Hace unos meses entré en Equo ilusionada por lo que significaba contar por fin con un proyecto político netamente ecologista. No me cabía en la cabeza que con lo que ya sabemos acerca del papel clave de las mujeres en un mundo ambientalmente sostenible, Equo no se declarara feminista y no tomara decisiones encaminadas a defender la centralidad de la lucha contra el sexismo en cualquier política ecologista.
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