El sexo, que pensamos como el más privado de los actos, es, en realidad, una cosa pública. Los roles que jugamos, las emociones que sentimos, quien da, quien toma, quien demanda, quien sirve, quien quiere, que se quiere, quién se beneficia, quién sufre: las reglas para todo esto están establecidas mucho antes de que lleguemos al mundo” (Srinivasa, El derecho al sexo: 2021) Y estas reglas, añado yo, conforman el mundo en el que vivimos dando forma a la desigualdad, el poder y la jerarquía.
