Poco a poco voy publicando poemas de mi nuevo libro, que publicaré en breve. Además, ante la desesperanza que nos rodea (¿o sólo soy yo?): más poesía.
Cuando ya no esté aquí,
Y no estén mis ojos, ni mis manos
Ni los huecos abiertos a tus besos
Ni quede la memoria de mi infancia,
Sonarán todavía las palabras salidas de mi boca.
Las palabras escritas con consonantes duras
que lancé contra el mundo con mi lengua de piedra.
Y quedará lo claro de mi alma que quiso iluminar los días,
Y la cólera roja explotando las horas,
Y como una lagartija, quedará la impaciencia
Reptando por el suelo.
Quedará sobre el barro el aliento del beso
Y lo sólido reposará bajo la tierra:
El resto transparente de mis uñas,
los dientes que mordieron labios
Lo que quede de mis huesos frágiles
Que quisieron ser alas sin lograrlo.
Y ceniza, habrá ceniza.
Ceniza de la noche hacia la noche,
de la risa contigo en las mañanas,
ceniza del dolor,
ceniza de mis piernas caminando
ceniza del cansancio.
En algún sitio de este mundo,
Cuando yo me haya ido
Aun quedará el hueco de mi cuerpo sobre el suelo
Y la sombra del tuyo sobre el mío.
Beatriz Gimeno 
5 respuestas a «Cuando yo me haya ido»
Me ha gustado mucho, Beatriz. No sé como andarás de catalán, pero si visitas mi blog y vas a la entrada más reciente, hay un poema en catalán sobre inmigración.
Un abrazo.
Una vez mas Beatriz, ( y no es peloteo )da gusto leerte. Da gusto sentir sensaciones diferentes, en estas páginas, entre conjuras Constitucionales, politicos podridos, aterradoras iglesias, temerosos sicarios de cristos con faldas amananzando al ser humano, siglas politicas corrompidas, y no sigo, porque merece más la atencion tus versos, queal menos nos ponen alas a la mente, al pensamiento a la serenidad,auqnue seguramente muchos ya no estaremos para hacer sombra a tu hueco.
Espero que presentes el libro en algun sitio y nos avises y llenemos ese dia el libro de esperanzas.
Un abrazo
Sencillamente me ha emocionado
muy bonito, sin palabras
Sin duda alguna, cuando vaya a Madrid compraré tus libros de poesía, y de regreso a mi tierra, los devoraré lentamente para que no se me acabe el placer. Gracias mil.