Esta semana hemos elegido las listas de Equo al Congreso. Desde el principio se había decidido que nuestras listas fueran paritarias y cremallera, es decir, con alternancia de hombre y mujer para cada puesto. Una vez efectuada la votación en Madrid (desconozco lo ocurrido en otras provincias) algunas mujeres hubieran ocupado puestos más altos de no haber listas cremallera porque han sacado más votos que algunos hombres. En Madrid, de no ser por la alternancia, hubiera habido una lista con más mujeres que hombres en los primeros puestos. El día después de hacerse públicas las listas hablé con mujeres que no sabían qué pensar acerca de esta cuestión: que la obligatoria alternancia hubiera desplazado a las mujeres algunos puestos por detrás de los que les hubiera correspondido por el número de votos. Algunas chicas pensaban que era una situación un tanto paradójica. En realidad no lo creo. Yo soy partidaria, muy partidaria, de las cuotas y de las listas cremallera y me parece que lo que ha ocurrido en Equo es un ejemplo de listas democráticas, participativas e igualitarias. Un buen ejemplo del que deberían tomar nota otros partidos.
Una solución sería, no obstante, que dada la persistencia de la desigualdad en nuestra sociedad la cremallera se aplicara sólo en el caso de que hubiera más hombres que mujeres, pero no al revés, es decir, que las mujeres pudieran ocupar los puestos de salida como respuesta política a la desigualdad estructural. Me parecería justo pero no lo veo fácil; lo de las cuotas ha sido una lucha aun inacabada (no me refiero en Equo, sino a la sociedad en general) como para plantear ahora algo así. No quiero ni imaginar la que se montaría.
Puestas así las cosas la cremallera es lo normal y no hay que dramatizar si ocurre que algunos hombres desplazan a algunas mujeres. Lo normal sería que todos los partidos alternaran hombres y mujeres en las listas electorales. Ahora podemos presumir de ser el único partido con “hombres cuota” y puedo asegurar que cualquiera de ellos está preparado para ocupar el puesto que ocupa gracias a la cuota y todos ellos se lo merecen.
Les digo a las compañeras que se sientan orgullosas. Que la razón de que en Equo hayan sido algunas mujeres las más votadas se puede explicar perfectamente: Equo es un partido que surge de los movimientos sociales de izquierdas; la mayoría de la gente, la inmensa mayoría no son políticos profesionales sino activistas. Como sabemos, los movimientos sociales de corte ecosocialista tienen una base social femenina muy grande pero, hasta ahora, tienen también poco poder. Espero que Equo llegue a tener poder real para contribuir a cambiar las cosas pero cuando eso ocurra puede ocurrir también que ya no sea tan fácil defender las listas cremallera y ni siquiera la paridad real. Lo estamos viendo en el PSOE la paridad no sirve si se sitúa a las mujeres al final de las listas.
Las listas cremallera son indispensables, es lo justo, y si ahora parece que perdemos, no lo hacemos; nadie pierde si las listas electorales reflejan la sociedad tal como es, compuesta por mitad hombres y mitad mujeres. En el futuro nos alegraremos de las listas cremallera, nos parecerá una importante conquista y nos sentiremos orgullosas de militar en un partido que se posicionó tan claramente a favor de la igualdad.