Murcia se ha levantado
La gente de Murcia ha tenido mala suerte porque su levantamiento histórico contra la manera en que el Partido Popular entiende la democracia, es decir, sin contar con los vecinos y vecinas; contra su manera de gobernar, a favor de la especulación y de los intereses de las empresas…ha coincido con la semana catalana. Son cuestiones muy diferentes pero en ambos casos tienen que ver con la democracia, con la manera en que la gente quiere poder tomar decisiones que afectan a sus vidas y con anhelos sociales perfectamente legítimos. El PP entiende la democracia como un estorbo, y suele responder a cualquier demanda popular a palos. La gente de Murcia lleva más de tres semanas manteniendo en la calle su exigencia de que el AVE no parta su ciudad en dos mitades con un muro de 9 kilómetros por medio, aunque llevan más de 20 años con un activismo constante que ahora ha explotado. Estas semanas se han producido en esa ciudad las mayores manifestaciones de la historia murciana y el asunto nos recuerda al levantamiento del barrio del Gamonal.
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Regeneración de verdad
Lo que quiero saber es qué van a hacer los partidos si el PP se atreve a perpetrar el golpe de estado municipal con el que pretende perpetuarse en las alcaldías una vez que las encuestas dicen que muy posiblemente pierdan las más importantes: Madrid y Valencia. Y también quiero saber qué vamos a hacer nosotros y nosotras, la gente. La indignación aparente o las palabras de condena no sirven de nada porque, además, en Madrid tenemos la experiencia de un golpe contra un resultado electoral perfectamente legítimo que se saldó con…nada. María Dolores de Cospedal está haciendo en Castilla La Mancha exactamente lo mismo que pretende hacer Rajoy y la oposición a su maniobra está siendo más bien tibia. Tanto en Castilla La Mancha como en Madrid en su momento los partidos presentes en el parlamento se andan y anduvieron con pies de plomo, muy cuidadosos de no salirse de su posición institucional, de no parecer antisistema, de no usar palabras fuertes como “golpistas” o “antidemócratas”.
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