Esta mañana varias decenas de personas nos hemos concetrado ante la embajada de Egipto en Madrid para pedir al dictador Mubarak que abandone el poder y para solidarizarnos con el pueblo Egipcio que se ha levantado contra décadas de corrupción, autoritarismo, explotación e injusticia. Después de Tunez viene Egipto, Yemen, Jordania, Arabia Saudí…Hoy leo que en India miles de personas se han levantado contra la corrupción. Se trata de revoluciones laicas, pacíficas que piden justicia y democracia y que amenazan con llevarse por delante a dictaduras que EE.UU y Europa han sostenido demasiado tiempo.
Y ahora, cuando esos pueblos nos demuestran que no son los barbudos islamistas que nuestros gobiernos usaban como espantajos para aprobar recortes de derechos en nuestros propios países; cuando piden justicia y democracia, Europa ha quedado completamente callada en una muestra de torpeza e impotencia política extraordinarias. Si Europa y EE.UU no apoyan con firmeza a la oposición laica y democrática de esos países es posible que ese vacío sea ocupado por fuerzas religiosas aunque está claro que eso no es lo que quiere esa ciudadanía que se ha levantado contra sus gobiernos. No quieren Islam, quieren derechos y quieren libertad. Es evidente que los principios que fundaron la Unión Europea han sido tan barridos de la política internacional como lo están siendo nuestros derechos sociales, se suponía que también constitutivos de esta Europa. Podemos ver esas revoluciones con esperanza y aprender de ellos.