobas, como casi todas las fobias, siempre tienen un elemento personal. Nadie odia furibundamente algo o a alguien a no ser que le toque cerca. No sabemos qué problemas habrá tenido Durán con la homosexualidad o con los gays y las lesbianas, pero a tenor de sus otras preocupaciones expresadas esta misma semana, cabe la posibilidad de que esté preocupado por que piense que los gays catalanes no van a procrear tanto como a él le gustaría. Si es por eso, que no se preocupe. Los gays también pueden tener hijos, no son estériles. Pero además, su pensamiento androcéntrico le impide darse cuenta de que las lesbianas sí tenemos hijos e hijas en un número similar al de las mujeres heterosexuales. Así que ahora le doy un nuevo motivo de preocupación. Señor Durán ¿se ha encargado ya la Generalitat de comprobar el origen del esperma que usan las clínicas catalanas de inseminación artificial? Pues mírelo, no vaya a ser que venga de Palafrugell, que allí hay mucho inmigrante y mucho paro.
Ante las posibles críticas que temía que se le vinieran encima Durán se ha curado en salud. “Soy así”, ha declarado. Pues aunque sea así, no se desespere. Las asociaciones médicas y psiquiátricas que sí reconocen la homofobia como una patología (la xenofobia también) han dicho que tiene cura. No está condenado a ser así para siempre, eso sí se puede cambiar; después de una buena terapia, naturalmente.
Publicado en El Plural
Una respuesta a «Durán necesita una reparación»
O quizá es que Durán i Lleida se ha puesto a mirarse en el espejito mágico de Lerroux al sentir o presentir la llamada de Madrid (La Selva, tomando la alegoría de Jack London).