¿A quién pretenden engañar? Forma parte del ADN de la derecha su no creencia en el bien público porque para ellos no existe (o no debería existir) lo público. La gestión que la derecha hace de la cosa pública está encaminada reducirlo a su mínima expresión y a garantizar las condiciones para que la riqueza y el poder no cambien de manos, a dificultar en lo posible siquiera una cierta redistribución de la riqueza. En el mejor de los casos, su gestión se limita a garantizar la paz social, los servicios imprescindibles y a tratar de que el capital encuentre las menos trabas posibles en su funcionamiento. Para eso está la derecha, esa es la razón de su existencia. En este tiempo, además, para eso está también la socialdemocracia, pero esa es otra cuestión.
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3 respuestas a «Indemnización por trabajo (y un pisito)»
Desde hace un tiempo leo sus escritos por la casi absoluta veracidad de sus contenidos en todas las materias que tratan. Antes de nada, quiero dejar claro que el «casi» no pretende cuestionar nada de su contenido o sus formas, solamente reconocer mis limitaciones a la hora de comprenderlos. Me ha llamado la atención al calificativo de «nazis» asociado a los miembros o simpatizantes de la PAH, y, aunque es muy utilizado en el PP para meter en él a todos aquellos que les incomodan, quisiera que se dejara de banalizar su significado. Los afines al PP lo pueden utilizar como les plazca pero cualquier persona medianamente democrática o progresista lo debe de considerar como lo que es: un sinónimo de la maldad en su grado máximo.
Los nazis se sirvieron del sistema democrático para destruirlo desde dentro al llegar al poder, utilizaron la capacidad legislativa del Reichstag (Congreso) para promulgar leyes arbitrarias en beneficio propio , para poder perseguir cualquier corriente opositora procedente de partidos políticos, asociaciones, sindicatos o personas; para legalizar el asesinato de personas con minusvalías físicas o psíquicas, para cargar sobre las maltrechas economías de los ciudadanos los desmesurados gastos derivados de una Administración corrupta que permitió a los dirigentes del NSDAP vivir en una opulencia insultante; para convertir los Tribunales de Justicia, los Jueces y los Fiscales en cooperantes necesarios de sus fechorías; para manipular el sistema educativo e infectar con su ideología desde pequeños a los futuros ciudadanos, para institucionalizar el trabajo esclavo con múltiples, variados y siempre falsos pretextos y, con el tiempo, explotar e intentar exterminar «elementos antisociales» como judíos, gitanos, homosexuales, filósofos, libre pensadores, escritores y cualquier colectivo que supusiese una amenaza.
No puedo evitar la rabia que me produce ver cómo se olvida quienes son los auténticos nazis y la frecuencia con que aparecen en la televisión, y no sólo en documentales históricos. No soy quién para dar consejos a nadie pero, por favor Sra. Gimeno, no contribuya a que «lo nazi» se vea como algo con lo que se puede encontrar uno en una protesta de la PAH con más facilidad que en los despachos de muchos políticos, funcionarios o empresarios. Ud., que tiene gran capacidad de comunicación y posibilidad de informar a muchas personas, no deje pasar la oportunidad de reivindicar el auténtico significado de las palabras. Le vuelvo a pedir disculpas por atreverme a sugerirle el hacer o no hacer algo que sólo depende de su libertad de expresión.
Con todo respeto.
Estoy completamente de acuerdo. Yo particularmente, como persona muy vinculada a la historia del pueblo judío (soy licenciada en semíticas) procuro que no se banalice. Si lo usé fue en palabras de los miembros del PP, no en las mías, pero en todo caso, antes que banalizarlo tendré cuidado. Muchas gracias por su comentario. Un saludo
No he pretendido insinuar que fuesen palabras suyas ni mucho menos. Mi comentario trata de evitar que el término nazi se convierta en algo corriente y aceptado en las disputas políticas y que se haga uso del mismo sin ser conocedor de lo que históricamente conlleva. No me cabe la menor duda de que los políticos del PP que lo utilizan lo hacen con absoluta mala intención y buscando confundir a los ciudadanos pues la ignorancia de su génesis y significado no puede pasar desapercibido para nadie. He leído bastante (nunca lo suficiente) sobre el escenario y las circunstancias en que empezó a germinar esa ideología, sobre los individuos directamente implicados en su expansión e implementación, sobre los métodos aplicados para extenderla a todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos de la Alemania del primer tercio del Siglo XX y existe un gran paralelismo con los acontecimientos vividos en España los últimos 10 años. Hay que tener claro quiénes son los nazis del Siglo XXI, quiénes son los que van contra las libertades individuales y colectivas y quiénes no quieren que el pensamiento progresista siga ganado terreno a la intolerancia, la arbitrariedad y la injusticia. Parece que a muchos ciudadanos de este país les da lo mismo, al igual que a los partidos políticos, la prensa no vinculada al PP (muy poca), los sindicatos y las asociaciones y agrupaciones de cualquier tipo. No acabo de entender cómo alguien se puede sentar a una mesa con esos individuos para buscar soluciones a los problemas actuales cuando son sus precursores.