Los políticos conservadores, y algunas algunas otras personas con mejor voluntad pero absolutamente desinformadas, se empeñan en situar el debate sobre la adopción por parte de parejas gays y lesbianas en un punto equivocado. En un lugar hipotético y casi virgen desde el que poder expresar opiniones a favor y en contra. Nosotros hace tiempo que venimos diciendo que el debate no debe partir de ahí porque es irreal y falsea la realidad.
Todo debate que no parta del hecho de que gays y lesbianas ya tenemos hijos está equivocado. Tenemos hijos porque es legal y es fácil. Podemos adoptarlos como solteros sin problemas, y como solteras podemos acceder a a la inseminación artifical, amén de tenerlos de relaciones heterosexuales anteriores, esporádicas o estables. Según los estudios millones de niños en Europa son hijos de gays y lesbianas. El problema se plantea entonces cuando queremos tenerlos como parejas, como familias; si queremos que nuestros niños tengan los mismos derechos que los demás. Porque resulta que yo tengo un hijo al que mi pareja y yo hemos criado y educado. El niño quiere a su segunda madre como a cualquier madre, pero la ley no reconoce que exista ningún vínculo entre ella y él. De manera que si yo, madre biológica, muero, el niño puede ser arbitraria- mente separado de quien él considera su madre; o si nos separamos –y ya sabemos cómo son las separaciones- ella no tendrá ningún derecho a visitar siquiera a un niño que ha sido su hijo durante años; en este caso los derechos de este niño a que sus lazos emocionales sean respetados no existen.
Y no hablemos de los derechos económicos a los que otros niños tienen derechos y el mio no. Pensiones tras la separación de la pareja, pensión en caso de que su madre no biológica muera, seguros de vida, enfermedad o accidente, seguros laborales, herencias, indemnizaciones… Y por si esto no fuera bastante, mi hijo, todos estos millones de niños, tienen que crecer viendo como las familias en las que se han criado y educado son sistematicamente denigradas y menospreciadas por la ley, con lo que esto significa para su autoestima. Los niños ya existen. Y los estudios sobre su bienestar también. Por decenas, y los políticos lo saben.
El Parlamento Europeo acaba de declarar que todos estos estudios son claros: los niños que crecen en familias gaysy lesbianas son niños normales, crecen como los demás niños;sólo que con menos derechos. Si los políticos del PP se empeñan en hablar de los derechos de los niños, estamos dispuestos. ¿Por qué mi hijo está creciendo con sus derechos claramente limitados?
Publicado en la revista Muy Interesante